30 de marzo de 2015

El perfume 30.03.15

Lectura del santo evangelio según san Juan (12,1-11): Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?» Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando. Jesús dijo: «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.» Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús. Reflexión: En este texto que nos presenta la lectura de hoy, aparecen varios personajes: Lázaro, Marta y María, que eran hermanos, vivían en Betania y eran amigos de Jesús, también aparece Judas Iscariote y la muchedumbre. Veamos cuál es la actitud de cada uno: Lázaro, a quién Jesús había resucitado de entre los muertos, fíjense que al final del texto se dice que los sumos sacerdotes también habían decidido matarlo porque por su causa muchos judíos iban y creían en Jesús. Sería conveniente preguntarnos ¿Soy yo instrumento para que otros crean en Jesús?, ¿Lo que ha hecho Dios en mí sirve para que otros se acerquen? ¿Es mi cambio genuino y verdadero o simplemente mi actitud y acciones distan mucho del verdadero ser cristiano?. Marta, le ofrecieron una cena y Marta servía. Recordemos el pasaje donde Jesús visita la casa de sus amigos y María decide estar a los pies del maestro y Marta se dirige a Jesús diciéndole: Señor, ¿No te da cuidado que mi hermana me deje servir sola?, Dile pues, que me ayude. Y Jesús le responde: “Marta, Marta, afanada y turbada estas con muchas cosas pero solo una cosa es necesaria María ha escogido la mejor parte y no le será quitada”. Lc 10, 41-42. Marta estaba ocupada en muchas cosas, enfocada en el servicio, pero Jesús le recuerda que también es importante estar a los pies del Maestro y escucharle. Ahora bien, nosotros ¿Cómo estamos llevando nuestro servicio?, ¿Es un servicio de afán y agotador que me impide acercarme a escuchar a Jesús o es equilibrado, alegre y lleno de la riqueza del evangelio?. No se trata de servir por servir, es necesario que el servicio nazca de vivir el evangelio en nuestras vidas. María, la escritura dice: “tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume”. Ciertamente María escogió la mejor parte, estar a los pies del Maestro y no solo eso sino que su gesto es una anticipación de lo que va a vivir Jesús en los próximos días, sabemos que en la cultura judía se acostumbraba a embalsamar y ungir a los muertos, por eso Jesús dirá: “Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura”. San Agustín, en el Sermón en el que comenta este pasaje evangélico, nos dirige a cada uno, con palabras apremiantes, la invitación a entrar en este circuito de amor, imitando el gesto de María y situándonos concretamente en el seguimiento de Jesús. Escribe san Agustín: "Toda alma que quiera ser fiel, únase a María para ungir con perfume precioso los pies del Señor... Unja los pies de Jesús: siga las huellas del Señor llevando una vida digna. Seque los pies con los cabellos: si tienes cosas superfluas, dalas a los pobres, y habrás enjugado los pies del Señor. "¿Con mi vida y mis acciones estoy ungiendo yo al Señor o estoy aumentando más bien sus heridas?, ¿Reconozco que al aliviar el dolor y las necesidades de otros estoy perfumando al mundo de Jesús?. ¿Cómo estoy preparando yo mi corazón para vivir la pasión, muerte y resurrección de Cristo, estoy a sus pies o metido en mis cosas y en el disfrute de los placeres de la vida?. Judas Iscariote, al ver la actitud de María, las palabras de este fueron: “¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?» Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando”. A mi parecer este hombre sintió envidia de que María estuviese tan cerca de Jesús, y su actitud fue de crítica y además tenía intereses particulares, parece increíble que alguien que haya estado cerca de Jesús, tuviera un corazón tan duro. No le preocupaban realmente los pobres sino lo que él iba a poder obtener de eso, esta condición ambiciosa fue la que lo llevo a vender y traicionar a Jesús por 30 monedas. ¿Tengo yo actitudes egoístas y ambiciosas que solo me favorecen a mí y dejo de lado las necesidades de los otros?, ¿Realmente el conocer a Jesús ha dado un cambio a mi vida o simplemente muestro una máscara de buen cristiano que al final no soy?. No basta parecer, hay que ser. La muchedumbre, la escritura dice de estos: “y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos”. Muchos judíos creyeron en el mensaje de Jesús y por lo que había pasado con Lázaro, muchos estaban ávidos del evangelio pero también había otros que solo iban por curiosidad y se quedaron en lo superficial. Ojala que en esta semana santa nosotros seamos de los que están sedientos del evangelio y no del bando de los curiosos y superficiales. Viendo todos estos personajes, ¿Con cuál te identificas tú?, ¿Cuál has estado siendo y cuál te gustaría ser?. Feliz día. Que tú vida sea perfume que impregne el mundo de Dios.

El pacto 26.03.15

Lectura del libro del Génesis (17,3-9): En aquellos días, Abrán cayó rostro en tierra, y Dios le dijo: «Mira, éste es mi pacto contigo: Serás padre de muchedumbre de pueblos. Ya no te llamarás Abrán, sino que te llamarás Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré crecer sin medida, sacando pueblos de ti, y reyes nacerán de ti. Mantendré mi pacto contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como pacto perpetuo. Seré tú Dios y el de tus descendientes futuros. Les daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios.» Dios añadió a Abrahán: «Tú guarda mi pacto, que hago contigo y tus descendientes por generaciones.» Reflexión: En este texto de hoy en particular me llama la atención una palabra que se repite varias veces, y es la palabra: “Pacto”, busque la definición de la misma y encontré lo siguiente: El pacto (en latín: pactum ), es un convenio o tratado solemne, estricto y condicional entre dos o más partes en que se establece una obediencia a cumplir uno o varios acápites establecidos en un contrato formal y en que ambas partes se comprometen a ejecutar ciertas acciones y a recibir retribuciones de la otra parte por su cumplimiento. Dios hizo un pacto con Abrahán y su descendencia: “Seré tú Dios y el de tus descendientes futuros. Les daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios”. Según la definición de pacto, el mismo implica un cumplimiento de ambas partes, ahora bien ¿Cuál es la parte que le toca cumplir a Abraham y su descendencia?, ser fieles a Dios, por eso dice: Seré tu Dios. Y si Dios me habla directamente a mí con esta palabra, ¿Doy cumplimiento a este pacto?, tal vez mi fidelidad a Dios se basa en simplemente decir creo en Dios, pero en el momento de la prueba esa afirmación pierde fuerza, me alejo de ti ¡Oh, mi Dios! cuando pretendo andar mi camino sin consultarte, dejándote en segundo plano al accionar mi vida en torno a personas y ocupaciones que me consumen el tiempo, ¿ no estaré yo siéndote infiel?. La fidelidad es elegir y optar siempre por una misma opción aun cuando existan muchas, reconozco que me cuesta tanto, Señor, elegirte siempre. En un pacto, los pactantes pueden decidir cumplir o no y en el momento que se incumple el pacto se rompe y se sufren las consecuencias de lo que se haya establecido, en el caso de nuestro pacto con Dios, Él no puede dejar de cumplir, es decir Dios es fiel a su pacto, a su promesa, entonces si Dios es fiel a lo que se comprometió, quién está rompiendo el pacto somos nosotros, el hombre, así el cumplimiento de lo acordado no tiene lugar por nuestra propia causa, de la fidelidad a Dios dependía que Abraham fuera padre de muchas naciones y esto tuvo lugar porque Abraham creyó y fue fiel, sería conveniente interpelarnos con respecto a este tema, si Dios me ha hecho una promesa ¿Por qué aún no se ha cumplido?, ¿Es culpa de Dios o de mi incumplimiento?, ¿Soy consciente de que mis elecciones son las que me llevan a tener los resultados que tengo?. El pacto de Dios con nosotros es perpetuo, el no cambiará de opinión de un día para otro, incluso es paciente y espera nuestra respuesta, en el momento que te decidas a cumplir con tu parte pues tendrá lugar esa promesa de Dios para ti, por supuesto que Dios puede bendecirte cuando le plazca y lo hará porque es bueno, pero cuando se trata de pactos es necesario que todas las partes cumplan. Feliz día cumple tu parte que Dios siempre cumplirá la de Él.

Lo haré, Señor 25.03.15

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38): A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel. Reflexión: Esta lectura encierra toda la riqueza de la encarnación del hijo de Dios, de la persona de Jesús, en particular me llama la atención la actitud de María, muchas veces se ha hablado de la obediencia de María, de su Fiat, de su disposición a la voluntad divina con esa forma de responder: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.». ¿Quién como ella?, nosotros pudiéramos pensar en repetir estas palabras en alguna situación de nuestra vida pero ¿estaremos totalmente conscientes de lo ellas encierran?. Decimos si yo sé que Dios quiere lo mejor para mí, que las cosas pasan por algo, sino se ha dado es porque no es para mí, se dará en el tiempo perfecto de Dios y pare de contar las innumerables frases de asentimiento que usamos para manifestar que “aceptamos” la voluntad divina, a veces siento que solo lo decimos para calmar nuestra ansiedad. María en cambio no fue así, ella permitió que esa palabra atravesara no solo su mente sino también su corazón hasta hacerse carne con ella, ¿dejamos nosotros que la voluntad de Dios encarne en nosotros o usamos frases superficiales para asentirla?, posiblemente Dios te esté mostrando algo para tu vida en este instante pero no lo estas captando, para poder captar y aceptar la voluntad de Dios en nuestras vidas hacen falta tres cosas: Escucha, obediencia y valentía. Escucha, porque difícilmente podemos decir si a algo que no hemos escuchado, pero no se trata de un simple captar el sonido de palabras sino de hacer consciente a nuestro inconsciente de lo que Dios nos está diciendo. Internalizar el mensaje. Obediencia, nos cuesta mucho dejar de lado lo que queremos para dar cabida a lo que Dios quiere, no damos espacio a esa voluntad, la negamos, nos resistimos, la ignoramos, nos hacemos los locos, en fin son muchas las actitudes que tenemos frente a ella, muy pocas veces decimos: “Lo haré, Señor”, la obediencia consiste en eso en hacer sin poner peros ni refutar. Valentía, hace falta mucha de esta para vencer los miedos y obstáculos que hay que afrontar cuando nos disponemos a seguir el plan de Dios, inclusive a veces nos toca renunciar a lo que tanto nos gusta y agrada, a comodidades, a personas, a formas de pensar y de actuar, en fin el cumplimiento de esta voluntad siempre requiere un esfuerzo de nuestra parte, siempre hay algo de que desprendernos. Finalmente quiero dejarles un breve pensamiento que tuve esta mañana con respecto a este tema, lo titule: Lo haré, Señor “Voluntad divina que amaneces frente a mí, Toca fuerte para que pueda escucharte, Para que tenga a bien atenderte. Obediencia tu reclamas, Mi ser indómito se niega, Se resiste para luego caer sin fuerzas y exclamar: ¡Lo haré, Señor! Valentía, que eres osada Ahuyenta de mí el miedo que atemoriza.”

La Cruz se eleva 23.03.15

Lectura del santo evangelio según san Juan (8,21-30): En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Yo me voy y me buscarán, y morirán por su pecado. Donde yo voy no pueden venir ustedes.» Y los judíos comentaban: «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no pueden venir ustedes"?» Y él continuaba: «Ustedes son de aquí abajo, yo soy de allá arriba: Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón les he dicho que morirán por sus pecados: pues, si no creen que yo soy, morirán por sus pecados.» Ellos le decían: «¿Quién eres tú?» Jesús les contestó: «Ante todo, eso mismo que les estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en ustedes; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él.» Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: «Cuando levanten al Hijo del hombre, sabrán que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada.» Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él. Reflexión: Nuevamente Jesús tiene unas palabras con los fariseos y judíos, parece mentira pero esta gente escucho hablar a Jesús tan claro y raspado y aun así no le creyeron, fíjense en el texto creyeron que Jesús se iba a suicidar, todo lo entendían mal por su cerrazón de corazón, Jesús se identifica como el “yo soy”, recordemos que en el antiguo testamento Dios cuando habla a Moisés también se identifica de esta manera. Dios habla en nuestra vida de una manera cercana solo que a veces estamos muy cerrados y no entendemos lo que nos quiere decir y muchas veces mal interpretamos los signos que nos muestra. Así puede que en este momento Dios te esté mostrando cosas para tu vida y el camino que debes seguir y no lo ves, el fin de semana tuve la oportunidad de escuchar algunos testimonios de personas que están pasando por momentos difíciles en donde estaban cerradas a soltar relaciones, problemas, situaciones, esto suele pasar con frecuencia nos aferramos a lo que más nos daña, una de estas personas dijo algo que me impacto, decía: “ a veces tenemos un cactus en la mano y mientras más cerramos la mano más nos dañamos”. Dios sin duda alguna estaba dando un mensaje claro a través del testimonio de esa persona, pero ¿Cómo llegar a esa visión clara de lo que Dios quiere para mí y abrir mi corazón a lo que me dice?, pues bueno la palabra hoy nos dice: “Cuando levanten al hijo del hombre, sabrán que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado”. Debemos volver la mirada a aquel que fue levantado en una cruz, muchos hemos dado la espalda a Dios con nuestras acciones, nuestros pecados, otros le buscamos con criterios equivocados así como los fariseos, mientras que estemos así no podremos captar lo que Dios quiere decirnos, viviremos superficialmente e inmersos en las mismas situaciones y problemas de siempre, para mirar a Jesús es necesario soltar lo que tenemos agarrado, nuestros apegos a pensamientos que nada bueno nos traen. Feliz día, suéltate de convicciones erradas y mira al Yo soy en la cruz.

23 de marzo de 2015

La pasión se convierta en virtud 20.03.15

Lectura del libro de la Sabiduría (2,1a.12-22): Se dijeron los impíos, razonando equivocadamente: «Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; declara que conoce a Dios y se da el nombre de hijo del Señor; es un reproche para nuestras ideas y sólo verlo da grima; lleva una vida distinta de los demás, y su conducta es diferente; nos considera de mala ley y se aparta de nuestras sendas como si fueran impuras; declara dichoso el fin de los justos y se gloría de tener por padre a Dios. Veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.» Así discurren, y se engañan, porque los ciega su maldad; no conocen los secretos de Dios, no esperan el premio de la virtud ni valoran el galardón de una vida intachable. Reflexión: Me quedo con esta última frase: “Así discurren, y se engañan, porque los ciega su maldad; no conocen los secretos de Dios, no esperan el premio de la virtud ni valoran el galardón de una vida intachable”. Esta lectura del antiguo testamento sin duda alguna hace referencia a la persona de Cristo, de su actuar y de como Él, genera en muchos pasiones desmedidas que los llevan a odiarle hasta el punto de matarle. En nuestra vida también estamos llenos de pasiones que nos llevan a hacer mal a otros e incluso nos llevan a la ruina en muchas ocasiones, es preciso identificarlas y tratar de modificarlas. El Beato Santiago Alberione escribió algo que ilustra esta particular actitud, se titula: “Para que la pasión predominante se convierta en fuerza y virtud principal”, aquí se los comparto: “Hemos dicho que las pasiones no son en sí malas, pueden ser dirigidas al bien, todas, todas sin excepción. El amor y la alegría se pueden dirigir a puro y legitimo afecto a la familia, a buenas y sobrenaturales amistades, pero sobre todo, a nuestro Señor que es el más tierno, el más generoso, el más devoto de los amigos… El odio y la aversión se dirijan al pecado, al vicio y a todo lo que conduce a ello para detestarlo y evadirlo… El deseo se transforma en legitima ambición… en la ambición sobrenatural de volverse santo y apóstol. La tristeza, en vez de degenerar en melancolía, se convierte en dulce resignación frente a las pruebas que son para el cristiano semilla de gloria… La humana esperanza se vuelve esperanza cristiana, incólume confianza en Dios, que nos multiplica las fuerzas para el bien. La desesperación se convierte en justa desconfianza de si, que tiene sus fundamentos en la propia impotencia y en los propios pecados, templada por la confianza en Dios. El temor…es para el cristiano fuente de energía: teme al pecado… santo temor que lo arma de coraje contra el mal; teme sobre todo a Dios, premuroso para no ofenderlo, y desprecia el humano respeto. La cólera…se convierte en justa indignación contra el mal. La audacia se vuelve intrepidez de frente a las dificultades y a los peligros. El deseo de grandeza se transforma en compromiso de crecer en cercanía a Dios, ¡El solo grande!. Vivir según Dios es la única verdadera grandeza. El deseo de estima se transforma en ambición de agradar a Dios, juez infalible y eterno. El orgullo se transforma en obediencia que da la seguridad de adivinar siempre. La sensualidad, en una intimidad creciente con María, madre nuestra, y con Jesús hostia, y en amor ardiente por las almas”. Feliz fin, chau transforma tus pasiones!

El cuarto azul 19.03.15

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (4,13.16-18): No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de heredar el mundo. Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura: «Te hago padre de muchos pueblos.» Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe, Abrahán creyó. Apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia.» Por lo cual le valió la justificación. Reflexión: Abraham fue justificado por su fe, y no por el cumplimiento de la ley, ojo eso no quiere decir que él no se apegara a la ley, la palabra de hoy nos hace referencia a que no solo el cumplir los mandatos divinos nos basta, porque muchos pueden estar observándolos pero su vida se limita a un formalismo y no va más allá, también se hace indispensable la vivencia clara de la fe, Abraham creyó con toda esperanza que su descendencia sería grande aun cuando era de edad avanzada y su esposa era estéril, ese caso estaba perdido, era imposible pensar que aquella promesa tendría lugar en aquel hombre, pero el con la gracia de Dios lo cree y hace suya esa promesa, y aún después es probado cuando Dios le pide que sacrifique a su único hijo Isaac, no lo dudó ni un momento, se dispone a obedecer y eso solo puede hacerlo alguien con mucha fe, ahora bien, ¿tiene eco en nosotros todo esto?, ¿creemos que en nuestra vida tendrá lugar esa promesa ese plan que Dios tiene para ti?, a ver, ¿con que sueñas tú?, ¿piensas que eso que anhelas es un imposible o te apoyas en la esperanza para creer con toda esperanza que eso llegara a tu vida?, ¿Qué te impide creer confiadamente?, tal vez es el hecho de no poder ver de manera inmediata, cuando vamos al mercado a comprar algo, sabemos que existe y lo poseemos porque lo vemos, porque lo podemos tocar, oler, sentir, imagino yo a Abraham si se hubiese puesto cómico y decir yo primero debo tocar, oler y sentir a la generación que saldrá de mí para creer, seguramente nada habría sucedido, tener fe es creer que ya has recibido lo que pides, en el momento presente, en estos días en la clase de Neurogerencia en el postgrado, el profesor hablaba de un fulano “cuarto azul”, que es un lugar en nuestra mente donde nosotros podemos meter allí todo lo que anhelamos, el cuarto no tiene límites, es así como usted ahí puede meter una casa, un carro, un nuevo trabajo, una relación con otra persona, etc, y allí en ese cuarto usted puede poseer, tocar, oler, interactuar con ese bien o modificar inclusive conductas en las personas, y lograr que esas cosas se vuelvan realidad, a medida que el profesor hablaba yo recordaba mi vida espiritual y decía en mi interior, eso que este tipo está diciendo no es algo nuevo para mí, eso no es más que la Fe porque la Fe nos lleva a eso, a modificar, a tener aquello que ya hemos soñado. El profesor hizo una acotación dijo que todo aquello era posible siempre y cuando fuese beneficioso para mí y para los demás, sino no tendría lugar en la dimensión real, y eso me hace pensar que lo mismo sucede con nuestros deseos, pues si eso que queremos no se da, es porque no está en el plan de Dios, y si no está en su plan es porque no es bueno para mí ni para los demás. Dios sabe lo que nos conviene. Dios tenía un plan con Abraham y también lo tiene contigo, no desesperes, todo tiene su momento justo. Feliz tarde, mete en ese “cuarto azul de la Fe” todos tus anhelos y verás…

Gusanito de Jacob 18.03.15

Lectura del libro de Isaías (49,8-15): Así dice el Señor: «En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado; te he defendido y constituido alianza del pueblo, para restaurar el país, para repartir heredades desoladas, para decir a los cautivos: "Salid", a los que están en tinieblas: "Venid a la luz." Aun por los caminos pastarán, tendrán praderas en todas las dunas; no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el bochorno ni el sol; porque los conduce el compasivo y los guía a manantiales de agua. Convertiré mis montes en caminos, y mis senderos se nivelarán. Mírenlos venir de lejos; mírenlos, del norte y del poniente, y los otros del país de Sin. Exulta, cielo; alégrate, tierra; romped a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se compadece de los desamparados. Sión decía: "Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado." ¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.» Isaías 41,14-16 No temas, gusano de Jacob, vosotros hombres de Israel; yo te ayudaré declara el SEÑOR y tu Redentor es el Santo de Israel. He aquí, te he convertido en trillo nuevo, cortante, de doble filo; trillarás los montes y los harás polvo, y los collados dejarás como hojarasca. Los aventarás, el viento se los llevará, y la tempestad los dispersará; pero tú te regocijarás en el SEÑOR, en el Santo de Israel te gloriarás. Reflexión: De estos dos textos bíblicos recojo y comento las siguientes frases: 1. “En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado; te he defendido y constituido alianza del pueblo”. Cuando creas que ha llegado tu fin, recuerda esta promesa, Dios siempre tiene respuesta propicia para lo que estás pasando, la respuesta a lo que esperas llegara en el momento justo. 2. “No pasarán hambre ni sed, no les hará daño el bochorno ni el sol; porque los conduce el compasivo y los guía a manantiales de agua”. Nada podrá tocarte, el Dios en el que confías no lo permitirá, quién nos conduce se compadece de nuestros sufrimientos y necesidades, no te guiará a lugares que te procuren mal sino que al contrario te guiará a lugares de reposo, calma y tranquilidad. 3. “Convertiré mis montes en caminos, y mis senderos se nivelarán”. Hay una montaña inmensa (tu problema), Dios tiene el poder para rebajarlos y nivelar todo lo que anda mal, recuerda la canción si tuvieras fe como un granito de mostaza tú le dirías a las montañas, muévanse, muévanse y las montañas se moverán, es tiempo de decirle a la montaña de mi problema, muévete de mi vida y desaparece en el nombre del Señor. 4. “¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré”. Dios no se olvida de sus hijos, y se compara a una madre que se conmueve con el hijo de sus entrañas pero aunque ella dejase de ocuparte de ti, aunque ella te abandonase, Dios nunca lo hará. Puede que en este momento te sientas abandonado, desolado, sin ánimos, con tristeza, y eso te haga pensarte ya acabado, pues Dios te conforta y te carga como un niño entre los brazos de su madre y te da sosiego. 5. “No temas, gusano de Jacob… yo te ayudaré declara el Señor”. Imagina un pequeño e insignificante gusano, aún Dios se preocupa y lo guarda, ¿No lo hará mayor aún con nosotros?. En otras traducciones se dice: No temas gusanito de Jacob, Dios nos trata con esa sutileza porque sabe lo frágil que somos, él no nos maltratara y si sientes que hay algo que te duele en este momento es porque Dios está curando tus heridas. 6. “Te he convertido en trillo nuevo, cortante, de doble filo; trillarás los montes y los harás polvo”. La promesa está en la mesa, Dios hará de ti alguien nuevo, dice Apocalipsis 21, 5: “Yo hago nuevas todas las cosas”. El Señor te dará las herramientas para superar todo lo que se te venga encima, dice Filipenses 4,13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Con Dios todo, sin Dios nada. Feliz tarde, gusanito de Jacob.

Vuelo en parapente 17.03.15

Isaías 41, 8-10 Pero tú, Israel, eres mi siervo. Tú eres mi elegido, pueblo de Jacob, raza de Abraham, mi amigo. Yo te traje de los confines de la tierra. Te llamé de una región lejana, diciéndote: “Tú eres mi servidor, yo me fije en ti y te elegí”. No temas, pues yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Reflexión: Hoy al levantarme escuchaba el mensaje del Padre Linero y compartió esta lectura de Isaías, aunque no corresponde a las lecturas planteadas por el ciclo litúrgico para el día de hoy, decidí hacer mi reflexión de hoy entorno a este texto. En la primera frase, Dios nos dice: “Pero tú, Israel, eres mi siervo…, el Señor se está refiriendo a nosotros de manera directa y particular, y seguro tú estarás pensando pero yo no me llamo ni Israel, ni Jacob, sin embargo hoy el Señor quiere que te apropies de este texto y en el lugar donde están esos nombres, te pide coloques el tuyo y te llama amigo. Así que vuelve a leer estas líneas y ponle tu nombre porque Dios hoy quiere hablarte a través de ellas. La segunda frase, nos reafirma que la cosa es con nosotros, Dios te ha escogido a ti y no a otro, te ha llamado, te ha sacado de dónde estabas metido, tal vez has estado metido en tu trabajo, en tus pensamientos, en tus intereses, en tu dolor, tan metido en la vida misma que no te has dado cuenta de que te ha traído a este mundo para algo en particular y nos dice: “Tú eres mi servidor”. Un servidor escucha y atiende lo que su amo dice. ¿Advierto yo lo que Dios me dice en este instante? La tercera frase, de este texto me hace pensar en todos los momentos donde me he sentido tocando el fondo de una situación, donde uno llega al punto de quiebre, donde el miedo a dar un paso al frente y afrontar lo que nos está pasando se hace inminente, es ahí cuando Dios nos pide ese salto de fe, ese dejarse caer. El año pasado para mi cumpleaños decidí ir a volar en parapente, estaba dispuesta a hacerlo pero en lo que llegue al sitio confieso sentí un poco de temor, el piloto que iba a volar conmigo arreglo todo, desenredo las cuerdas, extendió el parapente, se cercioró de que todos los amarres, que el equipo mío y los anclajes, estuvieran en orden, me dio las indicaciones y me dijo que tenía que correr con fuerza y que no dejara de hacerlo. El sitio por donde corrimos tenía una terminación en la que necesariamente tienes que saltar porque ya no hay más tierra, da miedo porque saltas, pero inmediatamente el viento eleva el parapente y es impresionante como en un instante te ves volando por el cielo, yo no abría los brazos, me agarraba durísimo de los amarres y luego el piloto me dijo: abre los brazos, relájate, confieso que cuando me vi sobrevolando toda el área pensé: Y si me caigo de aquí y me mato, sin embargo luego me tranquilice y disfrute de aquel paisaje hermoso, visto desde arriba. Creo que eso es normal, el miedo a dar el salto, el miedo a estar arriba porque era algo totalmente nuevo para mí, desconocido, a veces nos sucede así en la vida, tenemos miedo de saltar, de tomar decisiones, de dejar atrás la vida pasada, de emprender nuevas cosas, de romper con relaciones que no nos traen ningún beneficio, de buscar nuevos horizontes, un nuevo trabajo, en fin tantas cosas que por simple miedo no nos atrevemos, hoy Dios te dice: “No temas, yo estoy contigo, no desmayes, yo te sustentaré”. Dios está allí sobrevolando contigo, arriésgate, salta y disfruta de la vista al lado de aquel que nunca te abandonará. Feliz día, Dios es el piloto de tu parapente que es la vida.

Ponte en camino 16.03.15

Lectura del santo evangelio según san Juan (4,43-54): En aquel tiempo, salió Jesús de Samaria para Galilea. Jesús mismo había hecho esta afirmación: «Un profeta no es estimado en su propia patria.» Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: «Como no ven signos y prodigios, no creen.». El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño.». Jesús le contesta: «Anda, tu hijo está curado.». El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: «Hoy a la una lo dejó la fiebre.». El padre cayó en la cuenta de que ésa era la hora cuando Jesús le había dicho: «Tu hijo está curado.» Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea. Reflexión: Hoy hagamos un ejercicio de Lectio Divina. 1. LECTURA: ¿Qué dice el texto?. Jesús va de Samaria a Galilea, allí se encuentra con un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún, el funcionario pide a Jesús que baje a sanar a su hijo e insiste y Jesús le dice: Anda, tu hijo está curado. El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino, y cuando iba bajando sus criados vinieron a decirle que su hijo estaba sano, pregunto la hora de la mejoría y se dio cuenta que esta coincidía con la hora a la que Jesús le dijo que su hijo estaba curado, y creyó él y su familia. 2. MEDITACIÓN: ¿Qué me dice el texto?. Jesús va de un lugar a otro no es estático y se queda esperando a que la gente venga a él, ¿En mi servicio a Dios y tarea de dar a conocer el mensaje de Dios, tomo una actitud cómoda, estática y en vez de salir a comunicar espero que la gente me pregunte?. , el funcionario que se fue a su casa con la frase: Tu hijo está curado, ¿creo en la palabra de Dios, que ya he obtenido de Jesús lo que estoy pidiendo o espero un signo o prodigio en particular?, los criados dijeron: Hoy a la una lo dejo la fiebre…y el hombre cayo en cuenta, ¿Me doy cuenta de cómo y cuándo actúa Dios en mi vida, caigo en cuenta rápidamente que cuando mi problema se soluciona Dios ha tenido que ver con eso?, Y creyó él con toda su familia, ¿Los signos que acontecen en mi vida me llevan a rearfirmar más mi fe en él y llevar a otros a que también crean en lo que Dios ha hecho por mí?. 3. ORACIÓN: ¿Qué le digo al Señor?. Dios mío, que no necesite más signos que todo lo que ya has hecho por mí a lo largo de mi vida, para creer en ti y llevar a otros hacia ti. Creo Señor pero aumenta cada día mi fe. 4. CONTEMPLACIÓN: Nos quedamos con la siguiente frase: “El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino”. 5. ACCIÓN: Recuerda en este instante algún momento en el que Dios te haya ayudado, sanado, asistido en la necesidad, da las gracias por eso y reafirma tu fe en él. Feliz tarde, ponte en camino, ya Jesús se encargó de tu problema.

Amo a Dios, amo al prójimo cuando 13.03.15

Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,28b-34): En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?» Respondió Jesús: «El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos.» El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.» Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.» Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Reflexión: Veamos cómo es esto de Amar a Dios con todo el corazón, alma,con toda la mente, con todo el ser. Amo a Dios de esta manera cuando: - Hablo con Él cada día, le cuento mis penas, alegrías, tristezas, preocupaciones, mis logros, mis sueños. Alabo su nombre y le doy gracias. - Le doy el primer lugar en mi vida por encima de cualquier persona: padres, esposo (a), hijos, hermanos, familiares, amigos y por encima de cualquier cosa: casa, carro, trabajo, diversiones, bienes materiales. Es decir no estoy concentrando mi atención exclusiva en persona o cosa alguna, dejando en segundo plano a Dios y lo que el quiere para mí. - Escucho su voz que me habla a través de su Palabra, por tanto me preocupo por leerla y por entenderla, la estudio, la medito, la reflexiono y la aplico en mi vida. Acudo a la Iglesia, voy a misa para recibir las enseñanzas y nutrirme de su Palabra en comunidad. - Disfruto de su amor y le correspondo de manera recíproca, me siento amado por Él y le amo y no vivo en una constante conmiseración y tristeza. - Siento su misericordia hacia mí y eso me lleva a evaluar mi vida y reconocer mis faltas y pedirle perdón de corazón y hacer un propósito de ser mejor cada día. Me siento perdonado por Dios. - Soy dócil a su voluntad, acepto con paciencia las pruebas que me han tocado vivir, no reniego de Él, ni me enojo, cuando las cosas toman otro rumbo que no es el que yo quiero o espero. Soy como María y exclamo: “Hágase en mí según tu voluntad”. - Conozco y defiendo mi fe, no me arrepiento de creer en Dios y me oculto para pasar desapercibido, sino que soy testigo y doy testimonio con mi vida de las maravillas que Dios ha hecho en mi vida. - Soy fiel a Dios y no ando en búsqueda de otras supuestas ayudas, no pongo mi fe en otro, solo en Dios y no en cosas y personas de esta tierra, no le doy poder a amuletos, rituales, prácticas espiritistas y sobrenaturales, mantras, ni chacras, santería, horóscopo, ni nada de esas corrientes que me ofrece el mundo. Reconozco que solo hay un Dios y eso me basta. Ahora veamos cómo es eso de amar al prójimo: - Veo la necesidad material, emocional y espiritual en mi hermano y me hago solidario con el aportando de mí lo que sea necesario para socorrerle. No soy mezquino, egoísta, ni escatimo en el dar al otro, doy desinteresadamente, sin esperar recibir nada a cambio. - Doy consuelo a aquel que se encuentra triste, desanimado, sin fuerzas. Oriento a los demás y doy consejos de acuerdo a lo que Dios quiere para el hombre, soy ejemplo, guía y luz para otros. No discrimino ni excluyo a nadie. - Tengo como principio hacer el bien a otros aún por encima de mis propios intereses y mi bienestar. - Cuido el ambiente, los animales, las plantas, no contamino, no malgasto los recursos disponibles, ayudo a crear consciencia en los demás de que este mundo es de todos y que debemos cuidarlo. - Respeto la vida desde sus inicios, desde el mismo momento en el que es concebida, no soy participe de prácticas abortivas, de maltrato a los derechos humanos del otro, no soy agresivo y reacciono impulsivamente hacia los otros causando daños físicos y emocionales, cuido mi salud y no incurro en prácticas que vayan en detrimento de ella como por ejemplo los vicios. - Practico la justicia, doy a cada uno lo que le corresponde, no me aprovecho de mi poder para pasar por encima del otro, no le quito a los demás las cosas que le pertenecen, cumplo con mis responsabilidades en mi trabajo, familia y sociedad. Denuncio las injusticias cuando las veo y no soy participe de ellas. No práctico la extorsión, ni especulación. Respeto los bienes del otro. - Hablo con la verdad en todo momento aun cuando decirla no me favorezca, no necesito jurar por nadie para dar veracidad a lo que digo, mi vida va en consonancia con lo que digo y hago, no incito a otros a mentir, no falsifico información ni caigo en prácticas corruptas. No soy chismoso, ni calumnio a los demás. - Soy consciente de que el otro es hijo de Dios y que tiene como tal dignidad por lo tanto lo valoro y respeto, no abuso de él, ni violento su libertad, no lo coacciono ni obligo a actuar según mis intereses, no lo manipulo, ni sonsaco. No me aprovecho de su vulnerabilidad. - Vivo mi sexualidad siendo consciente de que es un don dado por Dios para dar continuidad a la vida dentro de una familia conformada y no de manera liberal y a mi antojo, creo en el matrimonio y la fidelidad a la pareja, participó activamente de la educación de mis hijos, tanto en lo material, emocional y psicológico. Creo que el amor en la pareja debe ser modelo del amor de Dios. - No doy cabida a pensamientos malsanos que me denigran como persona y me hacen caer en actos que manchan la pureza que Dios ha puesto en mi corazón, no promuevo la pornografía, ni la veo, cuido a los más pequeños de caer en prácticas sexuales no acordes a su edad. - Me esfuerzo por obtener las cosas que quiero pero sin pasar por encima del bienestar de otros, no envidio ni deseo en forma desmedida lo que el otro posee sino que me alegro del bienestar del otro y lucho por mis propios medios para alcanzarlo. Soy conforme y agradecido con lo que voy logrando, no soy avaricioso y caigo en la práctica de desear cada vez más. Puedo seguir todo el día enumerando las prácticas que manifiestan nuestro amor hacia Dios y hacia los otros pero no alcanzarían las hojas, por los momentos lo dejo hasta aquí y que dentro de ti reflexiones sobre cómo has estado viviendo en estos últimos días. Señor, no hemos sido los mejores practicantes de estos mandamientos referidos a amarte y amar al prójimo, ayúdanos tu a ser mejores cada día. Amén. Feliz fin de semana y que la práctica del amor tenga cabida en nuestra vida.

Toma posesión de tu tierra 11.03.15

Lectura del libro del Deuteronomio (4,1.5-9): Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo te mando cumplir. Así vivirás y entrarás a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de tus padres, te va a dar. Mira, yo te enseño los mandatos y decretos que me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumplas en la tierra donde vas a entrar para tomar posesión de ella. Ponlos por obra, que ellos son tu sabiduría y tu inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente." Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy les doy? Pero, cuidado, guárdate muy bien de olvidar los sucesos que vieron tus ojos, que no se aparten de tu memoria mientras vivas; cuéntaselos a tus hijos y nietos.» Reflexión: “Moisés habló al pueblo y dijo: Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo te mando cumplir. Así vivirás y entrarás a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de tus padres, te va a dar”. Pensando en estas palabras me preguntaba: ¿A qué tierra se refiere Dios?, ¿De qué tierra he de tomar posesión?. Durante estos días he estado reflexionando sobre las cosas que debo mejorar en mi vida, pero nadie puede mejorar sino toma la decisión de adentrarse hacia la búsqueda de ese yo interno, creo que de esa tierra es la que Dios espera que nosotros nos apropiemos, así pues se hace necesario el llegar a un profundo conocimiento del ser, ¿Y cómo puedo llegar a ese conocimiento?, pues la respuesta es examinando nuestra vida. Hace dos meses me dio un dolor muy fuerte en la boca del estómago, sentía un ardor que me quemaba dentro, tanto fue la molestia que acudí al médico para ser evaluada, y lo primero que hizo el doctor para saber que tenía fue examinarme y mandarme hacer varios exámenes, entre ellos una endoscopia, que es una técnica diagnóstica, utilizada en medicina, que consiste en la introducción de una cámara o lente dentro de un tubo o endoscopio a través de un orificio natural, una incisión quirúrgica o una lesión para visualización de un órgano hueco o cavidad corporal. En pocas palabras la endoscopia sirve para ver lo que no está a simple vista, para ver adentro, ahora bien tomando este ejemplo, nosotros podríamos empezar por ahí haciendo una endoscopia a nuestro yo interno, cuando el doctor hizo esa evaluación encontró que yo padecía de gastritis aguda, hernia hiatal, duodenitis y esofaguitis, también con las otras evaluaciones vieron que mi páncreas, vesícula, riñones, baso y otros órganos estaban muy bien, todo eso lo pudo saber porque miro hacia adentro. En el caso de nuestra vida una forma de examinarla es a través de los mandamientos que Dios nos pide guardar, es posible que estemos quedándonos en la superficie y no revisando con detalle nuestras acciones, podemos decir, si, yo tengo que cambiar esto o aquello, pero nunca cambio, solo nos quedamos en pensamientos y razonamientos pero no llegamos al fondo, no miramos nuestras luces (cualidades) y nuestras sombras (defectos, fallas), vale la pena hacer esa introspección y conocer esa tierra de la cuál deberíamos tomar posesión y hacerla prospera, no solo para favorecernos a nosotros mismos sino también al resto, ¿Me doy cuenta que he vivido por años cargando con defectos y fallas que me maltratan y que maltratan a otros?, ¿Por qué no las he corregido?, ¿Me he hecho realmente consciente de lo que soy, con mis virtudes y defectos?. Las virtudes y cualidades son herramientas que nos pueden ayudar a ser cada día mejor y corregir lo que anda mal, ¿Conozco cuáles son mis herramientas y las uso para ser mejor o intento cambiar sin acudir a ellas?. Si hay algo que no anda bien en tu vida, ¿te has tomado el tiempo, en silencio, de evaluar cada palmo de esa situación?, ¿las actitudes que has tomado frente a ella, son una respuesta donde reconozcas tu parte?, lo que has hecho es lo que te llevo a donde estas, nada de lo que te pasa es castigo de Dios sino consecuencias de tus acciones, aunque a lo mejor viéndolo por encima digas, yo no he hecho nada mal, no es mi culpa, hazte una endoscopia y mira bien, tal vez te sorprendas con cosas que no esperabas ver y que están allí dentro de ti, tú tienes la respuesta internamente, arriésgate y examínate sin miedo. Vale la pena apropiarnos de nuestra tierra (yo interno). Feliz tarde, toma posesión de tu tierra.

El horno 10.03.15

Lectura de la profecía de Daniel (3,25.34-43): En aquellos días, Azarías se detuvo a orar y, abriendo los labios en medio del fuego, dijo: «Por el honor de tu nombre, no nos desampares para siempre, no rompas tu alianza, no apartes de nosotros tu misericordia. Por Abrahán, tu amigo; por Isaac, tu siervo; por Israel, tu consagrado; a quienes prometiste multiplicar su descendencia como las estrellas del cielo, como la arena de las playas marinas. Pero ahora, Señor, somos el más pequeño de todos los pueblos; hoy estamos humillados por toda la tierra a causa de nuestros pecados. En este momento no tenemos príncipes, ni profetas, ni jefes; ni holocausto, ni sacrificios, ni ofrendas, ni incienso; ni un sitio donde ofrecerte primicias, para alcanzar misericordia. Por eso, acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde, como un holocausto de carneros y toros o una multitud de corderos cebados. Que éste sea hoy nuestro sacrificio, y que sea agradable en tu presencia: porque los que en ti confían no quedan defraudados. Ahora te seguimos de todo corazón, te respetamos y buscamos tu rostro, no nos defraudes, Señor. Trátanos según tu piedad, según tu gran misericordia. Líbranos con tu poder maravilloso y da gloria a tu nombre, Señor.» Reflexión: Azarías se encontraba en un gran aprieto pues el Rey había mandado a meterlo en el horno por haberse negado a la orden de adorar a otros dioses, y en medio del fuego sus labios se abrieron para elevar una plegaria a Dios. Puede que en este momento estés metido en medio del horno, que la situación que estás viviendo te haga sentir sofocado, ahogado y sin salida, al punto de querer salir huyendo y perderte, fácilmente caemos en desesperación cuando sentimos que lo que nos pasa es una desgracia, un mal momento, una mala racha como tú quieras llamarlo, ahora bien en medio de ese horno en el que estas, ¿Cuál es tu actitud?, ¿Tus labios se abren para hablar con Dios o te encierras en tus propios pensamientos y dolor sin querer hacer nada más?. Azarías sabía lo que Dios había hecho en el pasado por sus antepasados Abraham, Isaac e Israel, sabía que había allí latente una promesa divina, Dios no dejaría morir a su pueblo sino que lo haría de descendencia numerosa. ¿Crees que Dios te está dejando morir en este momento o mantienes la confianza en Él de que todo pasará?. Seguidamente nuestro protagonista de hoy reconoce que todo lo que le ha sucedido es a causa de sus muchos pecados, sabe que muchas de las cosas que están viviendo como pueblo es porque han dado la espalda a Dios y esto ha cambiado su suerte. Esta mañana muy temprano escuche al Padre Linero hablar de la intencionalidad, decía: “para generar un cambio en nuestra vida es necesario tener la intención de cambiar”. Nada diferente sucederá si tú no deseas ese cambio, y para que tenga lugar es necesario saber a dónde vamos y a dónde queremos llegar, sino tienes claro cuál es el fin, poco podrás hacer para llegar hasta el, como cristianos debemos tener presente que nuestro fin último es la vida en Dios, así pues respondamos ¿En qué cosas estoy dando la espalda a Dios?, ¿Reconozco mis faltas ante Él o sigo obstinado pensando que todo lo he hecho bien y que no necesito cambiar nada en mí?. Azarías quiere agradar a Dios de algún modo pero no tiene nada que ofrecer más que su corazón, es lo único con lo que cuenta en medio del horno en el que está metido, tal vez en este momento tú también estas igual, nada tienes para ofrecer a Dios más que lo que te está pasando, ofrécele tu corazón a Dios tal como está, con su dolor, sus pecados, sus heridas, pero sobretodo con tu profundo arrepentimiento por haber dejado de lado a Dios en tu vida, que la humildad de tu corazón sea sacrificio que agrade a Dios. Finalmente este joven afirma: “porque los que en ti confían no quedan defraudados”. Si mantienes tu confianza firme en Dios no acabarás mal, Dios no te dejará tirado sino que te sacará de ese horno y te refrescará. Solo abre tus labios y confía en Él. Feliz y santo día. El fuego que te abraza en este momento se mitigará.

Obreros en la vía 09.03.15

Lectura del segundo libro de los Reyes (5,1-15a): En aquellos días, Naamán, general del ejército del rey sirio, era un hombre que gozaba de la estima y del favor de su señor, pues por su medio el Señor había dado la victoria a Siria. Era un hombre muy valiente, pero estaba enfermo de lepra. En una incursión, una banda de sirios llevó de Israel a una muchacha, que quedó como criada de la mujer de Naamán, y dijo a su señora: «Ojalá mi señor fuera a ver al profeta de Samaria: él lo libraría de su enfermedad.» Naamán fue a informar a su señor: «La muchacha israelita ha dicho esto y esto.» El rey de Siria le dijo: «Ven, que te doy una carta para el rey de Israel.» Naamán se puso en camino, llevando tres quintales de plata, seis mil monedas de oro y diez trajes. Presentó al rey de Israel la carta, que decía así: «Cuando recibas esta carta, verás que te envío a mi ministro Naamán para que lo libres de su enfermedad.» Cuando el rey de Israel leyó la carta, se rasgó las vestiduras, exclamando: «¿Soy yo un dios capaz de dar muerte o vida, para que éste me encargue de librar a un hombre de su enfermedad? Fijaos bien, y veréis cómo está buscando un pretexto contra mí.» El profeta Eliseo se enteró de que el rey de Israel se había rasgado las vestiduras y le envió este recado: «¿Por qué te has rasgado las vestiduras? Que venga a mí y verá que hay un profeta en Israel.» Naamán llegó con sus caballos y su carroza y se detuvo ante la puerta de Eliseo. Eliseo le mandó uno a decirle: «Ve a bañarte siete veces en el Jordán, y tu carne quedará limpia.» Naamán se enfadó y decidió irse, comentando: «Yo me imaginaba que saldría en persona a verme, y que, puesto en pie, invocaría al Señor, su Dios, pasaría la mano sobre la parte enferma y me libraría de mi enfermedad. ¿Es que los ríos de Damasco, el Abana y el Farfar, no valen más que toda el agua de Israel? ¿No puedo bañarme en ellos y quedar limpio?» Dio media vuelta y se marchaba furioso. Pero sus siervos se le acercaron y le dijeron: «Señor, si el profeta te hubiera prescrito algo difícil, lo harías. Cuanto más si lo que te prescribe para quedar limpio es simplemente que te bañes.» Entonces Naamán bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta, y su carne quedó limpia como la de un niño. Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: «Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel.» Reflexión: Me siento plenamente identificada con Naamán, y tal vez tú también, muchas veces esperamos soluciones inmediatas, extraordinarias y sobretodo porque somos osados en pensar como debe ser el accionar de Dios. Naaman se molestó porque la solución que Dios le encontró a su enfermedad fue mandarlo a bañar al río, algo muy sencillo y fácil de hacer, sin embargo él pensaba que el profeta saldría a su encuentro e invocaría a Dios para que así se llevará a cabo su sanación, ¿Qué es lo que realmente importa el ser sanados, ayudados en nuestra necesidad o el medio que Dios use para hacerlo?. Dios actúa de manera sencilla en tu vida para atender lo que te está sucediendo en este instante, deja de esperar que suceda algo extraordinario y que Dios quite tu dolor y sufrimiento de un solo golpe como si fuera magia, fíjate Eliseo mandó a Naamán a bañarse 7 veces, en la Biblia ese número significa mucho tiempo, puede que tengamos que esperar un poco así como los carteles que encontramos en las vías a veces cuando las están reparando: “Disculpe, Obreros trabajando para ofrecer un mejor servicio”. Dios se encuentra atendiendo lo que te pasa, no desesperes, ni intentes presionarlo para que haga algo extraordinario, así como el jugador de ajedrez se toma su tiempo para pensar la estrategia para mover una pieza, así también Dios se toma su tiempo para mover poco a poco las cosas en tu vida y llevarte a una jugada ganadora. Acepta la voluntad de Dios y lo sencillo que es el actuar de Dios, cálmate, que la sanación física, emocional, espiritual vendrá, que la ayuda está en proceso, Dios en este momento está trabajando en las vías de tu vida para repararlas. Feliz inicio de semana.

Guarda silencio 06.03.15

Lectura del libro del Génesis (37,3-4.12-13a.17b-28): José era el preferido de Israel, porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo. Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo a José: «Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos.» José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos. Antes de que se acercara, maquinaron su muerte. Se decían unos a otros: «Ahí viene el de los sueños. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en que paran sus sueños.» Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo: «No le quitemos la vida.» Y añadió: «No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongáis las manos en él.» Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre. Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica con mangas, lo cogieron y lo echaron en un pozo vacío, sin agua. Y se sentaron a comer. Levantando la vista, vieron una caravana de ismaelitas que transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a Egipto. Judá, propuso a sus hermanos: «¿Qué sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pondremos nuestras manos en él, que al fin es hermano nuestro y carne nuestra.» Los hermanos aceptaron. Al pasar unos comerciantes madianitas, tiraron de su hermano, lo sacaron del pozo y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas. Estos se llevaron a José a Egipto. Reflexión: Me disculpan por estar ausente durante toda la semana digamos que mi ausencia tiene una mezcla de ocupaciones y también porque no decirlo un poco de desánimo, por aquello de que a veces no tenemos lo que queremos, pasan cosas que no entendemos y nos duelen y hacen que caigamos en el preguntarle a Dios el ¿por qué? y no el ¿para qué?. Algo de eso he vivido durante esta semana pero hoy todo se confabula para que vuelva a compartir con ustedes nuevamente estas humildes líneas, primero mi hermana me pregunta: ¿Estas de huelga que no has escrito las reflexiones?, segundo una amiga me manda un mensajito de reflexión que tenía lo siguiente: quiero ayunar más de mi mismo y de mis cosas, Señor, ¿De qué quieres que me desprenda hoy?, y tercero otra buena amiga me envía el siguiente versículo: Guarda silencio ante el Señor; espera con paciencia a que él te ayude. Salmo 37,7. Esas tres intervenciones bastaron para que reaccionara y dijera, basta de huelgas, hoy haré ayuno de mi desánimo, y guardaré silencio ante todo esto que me pasa para dejar que Dios actué. Seguramente a nuestro protagonista del texto de hoy le pudo haber pasado lo mismo, imagínense ser traicionado y vendido por sus propios hermanos, inclusive pensaron en matarlo, había mucha envidia, lo odiaban al punto de que no les importaba que fuera su hermano para procurarle daño. José fue vendido como esclavo y se lo llevaron a Egipto, en un día pierde su libertad y es sacado de su país y aislado de su gente, debió sentirse muy mal al ver las acciones de sus hermanos contra el, es posible que en ese momento no hubiese tenido claro porque aquello le estaba sucediendo a él, pero hay alguien que si sabía perfectamente el ¿para qué?, más adelante la historia narra que José es la salvación de sus hermanos, que el haberse ido a vivir a Egipto le trajo bienestar luego de haber pasado varias pruebas llega a ser la mano derecha del Faraón y lo ponen de administrador de los bienes en un tiempo de hambruna, donde las personas de todos los pueblos aledaños van a buscar comida, entre ellos sus hermanos, y José en aquel momento los asiste y se da cuenta del para qué tuvo que pasar todo lo que le aconteció en su vida. Así pues si en este momento estas pasando por alguna prueba en la que no entiendes el por qué y te sientes derrotado, desanimado, sin fuerzas, yo te invito a que guardes silencio y dejes de preguntarle y reprocharle a Dios y espera con paciencia a que él te ayude a entender el para qué te sucedió lo que sea que haya sucedido, ayuna de tu desanimo el día de hoy, deja de lado la tristeza, solo por hoy, sé feliz y confía que todo va a estar bien, Dios te lleva de la mano. Feliz día, guarda silencio y espera.

El té de jengibre 25.02.15

Lectura de la profecía de Jonás (3,1-10): Vino la palabra del Señor sobre Jonás: «Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.» Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!» Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños. Llegó el mensaje al rey de Nínive; se levantó del trono, dejó el manto, se cubrió de saco, se sentó en el polvo y mandó al heraldo a proclamar en su nombre a Nínive: «Hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban; vístanse de saco hombres y animales; invoquen fervientemente a Dios, que se convierta cada cual de su mala vida y de la violencia de sus manos; quizá se arrepienta, se compadezca Dios, quizá cese el incendio de su ira, y no pereceremos.» Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó. Reflexión: Un mensajero: Jonás profeta de Dios, un mensaje: ¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!, unos destinatarios: Los ninivitas. Este mensaje que fue a dar Jonás es directo y fuerte, me recuerda a un Té de jengibre que me dieron esta mañana para descongestionarme de una gripe que me aqueja. Estaba super fuerte y sentía que me ardía en la garganta por lo picoso de su sabor, pero sé que esa molestia es necesaria para luego traerme una mejoría. Así les paso a este pueblo ninivita basto un mensaje fuerte y que seguramente al escucharlo les pico dentro para reaccionar y dar un cambio a sus vidas. Siguiendo con mis comentarios, me llama la atención de este texto que tres acciones bastaron para que la catástrofe que se avecinaba sobre la ciudad de Nínive no tuviera lugar. 1. El profeta se “levantó” y fue a predicar el mensaje que Dios le había dicho, recordemos que Jonás antes de hacer esto paso tres días dentro del vientre de una ballena, ese tiempo le sirvió para darse cuenta que no podía evadir la orden que le había dado Dios. El rey de Nínive también se levantó y reaccionó, sabía que no podía quedarse de brazos cruzados y fue así como dio el heraldo que les procuró la salvación. Ahora vamos con nosotros, ¿Estamos achantados y pasivos en esto de dar a conocer el mensaje de Dios?, ¿Me preocupo cuando veo que el mundo está tomando un rumbo indebido y reacciono para señalar lo que no está correcto?, ¿Cuál es mi aporte a la sociedad para que las cosas vayan mejor en mi país? 2. “Creyeron” en Dios los ninivitas, se vistieron de sayal y proclamaron ayuno. Basto este mensaje tan corto donde se vieron al borde de la muerte si la ciudad era destruida para que reaccionaran y tomaran cartas en el asunto. Suele suceder así también con nosotros, a veces esperamos darnos un golpe para transformar y cambiar nuestra vida, que bueno fuera que no esperáramos a que nos suceda algo grave para comenzar a creer y confiar en Dios. 3. Y vio Dios sus obras, su “conversión” de la mala vida. Como seres humanos somos débiles y tendemos a caer muy fácil en las seducciones que nos presenta el mundo, avaricia, vanidad, envidia, odio, intolerancia, desinterés, corrupción, autosuficiencia, vida sin fe, incomprensión, falta de caridad, peleas, desamor, ingratitud, y muchos otros, que poco a poco van llenando nuestro diario vivir y se vuelven tan comunes que no nos damos cuenta de que están allí y que lo hacemos sin pensar. Pensemos pues ¿De cuáles acciones que hago cotidianamente debo yo convertirme y cambiar ?. Es propicio pensar y revisar todos los aspectos de nuestra vida en este tiempo de Cuaresma, creer y cambiarlos, nunca es tarde, no esperemos a darnos el porrazo para reaccionar y más bien seamos nosotros los instrumentos para que otros reaccionen. Feliz día, sé cómo el jengibre, que es picoso pero da mejoría.

¿Por qué somos así? 24.02.15

Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recen, no usen muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No sean como ellos, pues su Padre sabe lo que les hace falta antes de que lo pidan. Ustedes recen así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." Porque si perdonan a los demás sus culpas, también su Padre del cielo los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco su Padre perdonará sus culpas.» Reflexión: Acostumbro todas las mañanas llevar a mi hermana a su trabajo antes de irme al mío, de camino muy poco hablamos, generalmente pongo la radio para escuchar las noticias o música y solo vamos calladas escuchando lo que dice la radio o cada una envuelta en sus propios pensamientos, hoy una amiga me pidió que le diera la cola y se montó en el carro saludándonos con los buenos días y respondimos y luego vino un silencio que se mantuvo durante casi todo el trayecto, solo cruce con mi hermana y amiga algunas palabras para decirles cosas puntuales. Al dejar a mi hermana en su trabajo ella se despidió y mi amiga se cambió al puesto de copiloto e inmediatamente dijo: “¿Por qué ustedes son así?”, le respondí: “¿Así cómo?, bueno que no hablan y se mantienen en silencio”, le respondí: “La verdad siempre somos así, creo que cada una anda pendiente de sus pensamientos y de sus cosas y no se preocupa porque la otra no hable, además si la otra no quiere hablar, no se le puede obligar”. Fue una respuesta de salida rápida para una pregunta complicada, ciertamente no está bien lo que hacemos mi hermana y yo, es cuestión de que no nos habíamos dado cuenta hasta que un tercero se montó en el carro y se dio cuenta. ¿A dónde quiero llegar con este cuento?, voy a eso a continuación, si en nuestras relaciones humanas existen esas carencias de comunicación, ¿No nos estará pasando también esto con Dios?, en estos días en una actividad de la Iglesia me preguntaron, ¿Te comunicas con Dios?, ¿Cuándo te habla tú le correspondes?, sinceramente analizando, mi respuesta es NO. Es irónico pensé si todos los días me levanto temprano para leer su Palabra y hacer las reflexiones, ¿cómo voy a tener esa respuesta?, pues si es la verdad, creo que he estado actuando como los gentiles usando muchas palabras para dirigirme a Dios, y me he olvidado de orar con sencillez de corazón, hay un cuento de un campesino que me gusta mucho que quisiera compartirles para ilustrar lo que es orar con sencillez, dice así: Había una vez un campesino que todos los días se detenía en la iglesia antes de ir a sus labores y frente al santísimo recitaba varias veces el abecedario, el sacerdote del templo que lo observaba desde hacía una semana, un día se acerca y le pregunta: ¿Qué haces?, ¿Por qué recitas el abecedario delante del Señor?, el campesino respondió: “Padre, yo no sé cómo orar pero creo que si le recito el abecedario al Señor, Él podrá así armar la oración que él prefiera de mí”. Que humildad y sencillez la de aquel hombre al orar, eso es lo que nos pide hoy el Evangelio, y podemos interpelarnos con la pregunta que me hizo mi amiga esta mañana: ¿Por qué son así?, ¿Por qué somos tan ingratos que guardamos tanto silencio delante de Dios, que es nuestro Padre?, ¿Por qué no contarle lo que nos pasa como si estuviésemos hablando con nuestro mejor amigo?, ¿Por qué no contarle tus miedos, preocupaciones, angustias?, ¿Por qué no compartirle tu día a día, tus alegrías, tus logros?, no será que nos estamos llenando de ruidos y no dejamos espacio para conversar con Él, y si nos comunicamos con Él, ¿Realmente estamos siendo lo más sinceros y sencillos posible cuando hablamos?. Jesús nos enseña como orar de manera sencilla al Padre, llamándolo Padre Nuestro, si conociéramos la riqueza que tiene esta oración no la recitaríamos a la carrera como muchas veces lo hacemos, veamos que nos dice en cada frase: "Padre nuestro del cielo: Él es nuestro Padre y nos conoce no temas acercarte a contarle lo que te pasa. Dios es un Padre Misericordioso y amoroso. Santificado sea tu nombre: Alaba y reconoce la grandeza de su nombre y las maravillas que ha hecho, porque Él es el Todopoderoso y su nombre es santo. Venga tu reino: Ven Señor, a mí corazón, a mí familia, a mi trabajo, a mi lugar de estudio, de recreación, ven a nuestras vidas Señor y muéstranos tu Reino de amor. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo: Que pueda aceptar lo que está ocurriendo en mi vida en este momento y que pueda decir como Jesús, que se haga tu voluntad y no la mía. Danos hoy el pan nuestro de cada día: Dame lo que necesito, tú conoces mis necesidades, que no me falte no sea que robe pero tampoco que me sobre, no sea que mi corazón se llene de grandeza y vanidad. Perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido: Ayúdame y dame un corazón misericordioso como el tuyo para que pueda reconocer que mis hermanos son igual de débiles que yo y pueden equivocarse. No nos dejes caer en la tentación: Ante las pruebas y las tentaciones danos la fuerza para no ceder y dejarnos cautivar por ellas. sino líbranos del Maligno: Guarda nuestras entradas y salidas, protégenos de los que nos quieren hacer daño. Feliz día, No seas silencioso ante Dios, háblale, que espera escucharte.

La piedra en el zapato 23.02.15

Lectura del libro del Levítico (19,1-2.11-18): El Señor habló a Moisés: «Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: "Sean santos, porque yo, el Señor, su Dios, soy santo. No robarás ni defraudarás ni engañarás a ninguno de tu pueblo. No jurarás en falso por mi nombre, profanando el nombre de Dios. Yo soy el Señor. No explotarás a tu prójimo ni lo expropiarás. No dormirá contigo hasta el día siguiente el jornal del obrero. No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezos al ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor. No darás sentencias injustas. No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico. Juzga con justicia a tu conciudadano. No andarás con cuentos de aquí para allá, ni declararás en falso contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor. No odiarás de corazón a tu hermano. Reprenderás a tu pariente para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor. Reflexión: En este tiempo de cuaresma se nos invita a hacer una revisión de nuestra vida, de nuestras acciones para hacernos conscientes de lo que no hemos estado haciendo bien y de lo que debemos cambiar, cuaresma además de ser tiempo de conversión también es tiempo de reconciliación, para algunos es difícil identificar las cosas en las que están fallando o puede ser que nos estemos haciendo los locos, sin embargo hoy la primera lectura nos trae una lista de algunas premisas que podemos tener en cuenta para realizar nuestro examen de conciencia, porque puede que nos pase como una vez con mi jefe cuando me le acerque a contarle que no estaba durmiendo bien porque me despertaba pensando mucho y en tono de juego me dijo: “Así tendrás esa conciencia que no te deja dormir”, puede que parezca tonto pero son muy ciertas sus palabras, nuestra vida no puede estar en paz si nuestros pensamientos no están en paz y nuestras pensamientos no estarán en paz hasta que nuestras acciones estén en paz y estas estarán en paz cuando estén orientadas a cumplir lo que la ley de Dios nos pide hacer. No dejemos pasar este tiempo sin hacer esa revisión, no vaya ser que por no revisar sigamos con esa conciencia intraquila o como me paso a mí esta mañana que sentía una molestia dentro del zapato y pensé eso debe ser una piedrita que se me metió y me debe estar molestando, camine un buen rato con mi molestia pero luego decidí quitarme el zapato para revisar, metí la mano para sacar la supuesta piedra pero nada había ahí dentro, toque una puyita y pensé es algo del zapato, lo dejaré así y cuando disponía a ponérmelo de nuevo, lo voltee y vi que la puyita era un gran chinche que se había clavado a la suela de mi zapato. Nos puede estar pasando en nuestra vida espiritual que el pecado o nuestras malas acciones sean como esa piedrita que nos molesta pero que creemos es algo insignificante pero no deja de incomodarnos y cuando venimos a darnos cuenta, no es una piedra sino una puya que ya atraviesa y está bien metida dentro de nosotros. Saquemos esa piedra, esa puya, no dejemos que nos siga molestando. Dentro de la lista que nos trae el texto se nos pide: No robar ni engañar, esto implica dejar la flojera en tu trabajo, no echar carro, no copiarte en los exámenes si eres estudiante, no ser usurero. No jurar en falso, que tu si sea si y que tu no sea no, si eres hombre y mujer que habla con la verdad no será necesario que jures para que te crean lo que dices. No explotarás, ni expropiarás a tu prójimo, no le quites a los demás lo que se han ganado con el fruto de su trabajo y esfuerzo, no abuses del poder que se te ha dado. No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezo al ciego, no le busques la caída a tu hermano o te aproveches de su debilidad cuando lo veas vulnerable. No darás sentencias injustas, da a cada quién lo justo, ni más ni menos, sé justo en el pago del salario de tus empleados, sé justo en el tiempo que dedicas a tu familia, sé justo en el servicio que ofreces a Dios, sé justo y no favorezca a alguien solo porque es tu amigo, sé justo, no te colees, espera tu turno para ser atendido. No andes con cuentos de aquí para allá, deja de ser chismoso, sapo, el lleva y trae, ocúpate de tus cosas y deja de averiguar, opinar y meterte en la vida de los demás, mira la viga que tienes en el ojo, antes de señalar la pajilla que tiene el otro en el ojo. No odiarás, ni te vengarás, sino que amarás a tu prójimo. Suelta ya ese rencor que te carcome, sácate esa puya que te molesta dentro, libérate y ponte en el camino hacia el amor y la reconciliación con el que te ha agraviado. Feliz día, Sean Santos como yo el Señor soy Santo.

Delante la vida y la muerte 19.02.15

Lectura del libro del Deuteronomio (30,15-20): Moisés habló al pueblo, diciendo: «Mira: hoy te pongo delante la vida y el bien, la muerte y el mal. Si obedeces los mandatos del Señor, tu Dios, que yo te promulgo hoy, amando al Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, guardando sus preceptos, mandatos y decretos, vivirás y crecerás; el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para conquistarla. Pero, si tu corazón se aparta y no obedeces, si te dejas arrastrar y te prosternas dando culto a dioses extranjeros, yo te anuncio hoy que morirás sin remedio, que, después de pasar el Jordán y de entrar en la tierra para tomarla en posesión, no vivirás muchos años en ella. Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra; te pongo delante vida y muerte, bendición y maldición. Elige la vida, y vivirás tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, pegándote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que había prometido dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob.» Lucas 9, 24-25: «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?» Reflexión: Hoy las lecturas que se nos presentan, nos traen un mensaje directo y bien claro, ante nosotros siempre en el mundo actual están presente el bien y el mal, la vida y la muerte, tal como lo indica el texto del Deuteronomio, Dios está consciente de que nos enfrentamos a ese desafío donde nuestra elección juega un papel muy importante, la opción por el bien y la vida tiene su recompensa, si obedeces, vivirás y crecerás, serás bendito, ¿Quién no ha de querer todo esto para sí?, solo una cosa se nos pide y es que en nuestra elección guardemos los mandamientos, estos se resumen en solo dos: “Amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a uno mismo”. En este tiempo de Cuaresma donde iniciamos el camino hacia la Semana Santa, es conveniente evaluar nuestra vida en el amor, sí, en el amor que tenemos a Dios y el que nos tenemos a nosotros mismos, porque si no nos amamos primeramente a nosotros difícilmente podamos amar a otros. Si el tiempo de Cuaresma es tiempo de reconciliación ¿Por qué evaluarnos en el amor?, bueno por la simple razón de que Jesús vino a esta tierra y murió precisamente para darnos a conocer ese inmenso amor por Él, mi elección por el bien siempre va a estar direccionada por el amor, pongamos un ejemplo sencillo: Si tengo delante de mí la oportunidad de tomar algo que no es mío sin que se den cuenta, la elección entre el bien y el mal, están frente a mí, pero ¿qué criterio he de usar para elegir?, si recuerdo el segundo mandamiento que me dice ama a tu prójimo como a ti mismo, tendré el mejor de los criterios para decidir, pensando: ¿Me gustaría que me hicieran lo que yo voy hacer?, ¿Cómo me sentiría o afectaría si esto me pasara a mí?, partiendo de la afección del YO, me doy cuenta que no quiero que me hagan el mal sino el bien, me gustaría que los demás eligieran siempre hacerme el bien, entonces si yo deseo el bien para mi desde ese amor que tengo hacia mí mismo, pensaré entonces en generar bienestar al otro y no dañarlo, porque es lo que anhelo para mí, de esta manera estoy en el camino correcto eligiendo el bien y la vida, tal como nos lo dice la Palabra de Dios el día de hoy. Y si decidimos el mal, ¿qué pasaría?, la Palabra nos dice: “morirás sin remedio”, un poco fatalista, cualquiera puede decir con ese ultimátum es mejor decidirse por el bien pero aun así somos libres, y viendo como están las cosas en el mundo, creo que muchos no se detienen a pensar que la elección por el mal los llevará a una muerte segura, y no se trata solo de una muerte física sino de la muerte del alma, del espíritu, que se va apagando cada vez que hacemos esta elección, aunque no nos demos cuenta. Luego el Evangelio de Lucas nos muestra como Jesús recalca: “¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?”, así pues que nuestra elección no sea apagarnos en la opción por el mal, sino que nuestra opción siempre sea por el bien, aunque esto nos cueste un poco más de esfuerzo. Feliz tarde, que ante la vida y la muerte, el bien y el mal, nuestra opción sin titubeos sea siempre por la vida y el bien.

Torpe 17.02.15

Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,14-21): En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían más que un pan en la barca. Jesús les recomendó: «Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes.» Ellos comentaban: «Lo dice porque no tenemos pan.» Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué comentan que no tienen pan? ¿No acaban de entender? ¿Tan torpes son? ¿Para qué les sirven los ojos si no ven, y los oídos si no oyen? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogieron cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Se acuerdan?» Ellos contestaron: «Doce.» «¿Y cuántas canastas de sobras recogieron cuando repartí siete entre cuatro mil?» Le respondieron: «Siete.» Él les dijo: «¿Y no acaban de entender?». Reflexión: De este texto particularmente me llaman la atención tres frases, bueno mejor dicho una frase y dos interrogantes. Las desgloso a continuación: 1. “Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes”. Fariseos y Herodianos eran en aquel tiempo enemigos número uno de Jesús, los primeros representaban el poder religioso y los segundo el poder político, los fariseos criticaban a Jesús por su actuar que a su juicio chocaba con sus leyes, los herodianos veían en el mesías el libertador que podía desestabilizar el supuesto orden que ellos imponían. Esta levadura fermentaba cada vez más dentro del pueblo, muchos se ahogaban en ella y sus ojos estaban vendados para ver lo que traía Jesús en su mensaje e incluso lo que hacía a su paso. De esa levadura mala que hinchaba el corazón de aquellos con engaño, incredulidad, dureza de corazón, falta de fe, es la que les advierte Jesús a los doce que tengan cuidado. ¿Te falta pan, dinero, trabajo, techo o tienes alguna necesidad? No dudes, ni seas incrédulo, sino que cree, no dejes que fermente la duda de los fariseos y herodianos en tu corazón, cree y ya. 2. ¿Tan torpes son? Los llama torpes y no por gusto, no puede creer que los que lo han acompañado durante tanto tiempo, se detengan a preocuparse por cosas tan tontas como un faltante de pan, cuando han sido testigos de los prodigios milagrosos de sus manos, donde el pan se multiplica a diestra y siniestra. ¿Los que han sido testigos ahora dudan?, si esto está sucediendo es que son torpes, tarados o de mente muy corta agregaría yo, a veces nosotros nos comportamos como ellos dudamos de lo que Dios ha hecho y no creemos que puede aún hacer cosas más grandes todavía. Si en tu vida has tenido la experiencia de que Dios haya hecho algo grande en tu vida, sanarte de una enfermedad, socorrerte en una necesidad, salvarte de un peligro, ¿Por qué es que ahora dudas que pueda ayudarte con lo que estas necesitando en este instante?, no actúes como torpe y tarado, actúa sensatamente reconociendo y dando la Gloria a Dios por lo que Él hizo, está haciendo y hará por ti. 3. ¿Para qué les sirven los ojos sino ven, y los oídos sino oyen? Hizo testigos a los doce de muchos milagros para que confiaran y ayudarán a propagar esa fe por doquier, no tiene mucho sentido que lo que hayan visto y oído solo se lo guarden y peor aún duden de ello, los ojos se hicieron para ver y los oídos para escuchar, ¿Has visto realmente la acción de Dios en tu vida?, ¿Escuchas su palabra y lo que te dice a través de ella?, ¿Qué has hecho con lo que has visto y oído de Él?, no es para guardártelo, sino que eso te sirva para hablar y darlo a conocer a todos aquellos que aún no le conocen, no te quedes con eso de brazos cruzados sino que te mueva para que tu vida sea testimonio vivo de lo que Dios hace por nosotros, cuando le creemos, cuando confiamos en lo que ha hecho ya en nuestras vidas. Feliz tarde y deja de ser tan torpe, cree y se testigo de ÉL.

Enfermedad del alma 09.02.15

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,53-56): En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos. Reflexión: Al leer este texto se va la actividad dinámica de Jesús, nunca estaba quieto en un solo lugar, siempre andaba de un lado a otro, sin dejar por fuera ningún lugar, era imperante la necesidad de ir a esos lugares donde la gente lo necesitaba. En esta semana donde se celebra la Jornada mundial de oración por los enfermos, se nos presenta a un Jesús sanador, pienso para mí, él también era de profesión médico además de carpintero, muchas personas fueron sanadas físicamente y también él es médico del alma. Pensemos ahora ¿De qué enfermedades estoy padeciendo en estos momentos?, ¿Qué dolencias físicas tengo?¿Qué cargas emocionales no me dejan dormir y me mantienen inquieto?, ¿Tengo alguna preocupación que no le consigo solución?, ¿Siento oprimido el corazón y la depresión me envuelve hasta el punto de no sentir felicidad por iniciar un nuevo día?, ¿Siento que el mundo se me viene encima y las dolencias abundan por doquier?. Si algo de esto que pregunte tiene que ver contigo, entonces tú eres un candidato para ir al encuentro con Jesús sanador, no acercártele por el interés de ser sanado sino que la fe en él te lleve a la sanación. Si tu dolencia es física puede que sea producto de cargas emocionales, en estos días conversaba con un amigo que está estudiando una rama de la psicología y me comentaba que muchas de las enfermedades estomacales, de la piel, musculares entre otras, tienen que ver mucho con esas cargas emocionales que no queremos soltar, por eso Jesús además de sanar las dolencias físicas sana también las del alma, esto me hace recordar las tantas veces que Jesús les decía a los enfermos: ¡Levántate!, ¡vete y no peque más! , Él sabía que lo importante no era solo la carne sino también lo que viene de dentro, por eso su interés en perdonar los pecados porque es la única manera de sanar y ayudar a curar el alma de las heridas emocionales que podamos estar padeciendo en este momento. “Señor, me presento hoy ante ti, como un enfermo con dolencias físicas y emocionales que no me dan descanso y me agotan, inclusive cambian mi estado de ánimo, me hacen ser más obstinado, impaciente e inclusive agresivo con los de mi entorno, porque en mi eterno buscar alivio descargo en los demás lo que llevo dentro, no quiero seguir en esto, por eso vengo ante ti como los enfermos que buscaban tan solo tocar tu manto, ten a bien Jesús, poner tu mano sanadora sobre mí, y sacarme del dolor que me aqueja y que incluso se ha añejado tanto y ha calado tan dentro que parece una uña encarnada que se ha adherido fuertemente y duele en todo momento. Sé tú como esa herramienta que se usa para sacar lo podrido, separar la carne de la uña y dar alivio, y en aquellos casos donde tu voluntad sea hacernos pasar por esa prueba de la enfermedad podamos aceptar humildemente tu voluntad y ofrecer a ti nuestro padecer y así entender un pequeñísimo momento tu sufrimiento en la cruz y acompañarte desde allí. Señor, se de todas, todas nuestro médico sanador.” Amén.

Los probados 02.02.15

Lectura: Hebreos 2, 14 -18 Así como los hijos de una familia tienen una misma carne y sangre, también Jesús participó de esa condición, para anular con su muerte al que controlaba la muerte, es decir al diablo, y para liberar a los que, por miedo a la muerte, pasan la vida como esclavos. Está claro que no vino en auxilio de los ángeles, sino de los descendientes de Abraham. Por eso tenía que ser en todo semejante a sus hermanos: para poder ser un sumo sacerdote compasivo y fiel en el servicio de Dios para expiar los pecados del pueblo. Como él mismo sufrió la prueba, puede ayudar a los que son probados. Reflexión: Iré desglosando este texto por pedacito, de manera que podamos sacar el mejor provecho de el: “Así como los hijos de una familia tienen una misma carne y sangre, también Jesús participó de esa condición”. Dios se hace de carne y hueso como tú y como yo para experimentar lo que sentimos y padecemos, siendo Dios puede saber cómo nos podemos sentir pero Él decidió mejor vivirlo en carne propia. Dios sabe lo que te duele en este momento. “para anular con su muerte al que controlaba la muerte, es decir al diablo, y para liberar a los que, por miedo a la muerte, pasan la vida como esclavos”. Al aceptar la muerte derrota al demonio con su propia arma, lo deja desarmado pues Jesús desciende al infierno pero no se queda ahí, sino que lo hace para desatar los lazos de esclavitud que trae la muerte por el pecado. Si tienes alguna cosa o pecado que te ata, desidia, desánimo, infidelidad, depresión, mentira, actos ilícitos, lascivia, envidia, vanidad… deja eso, suéltalo ya, no vaya ser que se nos diga: "Desciendan vivos al Seol, porque hay maldades en sus moradas". Salmo 55,16. Cristo vino para liberarte, para que no fueras ya más esclavo. “Por eso tenía que ser en todo semejante a sus hermanos: para poder ser un sumo sacerdote compasivo y fiel en el servicio de Dios para expiar los pecados del pueblo”. En el antiguo los sumos sacerdotes ofrecían holocaustos por los pecados del pueblo y los suyos propios, Jesús sumo sacerdote se ofrece así mismo para expiación de todos, nada lo detiene en su amor, si crees que lo que has hecho no tiene perdón, pues créeme, Él, ya se encargó de limpiarte de tu culpa, no mires más la llaga, mira al que te ha sanado. Por último les invito a quedarse y meditar esta frase: “Como él mismo sufrió la prueba, puede ayudar a los que son probados”. Jesús estuvo o está puesto en tus zapatos, sabe de tu debilidad, la conoce porque la vivió pero Él te puede ayudar porque es más grande que ella. Feliz día.

La Fe de la abuela 26.01.15

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (1,1-8): Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, llamado a anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido; te deseo la gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Dios, a quien sirvo con pura conciencia, como mis antepasados, porque tengo siempre tu nombre en mis labios cuando rezo, de noche y de día. Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte, para llenarme de alegría, refrescando la memoria de tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y que estoy seguro que tienes también tú. Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Reflexión: Hoy quiero dedicar este escrito a la memoria de nuestras abuelas y todas las cosas que nos enseñaron, fíjense que San Pablo hace referencia a la abuela Loide de Timoteo, yo en particular quiero mencionar a la abuelita de una prima quién se llamaba María Tabatti Benavente, y se preguntaran ustedes ¿por qué mencionarla a ella?, bueno porque leyendo este texto bíblico me recordé que mi prima siempre que extraña a su abuela porque ya falleció, para recordarla va a la misa, porque ella se acuerda de que cuando estaba pequeña pasaba más tiempo con su abuela que con su mamá, y ella la mitad de su tiempo se lo dedicaba a las cosas de la iglesia y a sus actividades, le hablaba mucho de Dios y lo que tenía que acercarse a él, la acompañaba a la legión de María a los rosarios, la llevaba a misa, y también la enseñaba a rezar, no sé si la Sra. María sabía cuánto influencio ella en su nieta en las cosas de la Fe, pero yo si veo que la Fe de mi prima en una buena parte fue cultivada por esa viejita, sabemos que la Fe no se hereda y que el hecho de que nuestros antepasados hayan sido muy religiosos y hubiesen tenido mucha Fe, no quiere decir que ya con eso nosotros estamos hechos pero si de alguna forma la Fe de los padres y familiares tiene gran influencia en los hijos. Timoteo un hombre de fe sincera, lo recalca Pablo al punto de que reza constantemente a Dios para interceder por él, y me pregunto: ¿Tenemos nosotros la dedicación y el tiempo de orar por los nuestros y sus necesidades?, ¿Nos tomamos el tiempo de hablar de Dios a nuestros, hijos, nietos, sobrinos, hermanos pequeños, primitos, ahijados y a los niños de nuestra familia, para que en ellos vaya creciendo esa semilla de la Fe?, así como la abuela María se tomó ese rol muy a pecho con mi prima, así también nosotros estamos llamados a esa misión particular de propagar y cultivar la Fe entre los más pequeños. En la medida que esa Fe recibida en el bautismo vaya siendo alimentada se robustece y nos hace fuertes, bien dice San Pablo. “Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios”. Ese don recibido, la Fe, nos hará fuertes y nos impulsará a seguir adelante, si quieres que tu hijo, nieto, sobrino, o familiar tengan un legado de ti, enséñales lo valioso de la fe y le habrás enseñado que a pesar de que sucedan cosas fuertes en su vida, no deberán tener miedo porque el espíritu que los acompaña desde su bautismo es un espíritu de poder, de amor y de buen juicio, y que el dar testimonio de Dios aunque sean perseguidos les traerá gran recompensa y los fortalecerá porque nuestra fuerza viene de Dios quién nos ha creado. No hay que temer porque el amor hecha fuera el temor. Y Dios nos ama que jode… perdón bastante. Feliz día. La fe de las abuelitas también ayuda a formar la propia.