26 de julio de 2011

Logistikon y Nous

Desde hace mucho tiempo y aún en este tiempo se conoce; que existen en la mente dos hermanos, nada parecidos el uno del otro; pero unidos son la llave perfecta de la mente creadora.
Dos destellos que brillan uno a la vez o en simultaneo, hay momentos en los que pareciese verse con más intensidad el uno que el otro, aparecen de la nada para hacer sentir su voz, cada uno deleita con su particular actuar, siendo uno de ellos: metódico, racional, de pensamiento convergente, abstracto, analítico, muy lineal, secuencial y objetivo, domina muy bien el intelecto, es amo y señor de todo el saber y al hacer su entrada se despliega en todo su esplendor como fuente de conocimiento, que rebulle y fluye hacia afuera  dando todo lo que tiene, busca del pasado, se proyecta hacia el futuro, vive su presente capturando cada detalle y va hilando e hilvanando de manera perfecta hasta llegar al todo, entra en éxtasis al  ingresar al mar del conocer, es poderoso, realista y dominante, entero y secuencial, pareciera que el seguir una linealidad lo convierte en el mejor, su pasión se vuelve reto, parece competir con si mismo, mientras más conoce más tiene ansia del saber, hace falta más dice para sí, hace falta más, mientras más se embebe en elucubraciones, cada vez se da más cuenta que es poco lo que ha logrado, no por estar descontento con si mismo sino por ver que aún con lo recorrido que queda mucho por recorrer, se pudiera pensar en un acto un tanto engreído y egoísta de su parte pero lo que el mismo quiere reconocer es que aún queriendo saberlo y abarcarlo todo es mucho más lo que falta por alcanzar, el saber engloba solo una pequeña parte del total que forma parte del hombre, como diría una vieja copla:
 “Al final la ciencia más alabada es que el hombre bien acabe;  pues, al fin de la jornada, aquél que se salva, sabe; y el que no, no sabe nada”.
Vive la mente entonces en la búsqueda del saber y en esa búsqueda el fin es la verdad, una cosa la lleva a la otra, un descubrir a otro descubrir, una interrogante a otra interrogante pareciera un ciclo sin termino, en donde a veces se vuelve a retomar el lugar de partida para poder entender lo que al frente se tiene, o también donde es necesario buscar el fin último para ir desengranando lo que se desconoce.
¿Con qué nombre se conoce esta parte de la mente? De que manera llamarlo después de tal descripción, encerrarlo en un nombre sería como ponerle límites al que no quiere ser limitado, pero si se hace urgente citarlo  de algún modo, pudiera decirse de él a modo de presentación que al amo del saber y el conocer podemos designarle alguno de sus tantos nombres, como lo es Logistikon.
Pero existe otro hermano en  la misma mente ¿Cómo han de convivir? Dos en una sola.
Amante y soñador es el segundo, rey de lo intuitivo, dueño de los sentimientos y emociones, donde emerge la alegría  lo que divierte, apasionado y entregado, su imaginación cual caballo indómito vuela en vez de correr, en tan solo fracciones de segundos puede estallar en un sin fin de emociones. Vive la esencia misma de la vida, la percibe en si misma.
Su intrepidez no acaba en una línea, no conoce el paso a paso, tiene la capacidad de concentrarse en el todo de las cosas, no sintetiza, es subjetivo, sus ojos todo lo captan, todo lo perciben, tiene memoria fotográfica, es artista nato, para el no existe la rigidez, cree que todo lo puede, cuando da cabida a lo que siente es como una avalancha que avanza y a medida que gana distancia se acrecienta.  En lo particular yo diría que en él se concibe lo que siente el corazón.
A la luz del mundo,  muy complejo, tímido la mayoría de las veces, esta misma que invita a llamarlo, al ser invitado se despliega en todo su esplendor, la creatividad lo acompaña en cada paso, vive el momento, usa fuentes de inspiración diversas, desde una pequeña violeta hasta la explosión del Allegro en “Las cuatro estaciones” de Vivaldi.
Aún en el silencio encuentra inspiración, en medio de la nada donde todo esta dormido emerge muy lentamente el creador, allí ya hace burbujeante su poder creativo,  innovar es su lema, se vale de lo más mínimo, es capaz de ver en una simple piedra la gran obra escondida, no hay colores favoritos, no hay fealdad para aquel que en el mismo hecho de crear ya concibe la belleza.
Sin palabra alguna es capaz de comunicar lo que hay dentro, tan solo con una mirada basta, cuna donde nace el amor que también es inspiración, he dejado para el final su nombre por la simple y única razón del olvido pues este cerebro no conoce tiempo, para él, el  tiempo es la vida, para él, el tiempo es poesía.
Nous, es de quién ahora les hablo, el segundo de los dos hermanos.
Sin el uno, sin el otro, la mente estaría vacía, si le faltara alguno de ellos que triste sería la vida. Si los dos al mismo tiempo se sincronizan en el actuar serían arma poderosa para aquel que los descubra.
Dos cerebros, una mente una vida para dejarlos actuar.

17 de julio de 2011

Simplemente tú mismo

Dentro de cada uno de nosotros, hay un don especial, algo que nos hace ser diferentes de los demás. La mayoría de nuestro tiempo lo invertimos en juzgarnos unos a otros, detectando cada error y desperfecto en los demás, olvidándonos que lo que en realidad vale esta dentro de cada uno, donde los ojos de la envidia, de la maldad no pueden llegar.
El talento que cada persona posee no es igual o parecido al del vecino, “Es único” solo tú y nadie más lo posee y por ello eres especial, dentro de ti hay una gran habilidad, déjate llevar por ella y lograrás eso que pensaste que nunca llegarías a alcanzar. Cuando usamos los dones que poseemos hay un encuentro entre nuestra jornada diaria y una especie de fuerza propulsora, que parece interminable, una fuerza que te lleva a realizar todo con alegría y con todas las ganas del mundo, esa fuerza sin duda es Dios, quién cada día actúa en nosotros si se lo permitimos, valiéndose de lo que somos y de lo que tenemos; pero muchos de nosotros no nos damos cuenta de ello y es por eso que andamos por la vida todos desanimados y sin saber lo que queremos en realidad, vivimos cumpliendo y haciendo la voluntad de los demás sin sentirnos satisfechos con nosotros mismos, entonces somos semejantes a un barco a la deriva que se mueve según el vaivén de las olas o la dirección del viento. Al final de nuestro recorrido por la vida  algo muy dentro de nosotros se siente vacío y analizando todo llegamos a la conclusión de que hemos realizado los sueños de otros y no los nuestros, que hemos sido fantasmas que atravesamos el mundo sin dejar esa huella, ese toque especial que solo nosotros podíamos dar. No esperemos entonces hacer la evaluación final de nuestro actuar para darnos cuenta de lo que logramos o no; simplemente dejemos fluir el manantial de dones que  nos hacen único y exclusivo, sin olvidarnos de confiar siempre en Dios, recuerda darle siempre un lugar a Él en tú corazón, familia, trabajo, estudios. Reconoce su llamado, mantente siempre atento esperando como prado que espera ansioso y sediento la dulce lluvia que refresca y renueva. Reconoce tus dones, eres único, dale al mundo ese toque personal que tanto necesita. Alegra la vida de los tuyos pero no te olvides de ti, lleva a cabo tus planes y siéntete orgulloso al finalizar tu jornada, al finalizar tu vida. Tú debes ser, simplemente tú mismo.