9 de agosto de 2014

¿Torrente o cisterna? 24.07.14

Lectura: Jeremías: 2, 1-3. 7-8. 12-13 Me abandonaron a mí, manantial de aguas vivas, y se hicieron cisternas agrietadas. En aquel tiempo, me habló el Señor y me dijo: "Ve y grita a los oídos de Jerusalén: 'Esto dice el Señor: Aún recuerdo el cariño de tu juventud y tu amor de novia para conmigo, cuando me seguías por el desierto, por una tierra sin cultivo. Israel estaba consagrado al Señor como primicia de su cosecha. Quien se atrevía a comer de ella, cometía un delito y la desgracia caía sobre él. Yo los traje a ustedes a una tierra de jardines, para que comieran de sus excelentes frutos. Pero llegaron y profanaron mi tierra, convirtieron mi heredad en algo abominable. Los sacerdotes ya no hablan de Dios y los doctores de la ley no me conocen, los pastores han profetizado en nombre de Baal y adoran a los ídolos. Espántense, cielos, de ello, horrorícense y pásmense —palabra del Señor—, porque dos maldades ha cometido mi pueblo: me abandonaron a mí, manantial de aguas vivas, y se hicieron cisternas agrietadas, que no retienen el agua' ". Reflexión: Sé qué algunos lectores juegan a adivinar qué lectura del día escogeré, incluso algunos me lo han hecho saber. Créanme sí fuese por mí tomaría las 3 lecturas diarias que plantea el calendario litúrgico, pero sería muy extenso el mensaje. Hoy quiero compartir mi reflexión acerca de lo que dice el texto de la primera lectura, tomada del profeta Jeremías. Particularmente me quedo con el siguiente fragmento: " Me abandonaron a mí torrente de agua viva y se hicieron cisternas agrietadas" Uff cabilla estas palabras de Dios en boca del profeta, cuando pienso en torrente de agua, mi mente se traslada sin hacer mucho esfuerzo a mí terruño, soy oriunda del Edo. Bolívar, tierra de tepuyes y del majestuoso Río Orinoco, pero no es de las aguas del Orinoco en la cual estoy pensando sino en el Salto La Llovizna, ubicado en el parque que lleva el mismo nombre. Forma parte del Río Caroní cerca de la confluencia con el Río Orinoco, es una caída de agua de 20 metros de altura cuya bruma o llovizna empapa y refresca al espectador. Es realmente impresionante la vista de esta belleza natural, todo un torrente de agua viva, Dios mismo cayendo sobre aquel que se detiene a contemplar tanta belleza, estoy segura que sí Jeremías fuese Guayanés de este torrente es de quién el hablaría. Dios es como ese salto, majestuoso, imponente, poderoso, lleno de vida pero también es como esa llovizna diminuta, suave y silenciosa. Dos formas que en simultáneo llenan el corazón del hombre, siempre y cuando te detengas a admirarlo, ¿Por qué tan obstinado de corazón? ¿Tiene lugar en tú vida el tiempo para detenerte y pensar en Dios? Fuiste consagrado a Dios desde tú juventud, desde antes de ser concebido en el vientre de tú madre, desde ahí Dios ha velado por ti. ¿Cómo es que has endurecido tú corazón y te has alejado de él?. ¿Has dejado el torrente majestuoso para convertirte en cisterna? Según nuestra amiga Wikipedia: Una *cisterna* es un depósito subterráneo que se utiliza para recoger y guardar agua de lluvia (aljibe) o procedente de un río o manantial. También se denomina cisterna a los receptáculos usados para contener líquidos, generalmente agua, y a los vehículos que los transportan (camión cisterna, avión cisterna o buque cisterna). Es denominada *tinaco* en algunos lugares. Su capacidad va desde unos litros a miles de metros cúbicos. Imagina pudiendo recibir del torrente majestuoso nos conformamos con agua estancada en receptáculos, dicho criollamente en un tanque, perol cómo sea que lo quieras llamar, el punto es que ahí nada fluye, sin Dios nada puede fluir, ojalá podamos entender esto y hacerlo vida, de paso el profeta dice que la cisterna esta agrietada, aparte de que ya está limitándose de paso la bota, pero sí un agua está estancada se pone piche, entonces ¿Qué cosa buena ha de Botar?. Señor, que te busquemos como torrente para no estancarnos como agua piche. Feliz tarde, ¿Torrente o cisterna?

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