8 de agosto de 2014

Poquita fe basta 07.07.14

Lectura: San Mateo: 9, 18-26 Mi hija acaba de morir; pero ven tú y volverá a vivir. En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se le acercó un jefe de la sinagoga, se postró ante Él y le dijo: "Señor, mi hija acaba de morir; pero ven tú a imponerle las manos y volverá a vivir". Jesús se levantó y lo siguió, acompañado de sus discípulos. Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orilla del manto, pues pensaba: "Con sólo tocar su manto, me curaré". Jesús, volviéndose, la miró y le dijo: "Hija, ten confianza; tu fe te ha curado". Y en aquel mismo instante quedó curada la mujer. Cuando llegó a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús a los flautistas, y el tumulto de la gente y les dijo: "Retírense de aquí. La niña no está muerta; está dormida". Y todos se burlaron de Él. En cuanto hicieron salir a la gente, entró Jesús, tomó a la niña de la mano y ésta se levantó. La noticia se difundió por toda aquella región. Reflexión: Dos mujeres que las aqueja un mal, una ya un cadáver impuro, otra con una enfermedad de hace mucho tiempo. También dos demostraciones de fe, la del funcionario que pide por su hija y la de la mujer que pide por sí misma. A ambas Jesús les devuelve la vida dicho de alguna manera, en aquel tiempo los cadáveres eran considerados impuros y también la enfermedad que padecía la mujer la hacía impura. Al contacto con Jesús quedaron sanas y vivas. Me hace recordar las veces que me enfermaba cuando era pequeña, solo bastaba que mi mamá pasara su mano sobre mí y ya con eso me sentía mejor. Jesús es así, cómo esa mano de tú mamá que viene a cambiar tú dolor. Pero tal milagro respondió a una demostración de fe. El funcionario y la mujer acudieron ante él porque estaban seguros de que los ayudaría, no dudaron, "Ven a imponerle tú mano y ella recobrara la vida”, no hay ni una pizca de duda en estas palabras, "La mujer se decía: con solo tocar su manto quedaré sana", tampoco hay duda solo afirmación. ¿Acudo yo ante Jesús para pedir ayuda con una fe tan grande como la de estas personas?, ¿Mi petición es una afirmación de que ya recibí lo que pedí? Feliz día Jesús tiene el poder para darte solución a lo que pides, solo un poquito de fe basta.

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