28 de junio de 2014

Y seguimos con las ovejas 06.06.14

Lectura: San Juan: 21, 15-19 Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas. En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?". Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos". Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". Él le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas". Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?". Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas. Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras". Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: "Sígueme". Reflexión: "Simón hijo de Juan, ¿Me amas?. Sí Señor, tú sabes que te quiero". Hagamos el ejercicio de siempre, donde Simón colocamos nuestro nombre. ¿Listo?, Dios interpela al hombre en lo más profundo, desde su corazón y sentimientos. Tres veces fue interrogado Simón, recordemos que luego el será llamado Pedro, ¿Tenía necesidad Jesús de preguntar estas cosas a Pedro? Dios conocía el corazón de Pedro, y conoce tu corazón y el mío, el lo sabe todo. ¿Me amas?, a pesar de que estas pasando por una situación difícil, enfermedad de un familiar o tuya, crisis económica, fracasos, frustración, depresión, desánimo, a pesar de todas esas cosas sigues amando a Dios?. ¿Me amas?, a pesar de que estas en su camino pero pareciera que tu Fe se fue de vacaciones, que atraviesas un desierto espiritual, que buscas y buscas y no encuentras, que tu vida espiritual parece se ha quedado sin luz, aún a pesar de eso sigues amando a Dios? ¿Me amas?, aunque sientas que las fuerzas se extinguieron, que ya no deseas luchar, que hay en ti un agotamiento corporal, que no tiene sentido esforzarse tanto, que nadas contra la corriente, que ves la meta muy lejos, a pesar de todo esto sigues amando a Dios? Piensa un instante si a pesar de todo lo que te tiene tumbado en el suelo, sigues confiando en que solo Dios puede sacarte de ahí, si tú respuesta es afirmativa, entonces Dios te dice: "Sigueme". El seguimiento de Jesús no supone dejar de padecer, sino cargar con nuestra cruz y continuar hacia adelante. Feliz día.

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