28 de junio de 2014

Enjabònate del Espìritu Santo 02.06.14

Lectura: Hechos: 19, 1-8 ¿Han recibido el Espíritu Santo, cuando abrazaron la fe? En aquellos días, mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó las regiones altas de Galacia y Frigia y bajó a Éfeso. Encontró allí a unos discípulos y les preguntó: "¿Han recibido el Espíritu Santo, cuando abrazaron la fe?". Ellos respondieron: "Ni siquiera hemos oído decir que exista el Espíritu Santo". Pablo replicó: "Entonces, ¿qué bautismo han recibido?". Ellos respondieron: "El bautismo de Juan". Pablo les dijo: "Juan bautizó con un bautismo de conversión, pero advirtiendo al pueblo que debían creer en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús". Al oír esto, los discípulos fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús, y cuando Pablo les impuso las manos, descendió el Espíritu Santo y comenzaron a hablar lenguas desconocidas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres. Durante los tres meses siguientes, Pablo frecuentó la sinagoga y habló con toda libertad, disputando acerca del Reino de Dios y tratando de convencerlos. Reflexión: Mi mamá cuenta que unos de mis tíos cuando era pequeño no le gustaba bañarse y se metía al baño, abría la regadera y se mojaba solo la cabeza, sin enjabonarse y esperaba un ratico y se salía como si ya estuviese limpio. Un día mi abuelo que era muy alto se acerco a la ventanita del baño y vio lo que hacía, por supuesto le dieron su respectivo castigo y a bañarse completo. Cuando leí este texto de Pablo recordé esta anécdota porque siento que así pasaba con estos hombres con los que se encontró Pablo, se habían echado agüita pero no se habían enjabonado por completo del Espíritu Santo. Habían recibido el Bautismo de conversión de Juan Bautista, recordemos que Juan era primo de Jesús, el que le antecede y prepara el camino, la voz que grita en el desierto, allanando el terreno escabroso. Juan en su discurso dice en Jn 1, 26: "Yo bautizo con agua. Entre ustedes hay alguien a que no conocen, que viene detrás de mí, y yo no soy digno de soltarle la correa de su sandalia". Es preciso nacer del agua pero también del Espíritu, de la carne nace carne, pero el espíritu nace del espíritu. Para nacer es preciso quedarse en la nada, sacar todo lo que representa nuestro hombre viejo, aquello que nos hace vivir sin esperanza, es preciso romper paradigmas le decía ayer a una amiga, si algo te hace daño por que seguir empeñado en ello, pero en fin asi somos, tercos como mulas, nos da miedo soltar el hombre viejo porque es lo único que hemos conocido, pero es un error, Si se puede, ser distinto, esto es lo que predicaba Juan Bautista, ayer escuchaba del sacerdote lo siguiente : "Viejo es el que se niega a nacer, el que se niega a quedarse en la nada, sin saber que de la nada puede resurgir ". Como el ave Fénix diría una amiga. Pero no solo es resurgir del agua, hace falta dejarse enjabonar por el Espíritu Santo, y en ese sentido vivir nuestra vida bajo su accionar, para poder discernir entre lo que quiero y lo que Dios quiere para nosotros, solo a luz del Espíritu podremos descubrirlo. Feliz inicio de semana, y dèjate enjabonar por el Espíritu Santo.

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