1 de mayo de 2014

Hay que nacer del agua y del Espíritu. 28.04.14

Lectura: San Juan: 3, 1-8 El que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos, que fue de noche a ver a Jesús y le dijo: "Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces, si Dios no está con él". Jesús le contestó: "Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el Reino de Dios". Nicodemo le preguntó: "¿Cómo puede nacer un hombre siendo ya viejo? ¿Acaso puede, por segunda vez, entrar en el vientre de su madre y volver a nacer?" Le respondió Jesús: "Yo te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, es carne; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: `Tienen que renacer de lo alto'. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu". Reflexión: Nicodemo, este personaje y este texto de hoy en particular me hacen recordar a mi compañero de charla prebautismal, pues uno de los pasajes que a èl le gusta mencionar, es este de Nicodemo. Tal vez porque como es gordito pensará, ¡que va! este exceso de... Belleza no cabe en la panza de mamita. ¿Un hombre ya viejo, entrando al vientre de su madre?, ¿de què nacimiento se nos está hablando?. Nicodemo, no entiende este mensaje y fíjense que este hombre no era cualquier loco, era fariseo, una autoridad entre los judíos, es decir era conocedor de la ley. Mas adelante Jesús le dirá:"Tù eres maestro de Israel, ¿Y no entiendes estas cosas? Jn 3,10. Este hombre busca a Jesús en medio de la noche como quién no quiere ser tan evidente, le reconoce como Maestro y además reconoce que las señales que hace vienen de Dios. Pero no le basta conocer, le hace falta algo más, nacer del agua y del espíritu, he aquì uno de los fundamentos de porque nosotros los cristianos somos bautizados. Nacemos de la carne en el vientre de nuestra madre, pero del Espíritu se nace en el seno de la Iglesia a través del Bautismo, recordemos cuando en la cruz, el soldado mete la lanza en el costado de Jesús, el evangelista Juan narra en el capítulo 19,34: " En seguida brotó sangre y agua". La sangre y el agua significan los sacramentos: eucaristía y bautismo, que derivan su eficacia de la pasión de Jesús. Por el bautismo nacemos a la vida de fe, este sacramento es la base, de ahì partimos en el camino y crecimiento espiritual, muchos pensarán que no tiene sentido bautizarnos tan chiquitos porque no se tiene conciencia del don que se está recibiendo, pues tampoco tenemos conciencia del don de la vida y aún asi Dios nos la da, además para ello están ntros padres y padrinos para acompañar en ese camino de la fe, hasta que por nosotros mismos tengamos conciencia y tomemos las riendas de nuestra vida de fe. Vivamos pues la alegría de haber nacido a la vida espiritual a través del bautismo, y como nacidos del espíritu vivamos conforme a él.

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