13 de marzo de 2014

Mi palabra harà mi voluntad. 11.03.14

Lectura: Isaías: 55, 8-11 Mi palabra hará mi voluntad. Mis planes no son sus planes, sus caminos no son mis caminos. Como el cielo está por encima de la tierra, mis caminos están por encima de los suyos y mis planes de sus planes. Esto dice el Señor: "Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión". Reflexión: La palabra de Dios es viva, capaz de fecundar, engendrar y generar vida. Y la fidelidad del creyente se mide exactamente desde ese criterio. ¡Qué gran actualidad recobra hoy este pasaje, en una era especialmente inundada por tanta palabra que poco a poco intenta asfixiar la Palabra! La tarea del creyente es ser servidor de la Palabra. (Tomado de las notas de la Biblia del peregrino). Me fascina este texto de Isaías, tanto que hoy cuando lo busqué ya lo tenía resaltado en mi biblia. Creo que ese gusto viene del saber que Dios es un Dios de palabra, lo que dice lo cumple hasta la última letra, punto y coma. De una vez él nos aclara "mis planes no son sus planes, sus caminos no son mis caminos". No, nos engaña, habla claro porque sabe que nosotros algunas veces nos encanta tomar atajos y caminos verdes, eso está bien para evadir las guarimbas y barricadas, pero no para la vida de fe y la vida misma. Dios no toma atajos, no los necesita porque él sabe lo que esta antes, en frente y después del camino, su visión es ampliada. ¿Cómo hemos de responder? Te pongo dos modos: "Hágase en mi según tu palabra" Lc 1, 38 como respondió María ante el anuncio del Ángel que iba a ser Madre del Salvador. O como nos enseña el Padre Nuestro: "Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo" Mt 6,10. ¿Quién es ese reino dónde se hará la voluntad divina? Pues el tuyo, el mío, el de todos, pero no vendrá solo, hay que darle entrada, como María, como los discípulos cuando aprendieron el Padre Nuestro. No es que la puerta a la voluntad de Dios este fuera de tu alcance es que tu tal vez estas tomando atajos y pretendes llegar a ella en tu tiempo y a tu modo, pero a la voluntad divina no se llega por los caminos verdes. Solo por el camino mostrado por Jesús. Tranquilo lo que Dios te ha prometido lo cumplirá. Feliz día, y pilas con los atajos.

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