8 de marzo de 2014

Levanta el alma. 08.03.14

Lectura: Del salmo 85 Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos. Presta, Señor, oídos a mi súplica, pues soy un pobre, lleno de desdichas. Protégeme, Señor, porque te amo; salva a tu servidor, que en ti confía. Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el día, y ya que a ti, Señor, levanto el alma, llena a este siervo tuyo de alegría. Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta. Reflexión: Pobre, desdichado, calificativos poco estimulantes utiliza el salmista en el texto, le faltó poco para decir soy un perro arrastra’ o. En nuestra vida son muchas las veces que nos sentimos por el suelo, asimilamos el andar de los réptiles rastreros, andamos cabizbajos, clamamos: Señor escucha mi súplica, pero la desesperación nos envuelve al no vislumbrar respuesta pronta, y metemos más la cabeza, como el morrocoy. Eso nos pasa. Caemos en la autocompasión, ¡oh, soy tan desdichado! Es una práctica contraproducente en momentos de aflicción. Conozco una peluquera que le encantaba esta práctica, creo que ella lo hacía sin tener conciencia de ello, cada vez que iba a su peluquería me echaba los cuentos de su desdicha, problemas económicos: tenía muchas deudas y el dinero se le iba en eso, con sus familiares: sus hermanos se metían en problemas y ella era la que los ayudaba, con las personas que trabajaban con ella: no le duraban, todas se iban. Se le murió el novio, en fin era un constante ¡Ay de dolores! Yo decía hacia mis adentros pobrecita, le ha tocado duro. Y me daba cuenta que cuando la compadecía, la vez siguiente que iba estaba igual o peor. Decidí no ir más, esas quejas constantes me abrumaban. Me sorprendí luego de mucho tiempo, porque ella busco y encontró a Dios y cambio su actitud, la última vez que fui, hasta novio tenía y se veía contenta. A ella le pasó como al salmista, fíjate que el comienza hablando de su desdicha y luego dice: "y ya que a ti, Señor, levanto mi alma, llena a este siervo de alegría." Su actitud cambio por completo, primero cabeza gacha y luego levanta su mirada a Dios y reconoce a Dios como bueno, clemente, amoroso y sobretodo que escucha, luego de eso pone su súplica y dice espero respuesta pronta. Toma una actitud positiva al levantar la cabeza, el alma, reconocer la grandeza del que es su ayudador (Dios), deja su súplica a sus pies y finalmente indica seguridad de que su petición tendrá respuesta, porque al afirmar espero tu respuesta pronta, es como si dijera sé que tú me vas a responder. Es con esta actitud que debemos acercarnos a pedir a Dios, seguros de que nuestras súplicas son escuchadas y respondidas. Por último para las que somos mujeres, Feliz día de la mujer y nos dedico este pensamiento de mi repertorio:" Busca la belleza de Dios en las personas, para así poder amarlas."

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