17 de abril de 2015

Seca tus lágrimas y anda 07.04.15

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,11-18): En aquel tiempo, fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.» Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?» Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.» Jesús le dice: «¡María!» Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!» Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."» María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto.» Reflexión: En particular esta escena me conmueve, el imaginar a María Magdalena llorando por Jesús, creo que me llama la atención por el hecho de ser mujer y porque sé que las mujeres somos muy sensibles y es muy común que nos vean llorar porque es parte de nuestra naturaleza y más aún tienen cabida las lágrimas cuando se trata de perder a un ser querido, fíjense dos veces aparece en el texto la frase: Mujer, ¿Por qué lloras?. La primera vez son los ángeles quienes preguntan y la segunda vez es Jesús, me viene a la mente la escena pero en vez de ser María Magdalena la protagonista veo en sustitución a ella a todas las mujeres que conozco, mi madre, mis tías, mis hermanas, mis primas, mis amigas, mis compañeras de trabajo, mis compañeras de clases, mis alumnas, las niñas de casa hogar, en fin todas. He imagino a Jesús frente a cada una de ellas, contemplándolas en su tristeza, observando cada lágrima que seguramente muchas de ellas en estos momentos han derramado, veo a un Jesús que se compadece de ese dolor que ve en ellas y se acerca para preguntar: Mujer ¿Por qué lloras?, Jesús se acerca a ti y a mí para preguntarnos sobre el dolor que llevamos dentro en el corazón, quizás tu dolor es la preocupación por alguno de tus hijos, o tu matrimonio o relación que no va bien, puede que te tenga perturbada la situación económica y estas ahogada porque no tienes como cumplir con tus compromisos, la enfermedad de un familiar muchas veces también nos ocupa, las situaciones y problemas que a diario nos toca enfrentar también esos nos arrancan algunas lágrimas, el no sentirnos amadas, el sentir que somos maltratadas física, psicológica o emocionalmente, el sentirnos abandonadas, no protegidas, el ver el sufrimiento de otros también conmueve nuestro corazón de mujer, el tener una sensación de que nuestra vida tiene vacíos y no saber cómo llenarlos, las carencias afectivas, los traumas y heridas del pasado sin sanar, en fin hay muchas cosas que a nosotras las del sexo femenino nos hacen aflorar las lágrimas. Te invito a que pongas aquí aquello por lo cual lloras en este momento. Jesús te pregunta directamente, tal vez estas confundida y con los ojos velados y no reconoces que es Jesús quién te habla y contempla tu dolor en este instante. Jesús la llama por su nombre: María, a ti también te llama por tu nombre y te dice: Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro." Es como si dijera ya deja de lamentarte y llorar mírame que estoy aquí, deja atrás el sufrimiento y anda a contar lo que has visto y da esperanza a los otros diciéndoles que subo donde está mi Padre pero que Él también es Padre de ustedes. No hay porque llorar, Él que nos anima ha resucitado y está en medio de nosotros, no hay porque temer, como diría Santa Teresita: “Quién a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta”. Feliz día, sécate las lágrimas mujer. Jesús, nuestro amor está de pie frente a ti. Anda y comunica lo que has visto. PD: Me disculpan los hombres, hoy la reflexión está dedicada a nosotras las mujeres, pero ojalá que al leerla puedan entender que las mujeres que tienen a su alrededor son muy valiosas y a veces muchas de sus lágrimas han sido por ustedes.

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