22 de enero de 2015

La camisa rota 19.01.15

Lectura: Evangelio según San Marcos 2,18 -22 Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: “¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?”. Jesús les respondió: “¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos?. Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el momento en el que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie usa un pedazo de tela nueva para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!”. Reflexión: Hace tiempo que quería contarles la historia de la camisa rota de papá pero no encontraba como relacionarla con la vivencia del evangelio, y hoy Dios trae en su palabra un mensaje que puede iluminar muy bien esa experiencia humana. Resulta que cuando la gente va para viejo o mejor dicho comienza a entrar en años no solo le caen los años sino que también le entran las chocheras y manías, mi papá no se escapa de ello, y tiene la manía de ponerse la ropa hasta que esta ya no da para más incluso así este toda gastada y rota dice que eso todavía sirve y se la pone así tenga otra que este en mejor estado. Un día domingo tempranito salió a la misa como es su costumbre, llego a la Iglesia y él cuenta que sentía que le entraba al cuerpo un airecito sabroso, y por un momento pensó será que es la presencia del espíritu santo, y se sentía contento. Al llegar a la casa le echa el cuento a mi mamá y camina hacia la cocina y mi mamá le dice: Que espíritu santo ni que nada lo que tienes es esa camisa rota, chico. La camisa tenía una rotura desde el hombro hasta abajo, de lo puro vieja la tela se abrió, y él estaba empeñado que todavía se podía remendar. Así son los viejos, así somos nosotros como cristianos y con nuestra vida de Fe, nos empeñamos en seguir en las cosas viejas, en ser legalistas y nos quedamos en la práctica de una piedad superficial y no damos cabida al mensaje novedoso del Evangelio, Jesús vino a traer la Buena Nueva y mucha gente se negó a aceptarla, estaban rígidos en su pensamiento, en el hacer lo que establecía la ley, el ayuno era una de esas tantas prácticas, y no entendían como Jesús y sus discípulos no lo estaban cumpliendo. Todo lo escrito por los profetas tiene cumplimiento en la persona de Jesús y si él es la plenitud (el esposo), y esta frente a nosotros ¿qué sentido tiene entonces el sacrificio, cuando podemos estar alegres?. El mensaje de Jesús rompe el paradigma de las mentes encajadas y encerradas, se necesita tener mente nueva, ser hombre nuevo para recibir ese mensaje fresco, y no empeñarse en ponerse la misma ropa vieja rota y con remiendos. Y que el aire del espíritu santo llegue a ti pero no por la rotura de la camisa sino porque eres hombre nuevo. Feliz día.

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