2 de junio de 2014
Tengo un Don y se los doy 26.05.14
Minutos de reflexión
Lectura:
Hechos: 16, 11-15
El Señor tocó el corazón de Lidia para que aceptara el mensaje de Pablo.
Por aquellos días, zarpamos de Tróade y navegamos rumbo a Samotracia; al día siguiente, hacia Neápolis y de ahí a Filipos, colonia romana y ciudad principal de la región de Macedonia.
En Filipos nos quedamos unos días. El sábado salimos de la ciudad y nos fuimos por la orilla del río hasta un sitio donde solían tenerse las reuniones de oración. Allí nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido.
Entre las que nos escuchaban, había una mujer, llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, comerciante en púrpura, que adoraba al verdadero Dios. El Señor le tocó el corazón para que aceptara el mensaje de Pablo. Después de recibir el bautismo junto con toda su familia, nos hizo esta súplica: "Si están convencidos de que mi fe en el Señor es sincera, vengan a hospedarse en mi casa". Y así, nos obligó a aceptar.
Reflexión:
El relato del texto bíblico nos presenta dos personajes: A Pablo, ciudadano Romano, estudioso de la ley, convertido al cristianismo, hombre escogido por Dios para ser la voz de Dios y llevar el mensaje entre los gentiles.
Pablo consciente de su misión, está al pendiente de lo que acontece en su entorno de los signos de los tiempos y de la necesidad que hay en el mundo del evangelio, por medio del Espíritu Santo es que Pablo en esa visión, en ese sueño, se dirige a Macedonia, es preciso salir al encuentro de este pueblo. Ahora bien qué tal si en vez de Macedonia, hablamos de Venezuela, y nos trasladamos a nuestra realidad, son muchos los venezolanos que no han escuchado hablar de Dios, signo de ello: la violencia y la delincuencia en que vivimos. Venezuela está ávida del mensaje, por eso necesita muchos Pablos que se sientan movidos y se dejen guiar por el Espíritu Santo para dar de lo que han recibido.
Pablo recibe un mensaje, es llamado a una misión y la cumple. Escuche la siguiente frase, de boca de una monjita Sor Cristina quién como Pablo se sintió movida a salir de su comodidad para llevar el evangelio a la Macedonia de hoy, ella se atrevió a participar en el programa: "La Voz", de Italia. Y cuando se le pregunta que hacía allí, respondió: "Yo tengo un Don, y se los doy a ustedes".
De eso se trata de dar gratuitamente de lo que hemos recibido, y darlo implica salir de nuestra comodidad hacía las Macedonia, Venezuela, de Hoy.
Lidia, mujer devota, comerciante de
Púrpura, dice la Palabra que el Señor le abrió el corazón para que prestará atención al discurso de Pablo, fíjate es Dios quién se encarga de propiciar la acogida del mensaje, así que si tienes miedo de que alguien te rechace por hablar de Dios, pídele a Él, que prepare su corazón primero. No desistas Dios lo hace todo.
Feliz inicio de semana, seamos como Lidia que acogió el mensaje en su corazón pero también seamos los Pablos que llevados por el Espíritu demos a conocer el evangelio.
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