28 de junio de 2014

Pobres, pero de Espìritu 09.06.14

Lectura: Mateo (5,1-12): En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.» Reflexión: "El sermón del monte es la carta magna del nuevo pueblo de Dios. Encabezan el discurso las ocho bienaventuranzas que constituyen el nuevo programa del reinado de Dios. Declaran:" felices los pobres", porque en ellos el reino de Dios se hace ya presente como don y como gracia en medio de nosotros. Son enunciados de valor, no mandatos como el decálogo del Sinaí, una invitación a superarse constantemente, una denuncia de mezquindades, una oferta de la misericordia de Dios y don del gozo incontenible que trae el reinado de Dios". (Luis A Schokel). De todas las Bienaventuranzas quiero comentar una en particular:" Dichosos los pobres en el Espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos" El padre ayer en la misa decía a propósito de la venida del Espíritu Santo, que habían 3 características de una persona que vive según el Espíritu: 1. Obediencia 2. Pobreza 3. Pureza Y hoy una de las bienaventuranzas habla de la pobreza, cabe destacar que no se trata de la pobreza material, en lo espiritual, pobre no es el que tiene menos, sino aquel que depende menos de el mismo, de sus propias fuerzas, de sus bienes, de sus seguridades, de su autosuficiencia. Aquel que ha depositado su confianza en Dios primeramente, ese es el pobre de Espíritu, mi mamá siempre decía: "cuando uds eran pequeños yo solo le pedía a Dios que no se enfermaran porque no tenía los medios como llevarlos a una clínica para hospitalizarlos si era una enfermedad poco común. Así que me aferraba a Dios en esa petición". Y Dios la escucho nunca nos enfermamos, algo así es la pobreza aferrarse a Dios como el único todo para nosotros. Dios es el todo que necesitamos, para vivir cada una de las bienaventuranzas. Feliz tarde e inicio de semana.

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