8 de agosto de 2014
¿Nota mediocre? 15.07.14
Lectura: San Mateo: 11, 20-24
El día del juicio será menos riguroso para Tiro, Sidón y Sodoma que para otras ciudades.
En aquel tiempo, Jesús se puso a reprender a las ciudades que habían visto sus numerosos milagros, por no haberse convertido. Les decía:
"¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho en ustedes, hace tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Pero yo les aseguro que el día del juicio será menos riguroso para Tiro y Sidón, que para ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo, porque si en Sodoma se hubieran realizado los milagros que en ti se han hecho, quizás estaría en pie hasta el día de hoy. Pero yo te digo que será menos riguroso el día del juicio para Sodoma que para ti".
Reflexión: Siguen las exhortaciones fuertes, no es nada personal pero la palabra de Dios tiene esa capacidad de enseñar, corregir e interpelar.
Imagina que el texto diga:
El día del juicio será menos riguroso para Tiro, Sidón y Sodoma que para ti.
No es que Dios la tenga agarrada con nosotros es que al que más se le ha dado más se le exige.
Recuerdo en una oportunidad en la universidad había una materia llamada química I, la cual se me daba muy fácil el entenderla pero me confiaba en eso y no estudiaba, no reprobaba pero tampoco sacaba buenas notas, paso el semestre y tuve que ir a examen final cuando pude haber eximido la materia, recuerdo claramente que la profesora me llamó a su oficina y me dio un regaño, me dijo: No es posible que sabiendo lo que sabes vayas a final, te conformaste con notas mediocres.
Le respondí toda sobrada: Tranquila profesora yo paso ese examen.
Mi sorpresa fue su respuesta: Tú sacas menos de 17 en ese examen final y yo te repruebo.
Le repliqué: Ud. No puede hacer eso.
Me dijo: Sí puedo.
Dios mío salí de su oficina con tamaño de exigencia encima, tuve que ponerle cariño y esforzarme un poco más y no dejarle todo el trabajo a la inteligencia. Había actuado con soberbia y no con humildad, creía que me la sabía todas y no di el uso adecuado a los dones recibidos, en este caso la inteligencia. Se me exigía mucho más, conforme a lo que había recibido.
Al final saqué 18 y la profesora dijo: viste que sí podías.
En la vida de Fe sucede algo parecido, en
la medida que sabemos y conocemos más de Dios nuestro compromiso aumenta, nuestra vida debe ser constante conversión, no podemos andar siendo cristianos mediocres porque se nos pedirá cada vez un poco más, así como el final de la materia, sí tienes las herramientas para ser cada día mejor ¿por qué quedarse estancado?¿En qué actitudes estoy estancado en este momento que no me dejan avanzar?¿Estoy siendo mediocre o utilizando todo mi potencial para ser cada día mejor?.
Dios es exigente tan o más que mi profesora, no porque quiera amargarnos la vida sino porque desea que seamos conscientes de que lo que hemos recibido puede dar muchos frutos en favor de los demás.
Feliz día que no sé diga: ¡Ay de ti!
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