17 de abril de 2015
Tenemos en nosotros una semilla de Resurrección 16.04.15
Hoy iniciemos el día con un ejercicio de Lectio Divina:
1. LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según san Juan (3,31-36):
El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
2. MEDITACIÓN: ¿Qué me dice el texto?
El texto de hoy nos muestra la centralidad del testimonio de Jesús. Él está por encima de todo y de todos, ¿Es esto realidad en mi vida?, ¿Jesús está por encima de todo?, ¿Mis intereses, necesidades, sufrimientos, apetencias no estarán ocupando el lugar de Jesús en mi vida?. “El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios”. Dios no necesita que lo certifiquemos su veracidad porque Él se ha proclamado así mismo como Camino, Verdad y Vida, sin embargo al aceptarlo estamos haciendo nuestra esa verdad. ¿Aceptas a Jesús como una verdad en tu vida?. “El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida”. Nos has dado tu Espíritu Santo sin medida y es Él quién habla. ¿Me dejo conducir por tu Espíritu y dejo que hable por mí?.
”El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él”. El Papa Francisco nos dice respecto a esto: “Ya en esta vida nosotros participamos de la resurrección de Cristo. Si es verdad que Jesús nos resucitará al final de los tiempos, es también verdad que, en un aspecto, ya estamos resucitados con Él. ¡La Vida Eterna comienza ya en este momento!
Comienza durante toda la vida hacia aquel momento de la resurrección final ¡Ya estamos resucitados! De hecho, mediante el Bautismo, estamos insertos en la muerte y resurrección de Cristo y participamos de una vida nueva, es decir la vida del Resucitado. Por tanto, en la espera de este último día, tenemos en nosotros una semilla de resurrección, como anticipo de la resurrección plena que recibiremos en herencia”. (catequesis 4 de diciembre de 2013).
3. ORACIÓN: Padre mío, creo en tu Hijo Jesucristo, creo en su testimonio y sé que me amas, confío en que has puesto en mí esa semilla de resurrección como anticipo de la resurrección que recibiré, para que lleve a crecer en la fe y en la esperanza no solo mi vida sino también la de mis hermanos.
4. CONTEMPLACIÓN: Tomamos una frase de las palabras del P. Francisco: “Tenemos en nosotros una semilla de resurrección”
5. ACCIÓN: Comuniquemos al mundo que en Jesús tenemos Vida eterna. Feliz día, vivamos la esperanza que nos trasmite el saber a Jesús resucitado y entre nosotros.
Testimonio de Fe 15.04.15
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5,17-26):
En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido –la secta de los saduceos–, llenos de envidia, mandaron prender a los apóstoles y meterlos en la cárcel común.
Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la celda y los sacó fuera, diciéndoles: «Vayan al templo y explíquenle allí al pueblo íntegramente este modo de vida.» Entonces ellos entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con los de su partido, convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos israelitas, y mandaron por los presos a la cárcel. Fueron los guardias, pero no los encontraron en la celda, y volvieron a informar: «Hemos encontrado la cárcel cerrada, con las barras echadas, y a los centinelas guardando las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro.» El comisario del templo y los sumos sacerdotes no atinaban a explicarse qué había pasado con los presos. Uno se presentó, avisando: «Los hombres que metieron en la cárcel están ahí en el templo y siguen enseñando al pueblo.» El comisario salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease.
Reflexión: Hay algo que me llama la atención de estos hombres y es la pasión con la que dan testimonio de lo que han visto y oído, aun estando en la cárcel y en medio de dificultades no se detienen en este accionar, es de esperarse pues quién los mueve es el Espíritu Santo. En la empresa donde trabajo uno de los valores es la Pasión por el bien y dentro de las premisas que nos explican en que consiste vivir esto se nos dice, que vivimos la Pasión por el bien cuando:
1. Centro mi atención en lo que es bueno para los demás aunque requiera un esfuerzo.
2. Reconozco que una actividad del trabajo debe realizarse disciplinadamente, demostrando un esfuerzo y para lograr el bien común.
3. Comparto y me entrego a mi trabajo sin limitar esfuerzos.
4. Creo y vivo los valores y principios y resisto las tentaciones que se me presentan.
5. Intento aclarar lo que puede considerarse bueno. Manejo mis impulsos egoístas.
6. Tomo decisiones con iniciativa para hacer cosas de auténtico valor para los demás.
7. Reconozco que la autoridad es para orientar, auxiliar y servir a las personas a mi cargo en el cumplimiento de sus compromisos y desarrollo personal.
¿Tiene todo esto relación con lo que nos explica el texto?, pues yo creo que sí, pues la Palabra dice que el Ángel los envía: «Vayan al templo y explíquenle allí al pueblo íntegramente este modo de vida.». ¿Qué modo de vida?, pues el que proponía Jesús y que de alguna manera el valor de pasión por el bien nos ejemplifica, centrarnos en lo que es bueno para los demás, saber que debo esforzarme por el bien no solo mío sino del otro, compartir y dar lo que tengo sin limitarme a mis acciones egoístas, resistir la tentación de tirar la toalla y amoldarme al mundo, y si soy aquel a quién se ha dispuesto como autoridad en un determinado momento pues al igual que el Maestro debo saber que no vine a ser servido sino a servir, eso es amar al prójimo, y ese es el modelo de vida que estos hombres del texto de hoy debían dar a conocer al pueblo por encima de cualquier obstáculo o dificultad, impulsados por la Pasión del Espíritu Santo, y tú, ¿ por quién te dejas guiar?, ¿Quién es el que te mueve?. En estos días conversaba con una amiga de este tema, de ponerle pasión a las cosas, y yo le decía que a veces sentía que no le ponía la suficiente Pasión a algunas cosas que hacía, ella me contesto deberías verte cuando hablas de tu trabajo y mejor aun cuando hablas de tu servicio en la Iglesia, le respondí en tono jocoso: “Bueno deberías grabarme para verme”. En ese momento lo dije bromeando pero Dios se lo tome en serio, y a los pocos días recibí una invitación de otra amiga porque querían grabar Mi Testimonio de Fe, es una sección que tiene el canal Presencia TV de la Arquidiócesis de Valencia, que busca fomentar la vida de Fe a través de los testimonios de aquellos que van haciendo ese camino en su vivir cotidiano, es para mí una Gracia el que hayan pensado en mí persona y con gusto ofrecí mi humilde experiencia. Hacen falta muchos hombres y mujeres que sientan la Pasión de dar a conocer a Cristo con su vida, así como los apóstoles lo hicieron, así que hago la publicidad a esta excelente iniciativa, los que deseen pueden buscar y suscribirse en:
Facebook : Arquidiócesis de Valencia
Instagram: arquidvalencia
Twitter: arquidvalencia
You tube: Presencia TV
Feliz día, Vive apasionadamente todo lo que haces.
Comunidad de empaques 14.04.15
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (4,32-37):
En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa Consolado, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles.
Reflexión: Leyendo este texto fue inevitable para mi recordar a mis compañeros de trabajo y nuestros puestos de labor, porque somos 4 personas y el espacio es un cuadrado y cada uno está ubicado en una esquina, todos tenemos a nuestra disposición un estante aéreo, un archivador y la zona donde colocamos nuestros computadores, como nuestro departamento es un área donde manejamos nuevos desarrollos de empaques es muy común que recibamos muestras de tapas, envases, botellas, etiquetas, bobinas de film, pailas o cuñetes, cajas en fin todo aquello que sirva para contener o proteger los alimentos que la empresa fabrica, el punto es que no tenemos donde guardarlas y generalmente las llevamos a nuestros cubículos y allí las guardamos, pero debo confesarles que la que más peroles lleva a la oficina soy yo, así es muy común ver mi puesto de trabajo colapsado de cosas y no conforme con eso coloco muestras en todos los puestos de mis compañeros, así que las de ellos también suelen estar colapsadas pero por causa mía, se quejan pero igual son condescendientes y permisivos, al final me colaboran con el almacenaje, todo esto que habla el texto sobre cómo vivían las primeras comunidades cristianas me hizo recordarlos porque de alguna u otra manera formamos nosotros 4 una pequeña comunidad, de trabajo pero comunidad al fin, fíjense que en esta pequeña comunidad se cumple algo que dice el texto: “Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles”. En el caso nuestro mis compañeros me ceden muchas veces su espacio para almacenar las muestras, algunos dicen en tono de chiste : otra vez Joha y sus muestras pero al final me ayudan y lo del dinero también se cumple porque a veces cuando estoy pelando también me prestan plata, ni le pregunten a mi jefe que es mi prestamista oficial y sin intereses je je je, este ambiente y forma de relacionarnos entre nosotros hace que hagamos nuestro sitio de trabajo más placentero y por qué no, una pequeña comunidad, donde la armonía, el respeto, el valorar y reconocer el trabajo del otro, el compartir información y conocimientos, la confianza, la colaboración, el compartir nuestras experiencias, problemas y la comunicación hace que cada día fortalezcamos más nuestros lazos. Puedo decir hoy que me siento muy a gusto con todos y cada uno de ellos y eso me genera felicidad. Ahora te pido que pienses un poco en todas esas pequeñas comunidades a las que perteneces: tu familia, tu trabajo, tu equipo de práctica de deporte favorito, tus compañeros de clases, tu comunidad eclesial, o cualquier grupo al que pertenezcas, ¿Cuáles son los sentimientos que reinan en ellos?, ¿Hay solidaridad o egoísmo?, ¿Colaboración o autosuficiencia?, ¿Compartir o aislamiento?, ¿Comunicación efectiva o silencio y cerrazón en sí mismos?, ¿Camaradería o caras de vinagre?, ¿Alegría o mal humor?, ¿Disposición o brazos cruzados?, ¿Generosidad o pichirres?, no solo con el dinero sino también con lo que sabemos, ¿Escucha y compresión o falta de atención e incomprensión?, en fin tantas cosas que hacen la convivencia en una comunidad más amena. Después de evaluar tu comunidad y ver las oportunidades de mejora que cada una tiene, yo te digo no te quedes solo en la queja y señalando el punto negro en la hoja blanca, anímate a ser agente de cambio en ese ambiente, tal vez estés pensando que es difícil, que no vale la pena, que nadie te hará caso, pero yo te digo vale la pena intentarlo, un mar se hace gota a gota, y la gota con su constancia puede llegar a horadar la roca. Pon en práctica todo lo que expone el texto pero sobre todo pon en acción lo siguiente:
1. Los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: Antes de juzgar al otro ponte en sus zapatos.
2. Lo poseían todo en común: Lo que tienes ponlo a disposición para ayudar a los demás, tus bienes materiales, tus conocimientos, lo que sea que tengas.
3. Nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía: Lo que tienes TODO ha sido providencia de Dios, cuídalo pero no te aferres a ellos, vive de manera desprendida, de modo que el día que esas cosas te falten sigas siendo feliz.
Feliz noche, haz de tu comunidad, una comunidad de unión, amor y hermandad.
Nacer de nuevo 13.04,15
Lectura del santo evangelio según san Juan (3,1-8):
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío.
Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo: «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él.»
Jesús le contestó: «Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.»
Nicodemo le pregunta: «¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?»
Jesús le contestó: «Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.»
Reflexión: Carne y Espíritu, dos condiciones que habitan en un mismo ser, que difícil se hace a veces sincronizar la una con la otra, generalmente la carne busca cosas apetecibles con las cuáles deleitarse, Nicodemo fue en medio de la oscuridad a ver a Jesús, buscar la luz es cosa de aquellos que viven en la oscuridad, y me pregunto ¿No vivimos nosotros muchas veces en la oscuridad que nos dicta nuestra carne y deseos?. Entrar en el vientre de la madre fue el razonamiento superficial al que llego este jefe judío, ¿pobre de mente o evasiva inmediata?, creo que sabía perfectamente a lo que el Maestro se refería con nacer de nuevo, todo lo que había edificado en su saber debía ser dejado de lado, pues de nada le sirve el conocimiento vacío a aquel que no quiere dejarse conducir, ya se te ha dicho lo que debes hacer ¿Por qué sigues empeñado en conducirte solo en lo superficial del ser?, la vida es más que un caminar sin sentido, hace falta internalizar el mensaje, meterlo hasta dentro del alma para que rompa nuestros deseos, lo que queremos. Vidas basadas en el “Yo quiero” que vagan en la oscuridad, miran la luz y aún dudan, y se preguntan ¿Cómo he de nacer de nuevo?, ¿No te cansas de hacer preguntas sin sentido?. No se nace sino por el agua y el Espíritu, ¿Cómo naces del Espíritu?, este nacimiento requiere una muerte a la que muchos no estamos dispuestos, muerte total de lo que somos, muerte total de eso que quieres, el querer ya nada tiene para ti, te ha dejado vació, ¿Por qué sigues pegado ahí como corroncho a la piedra?, ¿no es suficiente lo que ya has sufrido y te empeñas en seguir?. Nacer o morir, ¿Qué debe darse primero?. Naces a la carne, mueres a la carne y vuelves a nacer al Espíritu, ¿En qué fase está tu vida?, tal vez intentando morir a tu aguijón todavía, pero aún no terminas porque estas como en un círculo vicioso, donde al enfermo agonizante (tus ganas) insistes en colocarle oxígeno para que reviva una y otra vez, la siguiente fase no tendrá lugar hasta que esta anterior finalice, tú decides, te quedas varado en la agonía o recibes el Espíritu y asciendes. Tienes que nacer de nuevo, ¿Entiendes lo que eso significa?.
“El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.”. Totalmente inexplicable e impredecible es el Espíritu y así todo aquel que se deja guiar por Él no puede estar prevenido sino que su fuerza lo mueve a su antojo como pajilla dócil sin pretensión alguna de dirigirse según sus ganas.
Feliz noche, Nacer, morir para luego volver a nacer.
Pescadores de hombres 10.04.15
Lectura del santo evangelio según san Juan (21,1-14):
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.» Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.»
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?» Ellos contestaron: «No.»
Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces.
Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.»
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: «Vamos, almorzad.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
Reflexión: Uff hoy esta de lujo el Evangelio, no había tenido chance de leerlo con detenimiento. Jesús se aparece de nuevo, esta vez se aparece a los discípulos y que coincidencia son justo 7, Simón Pedro, Tomás, Natanael, Los Zebedeos que eran dos y otro par. Recordemos que 7 es el número perfecto en la Biblia, no sé por qué pero el Señor elige a este septenio de hombres para darles una señal. Me parece curioso que todos estos hombres eran pescadores cuando reciben el llamado de Jesús y luego que le siguen dejan de ser pescadores de oficio para convertirse en pescadores de hombres, pescadores de almas, fíjense que después que muere Jesús intentan volver a su antiguo oficio, Pedro toma la iniciativa y dice: “Me voy a pescar” y los otros contestan: “Vamos también nosotros contigo”, siempre Pedro tomando la iniciativa, por algo Jesús lo elige como cabeza de la Iglesia, Ahora bien ¿Qué hacen ellos pescando peces cuando Jesús los llamo a ser pescadores de hombres?, ¿Será que olvidaron su misión?. Y tú ¿Estas consciente para que fuiste llamado y estas cumpliendo con ello o ya se te olvido?.
Bueno vamos a creer que si sabían cuál era su misión pero al salir a buscar los peces ( hombres), no logran agarrar ni uno pa’ hacer un remedio, a pesar de que hicieron su mayor esfuerzo porque dice la Palabra que pasaron toda la noche en esa faena y nada, ¿Qué fallo ahí?, pusieron todas sus fuerzas y empeño pero algo fallo, y a nosotros ¿No nos pasa a veces que al intentar buscar almas para Dios sentimos que damos y damos y nada pasa?, ¿Pareciera que nadie atiende al llamado?, ¿Será que son peces (hombres) sordos?. ¿En nuestro apostolado en que estamos fallando?.
Jesús viene y pregunta: “Muchachos ¿tienen pescado?”, imagínate a ti como discípulo que venga el Señor y te pregunte fulano ¿tienes a alguien?, y salgas con las tablas en la cabeza a decir nada, pura perdida pues, pero lo bueno es que Jesús no les reclama solo les da instrucciones: “Echa la red a la derecha de la barca y encontrarás”, Señor, ¿tan sencillo?, pues si, así de fácil, lo que concluyo de aquí es que a veces nos afanamos demasiado con eso de hacer que los demás crean y se conviertan a Dios y no seguimos las instrucciones de Jesús que son sencillas, tan simple como que si quieres dar a conocer a Dios y que otros crean en Él solo tienes que testimoniar con tu vida el Evangelio.
El texto nos dice que al echar la red sacaron una multitud de peces y no tenían fuerzas para sacarlos, fíjense lo irónico mientras más fuerzas pusieron nada sacaron y cuando lograron sacar ya no tenían fuerzas, solo puedo decirte algo, la obra de Dios es de Dios y Él te dará las fuerzas necesarias para darle continuidad. Uno de los discípulos dijo: “Es el Señor”, lo reconoce al ver su obra, ¿Tú reconoces a Jesús cuando obra en tu vida o en la vida de otros?. Pedro al escuchar esto se ata la túnica porque estaba desnudo y se lanza al agua, no entendía que podía significar esto de la desnudez, y cuando pregunte, alguien me dijo, no es que estaba del todo sin ropa, sino que en ese tiempo usaban una especie de guayuco y el atarse la túnica es cubrirse, delante del Señor no podía presentarse de esa manera, ¿Cómo me presento ante Jesús, con la dignidad de un cristiano ejemplar y diligente o como un mamarracho y perezoso?.
Al saltar a tierra ven las brasas, Jesús tenía todo preparado pero aun así les dice que traigan su aporte, cada uno de nosotros estamos llamados a dar ese aporte en la misión de acercar almas a Dios, arrastraron la red y eran muchos dice el texto que 153, pero ese número lo que quiere decir es que eran una chorrera de peces, esto es muestra de que cuando Dios interviene los frutos son muchos y abundantes.
Y aunque eran muchos la red no se rompió, me hace pensar en la Iglesia, en ella pueden entrar los que quieran y jamás se romperá, en donde Jesús tiene preparado un banquete y nos invita a compartirlo. Por último la Palabra nos dice: “Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos”. Esto me hace pensar en que Jesús no nos deja solos, está ahí apareciendo en nuestras vidas cuantas veces sea necesario.
Somos testigos 09.04.15
Lectura del santo evangelio según san Lucas (24,35-48):
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: «Paz a ustedes.» Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: «¿Por qué se alarman? ¿por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies: soy yo en persona. Pálpenme y dense cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como ven que yo tengo.» Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: « ¿Tienen ahí algo de comer?» Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: «Esto es lo que les decía mientras estaba con ustedes: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.» Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.
Y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de esto.»
Reflexión: Jesús se presenta en medio de los discípulos y estos se quedan pasmados porque creían era un fantasma, Él viendo su reacción los invita a tocarle para que crean, les pide de comer y todo con la finalidad de hacer más evidente su presencia entre ellos. Pienso en esto y me da risa imaginar la cara de los discípulos seguro estaban chorriaos al verlo, y no se daban cuenta que era el, nosotros también somos así, a veces no nos damos cuenta que tenemos a Jesús en frente de carne y hueso, hablándonos a través de nuestros hermanos y dándonos un mensaje directo sobre alguna situación en particular. Piensa ahora ¿Qué mensaje te está dando Jesús en este instante?, ¿Qué personas te han estado hablando últimamente y no las has escuchado?, ¿Tienes actitud soberbia ante aquellos que te muestran lo que no has estado haciendo de manera correcta?. La Palabra nos dice que Jesús les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras, hoy pidamos a Dios que abra nuestras mentes y haga dócil nuestro corazón para aceptar en nuestras vidas lo que nos plantea en este momento. El texto termina diciendo: “El Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de esto”. Acabamos de vivir la Semana Santa, y es para nosotros los cristianos la semana más importante de todo el año porque en ella vivimos lo que resaltan estas últimas líneas del texto, la Pasión, muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, pero el acontecimiento que da sustento a nuestra Fe es la Resurrección tal como lo dice el apóstol San Pablo en su carta a los Corintios: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe” 1Co 15,14. Nosotros hemos sido testigos de esto. Durante la semana mayor estuve apoyando en un campamento misionero dirigido por los Salesianos, donde el Lema del mismo era: ¡Somos testigos!, “No podemos callar lo que hemos visto y oído” Hch, 4,20. A mí me toco darles un tema formativo a los chicos sobre el hecho de ser testigos, y para no hacer aburrida la charla les hice una dinámica que consistía en taparle los ojos a un grupo y otros quedaban con los ojos abiertos, y a otros los mande a salir fuera del salón, a algunos de los que tenían los ojos abiertos les di la instrucción que podían hacerle lo que quisieran a los que estaban vendados, por supuesto siendo chamos lo primero que pensaron fue en hacer maldades a los vendados, comenzaron pues a pellizcarlos, a darle coquito en la cabeza, hacerles cosquillas entre otras cosas, los otros que estaban en el salón con los ojos abiertos, solo estaban de observadores. Luego quite las vendas a los chicos y mande a pasar a los que estaban afuera. Continuando con la dinámica le pedí a los que habían estado vendados que contaran lo que les hicieron, luego llame a varios de los que estaban afuera y les pedí que me corroborarán si lo que los vendados decían era verdad, la respuesta más común fue: No puedo confirmar que es verdad porque no lo vi, no estuve aquí cuando paso, llame a otro de los que estaban adentro con los ojos abiertos y no solo dijo lo que hicieron los demás sino que indico quiénes habían sido los que habían maltratado a los otros. ¿Por qué los últimos interrogados pudieron dar testimonio de lo que había sucedido?, pues por el simple hecho de que fueron testigos, vieron y oyeron lo que paso. En nuestra vida de fe esto es primordial, el ser testigos, nadie pueda hablar de Dios sino ha vivido en su propia carne la experiencia de Dios, en la medida que tenemos un encuentro profundo con la persona de Jesús y con su Palabra, en esa medida podremos dar a conocer al mundo el mensaje del Evangelio incluso sin necesidad de hablar mucho sino con nuestras propias acciones. Ahora bien te pregunto ¿Qué has oído hablar de Jesús?, ¿Le conoces realmente?, ¿Qué ha hecho Jesús en tu vida que vale la pena contar y no callarte?. Si al responder estas preguntas sientes que en tu vida Dios ha hecho cosas que vale la pena contar, entonces ánimo no te quedes callado y sé testigo del resucitado, el mundo necesita de muchos que sean testigos y testimonios vivientes de la acción y del amor de Dios.
Feliz tarde, Somos Testigos, no te calles lo que has visto y oído.
Te doy lo que tengo 08.04.15
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (3,1-10):
En aquellos días, subían al templo Pedro y Juan, a la oración de media tarde, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del templo llamada «Hermosa», para que pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosna. Pedro, con Juan a su lado, se le quedó mirando y le dijo: «Míranos.» Clavó los ojos en ellos, esperando que le darían algo. Pedro le dijo: «No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar.»
Agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios. La gente lo vio andar alabando a Dios; al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa, quedaron estupefactos ante lo sucedido.
Reflexión: Estaba en una disyuntiva sobre qué lectura de hoy escoger para la reflexión del día pues el Evangelio que habla de los discípulos de Emaús estaba buenísimo también; pero me decidí por la primera lectura por una frase en particular que dijo Pedro: “Te doy lo que tengo”. Me llama la atención porque me identifico mucho con el apóstol ya que al vivir la experiencia de Dios en mi vida me doy cuenta de lo grande que ha estado Dios conmigo y eso me impulsa a querer dárselo a otros, es decir que lo conozcan a Él y sus obras. Yo trato de dar a los demás lo que recibo de Él, mucha gente me pregunta que en qué momento hago minutos de reflexión si lo preparo un día antes o si es copiado de algún lado, pues lo que puedo contarles es que minutos de reflexión lo escribo día a día, no antes y estas palabras nacen de la meditación personal que hago de cada lectura de la Palabra de Dios, Dios le habla a mi vida a través de su Palabra, e ilumina mi acontecer diario, y habla tan directo que a veces cuando escribo pareciera que alguien me está dictando al oído lo que escribo, por supuesto que ese alguien ha de ser el Espíritu Santo que es quien mueve nuestra vida de Fe. No les comparto esto con ánimo de echármela o creérmela, solo lo comparto porque de lo que he recibido gratis quiero darlo gratuitamente. Ojalá que muchos de nosotros sigamos el ejemplo de Pedro y Juan de dar de lo que hemos recibido.
Ahora bien al punto Pedro y Juan se encuentran con un hombre lisiado que pide limosna, ellos le dicen:” Míranos”. Dice el texto que el hombre clavo los ojos sobre ellos, esperando que le dieran algo, esperaba al menos una moneda, pero para su sorpresa recibió algo mejor, recibe la sanidad. Muchas veces estamos como este hombre lisiados, ¿De qué manera?, lisiados por sentimientos negativos que nos paralizan, lisiados por el desánimo, lisiados por nuestros intereses personales, levantamos la mirada y suplicamos esperando recibir lo que queremos, pero a veces lo que estamos pidiendo no es lo que necesitamos, recuerdo que cuando yo quería un carro comencé a pedirle a Dios un Caliber de hecho, tenía una foto y todo de ese carro que quería y me llego el auto pero no era un Caliber sino un Spark, confieso que al principio no lo quería mucho pero con el tiempo me di cuenta que ese que me toco era el que yo necesitaba, al punto de que muchas veces me han preguntado que si lo vendo y he dicho no. Dios sabe lo que necesitamos y nos lo da en el momento que así Él lo tenga dispuesto, no te apures, ni tampoco te molestes por no recibir lo que esperabas porque lo que Dios te está dando es lo mejor para ti, sé cómo aquel hombre que echó a andar y daba brincos y saltos alabando a Dios por lo que recibió.
Feliz día. Recuerda si recibes de Dios agradece y alábalo y da de lo que recibas.
Seca tus lágrimas y anda 07.04.15
Lectura del santo evangelio según san Juan (20,11-18):
En aquel tiempo, fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.» Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?» Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.» Jesús le dice: «¡María!» Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!» Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."» María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto.»
Reflexión: En particular esta escena me conmueve, el imaginar a María Magdalena llorando por Jesús, creo que me llama la atención por el hecho de ser mujer y porque sé que las mujeres somos muy sensibles y es muy común que nos vean llorar porque es parte de nuestra naturaleza y más aún tienen cabida las lágrimas cuando se trata de perder a un ser querido, fíjense dos veces aparece en el texto la frase: Mujer, ¿Por qué lloras?. La primera vez son los ángeles quienes preguntan y la segunda vez es Jesús, me viene a la mente la escena pero en vez de ser María Magdalena la protagonista veo en sustitución a ella a todas las mujeres que conozco, mi madre, mis tías, mis hermanas, mis primas, mis amigas, mis compañeras de trabajo, mis compañeras de clases, mis alumnas, las niñas de casa hogar, en fin todas. He imagino a Jesús frente a cada una de ellas, contemplándolas en su tristeza, observando cada lágrima que seguramente muchas de ellas en estos momentos han derramado, veo a un Jesús que se compadece de ese dolor que ve en ellas y se acerca para preguntar: Mujer ¿Por qué lloras?, Jesús se acerca a ti y a mí para preguntarnos sobre el dolor que llevamos dentro en el corazón, quizás tu dolor es la preocupación por alguno de tus hijos, o tu matrimonio o relación que no va bien, puede que te tenga perturbada la situación económica y estas ahogada porque no tienes como cumplir con tus compromisos, la enfermedad de un familiar muchas veces también nos ocupa, las situaciones y problemas que a diario nos toca enfrentar también esos nos arrancan algunas lágrimas, el no sentirnos amadas, el sentir que somos maltratadas física, psicológica o emocionalmente, el sentirnos abandonadas, no protegidas, el ver el sufrimiento de otros también conmueve nuestro corazón de mujer, el tener una sensación de que nuestra vida tiene vacíos y no saber cómo llenarlos, las carencias afectivas, los traumas y heridas del pasado sin sanar, en fin hay muchas cosas que a nosotras las del sexo femenino nos hacen aflorar las lágrimas. Te invito a que pongas aquí aquello por lo cual lloras en este momento. Jesús te pregunta directamente, tal vez estas confundida y con los ojos velados y no reconoces que es Jesús quién te habla y contempla tu dolor en este instante. Jesús la llama por su nombre: María, a ti también te llama por tu nombre y te dice: Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro." Es como si dijera ya deja de lamentarte y llorar mírame que estoy aquí, deja atrás el sufrimiento y anda a contar lo que has visto y da esperanza a los otros diciéndoles que subo donde está mi Padre pero que Él también es Padre de ustedes. No hay porque llorar, Él que nos anima ha resucitado y está en medio de nosotros, no hay porque temer, como diría Santa Teresita: “Quién a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta”.
Feliz día, sécate las lágrimas mujer. Jesús, nuestro amor está de pie frente a ti. Anda y comunica lo que has visto.
PD: Me disculpan los hombres, hoy la reflexión está dedicada a nosotras las mujeres, pero ojalá que al leerla puedan entender que las mujeres que tienen a su alrededor son muy valiosas y a veces muchas de sus lágrimas han sido por ustedes.
30 de marzo de 2015
El perfume 30.03.15
Lectura del santo evangelio según san Juan (12,1-11):
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?»
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando. Jesús dijo: «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.»
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Reflexión: En este texto que nos presenta la lectura de hoy, aparecen varios personajes: Lázaro, Marta y María, que eran hermanos, vivían en Betania y eran amigos de Jesús, también aparece Judas Iscariote y la muchedumbre. Veamos cuál es la actitud de cada uno:
Lázaro, a quién Jesús había resucitado de entre los muertos, fíjense que al final del texto se dice que los sumos sacerdotes también habían decidido matarlo porque por su causa muchos judíos iban y creían en Jesús. Sería conveniente preguntarnos ¿Soy yo instrumento para que otros crean en Jesús?, ¿Lo que ha hecho Dios en mí sirve para que otros se acerquen? ¿Es mi cambio genuino y verdadero o simplemente mi actitud y acciones distan mucho del verdadero ser cristiano?.
Marta, le ofrecieron una cena y Marta servía. Recordemos el pasaje donde Jesús visita la casa de sus amigos y María decide estar a los pies del maestro y Marta se dirige a Jesús diciéndole: Señor, ¿No te da cuidado que mi hermana me deje servir sola?, Dile pues, que me ayude. Y Jesús le responde: “Marta, Marta, afanada y turbada estas con muchas cosas pero solo una cosa es necesaria María ha escogido la mejor parte y no le será quitada”. Lc 10, 41-42. Marta estaba ocupada en muchas cosas, enfocada en el servicio, pero Jesús le recuerda que también es importante estar a los pies del Maestro y escucharle. Ahora bien, nosotros ¿Cómo estamos llevando nuestro servicio?, ¿Es un servicio de afán y agotador que me impide acercarme a escuchar a Jesús o es equilibrado, alegre y lleno de la riqueza del evangelio?. No se trata de servir por servir, es necesario que el servicio nazca de vivir el evangelio en nuestras vidas.
María, la escritura dice: “tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume”. Ciertamente María escogió la mejor parte, estar a los pies del Maestro y no solo eso sino que su gesto es una anticipación de lo que va a vivir Jesús en los próximos días, sabemos que en la cultura judía se acostumbraba a embalsamar y ungir a los muertos, por eso Jesús dirá: “Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura”. San Agustín, en el Sermón en el que comenta este pasaje evangélico, nos dirige a cada uno, con palabras apremiantes, la invitación a entrar en este circuito de amor, imitando el gesto de María y situándonos concretamente en el seguimiento de Jesús. Escribe san Agustín: "Toda alma que quiera ser fiel, únase a María para ungir con perfume precioso los pies del Señor... Unja los pies de Jesús: siga las huellas del Señor llevando una vida digna. Seque los pies con los cabellos: si tienes cosas superfluas, dalas a los pobres, y habrás enjugado los pies del Señor. "¿Con mi vida y mis acciones estoy ungiendo yo al Señor o estoy aumentando más bien sus heridas?, ¿Reconozco que al aliviar el dolor y las necesidades de otros estoy perfumando al mundo de Jesús?. ¿Cómo estoy preparando yo mi corazón para vivir la pasión, muerte y resurrección de Cristo, estoy a sus pies o metido en mis cosas y en el disfrute de los placeres de la vida?.
Judas Iscariote, al ver la actitud de María, las palabras de este fueron: “¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?»
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando”. A mi parecer este hombre sintió envidia de que María estuviese tan cerca de Jesús, y su actitud fue de crítica y además tenía intereses particulares, parece increíble que alguien que haya estado cerca de Jesús, tuviera un corazón tan duro. No le preocupaban realmente los pobres sino lo que él iba a poder obtener de eso, esta condición ambiciosa fue la que lo llevo a vender y traicionar a Jesús por 30 monedas. ¿Tengo yo actitudes egoístas y ambiciosas que solo me favorecen a mí y dejo de lado las necesidades de los otros?, ¿Realmente el conocer a Jesús ha dado un cambio a mi vida o simplemente muestro una máscara de buen cristiano que al final no soy?. No basta parecer, hay que ser.
La muchedumbre, la escritura dice de estos: “y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos”. Muchos judíos creyeron en el mensaje de Jesús y por lo que había pasado con Lázaro, muchos estaban ávidos del evangelio pero también había otros que solo iban por curiosidad y se quedaron en lo superficial. Ojala que en esta semana santa nosotros seamos de los que están sedientos del evangelio y no del bando de los curiosos y superficiales.
Viendo todos estos personajes, ¿Con cuál te identificas tú?, ¿Cuál has estado siendo y cuál te gustaría ser?.
Feliz día. Que tú vida sea perfume que impregne el mundo de Dios.
El pacto 26.03.15
Lectura del libro del Génesis (17,3-9):
En aquellos días, Abrán cayó rostro en tierra, y Dios le dijo: «Mira, éste es mi pacto contigo: Serás padre de muchedumbre de pueblos. Ya no te llamarás Abrán, sino que te llamarás Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré crecer sin medida, sacando pueblos de ti, y reyes nacerán de ti. Mantendré mi pacto contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como pacto perpetuo. Seré tú Dios y el de tus descendientes futuros. Les daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios.» Dios añadió a Abrahán: «Tú guarda mi pacto, que hago contigo y tus descendientes por generaciones.»
Reflexión: En este texto de hoy en particular me llama la atención una palabra que se repite varias veces, y es la palabra: “Pacto”, busque la definición de la misma y encontré lo siguiente: El pacto (en latín: pactum ), es un convenio o tratado solemne, estricto y condicional entre dos o más partes en que se establece una obediencia a cumplir uno o varios acápites establecidos en un contrato formal y en que ambas partes se comprometen a ejecutar ciertas acciones y a recibir retribuciones de la otra parte por su cumplimiento.
Dios hizo un pacto con Abrahán y su descendencia: “Seré tú Dios y el de tus descendientes futuros. Les daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios”. Según la definición de pacto, el mismo implica un cumplimiento de ambas partes, ahora bien ¿Cuál es la parte que le toca cumplir a Abraham y su descendencia?, ser fieles a Dios, por eso dice: Seré tu Dios. Y si Dios me habla directamente a mí con esta palabra, ¿Doy cumplimiento a este pacto?, tal vez mi fidelidad a Dios se basa en simplemente decir creo en Dios, pero en el momento de la prueba esa afirmación pierde fuerza, me alejo de ti ¡Oh, mi Dios! cuando pretendo andar mi camino sin consultarte, dejándote en segundo plano al accionar mi vida en torno a personas y ocupaciones que me consumen el tiempo, ¿ no estaré yo siéndote infiel?. La fidelidad es elegir y optar siempre por una misma opción aun cuando existan muchas, reconozco que me cuesta tanto, Señor, elegirte siempre.
En un pacto, los pactantes pueden decidir cumplir o no y en el momento que se incumple el pacto se rompe y se sufren las consecuencias de lo que se haya establecido, en el caso de nuestro pacto con Dios, Él no puede dejar de cumplir, es decir Dios es fiel a su pacto, a su promesa, entonces si Dios es fiel a lo que se comprometió, quién está rompiendo el pacto somos nosotros, el hombre, así el cumplimiento de lo acordado no tiene lugar por nuestra propia causa, de la fidelidad a Dios dependía que Abraham fuera padre de muchas naciones y esto tuvo lugar porque Abraham creyó y fue fiel, sería conveniente interpelarnos con respecto a este tema, si Dios me ha hecho una promesa ¿Por qué aún no se ha cumplido?, ¿Es culpa de Dios o de mi incumplimiento?, ¿Soy consciente de que mis elecciones son las que me llevan a tener los resultados que tengo?. El pacto de Dios con nosotros es perpetuo, el no cambiará de opinión de un día para otro, incluso es paciente y espera nuestra respuesta, en el momento que te decidas a cumplir con tu parte pues tendrá lugar esa promesa de Dios para ti, por supuesto que Dios puede bendecirte cuando le plazca y lo hará porque es bueno, pero cuando se trata de pactos es necesario que todas las partes cumplan.
Feliz día cumple tu parte que Dios siempre cumplirá la de Él.
Lo haré, Señor 25.03.15
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.
Reflexión: Esta lectura encierra toda la riqueza de la encarnación del hijo de Dios, de la persona de Jesús, en particular me llama la atención la actitud de María, muchas veces se ha hablado de la obediencia de María, de su Fiat, de su disposición a la voluntad divina con esa forma de responder: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.». ¿Quién como ella?, nosotros pudiéramos pensar en repetir estas palabras en alguna situación de nuestra vida pero ¿estaremos totalmente conscientes de lo ellas encierran?. Decimos si yo sé que Dios quiere lo mejor para mí, que las cosas pasan por algo, sino se ha dado es porque no es para mí, se dará en el tiempo perfecto de Dios y pare de contar las innumerables frases de asentimiento que usamos para manifestar que “aceptamos” la voluntad divina, a veces siento que solo lo decimos para calmar nuestra ansiedad. María en cambio no fue así, ella permitió que esa palabra atravesara no solo su mente sino también su corazón hasta hacerse carne con ella, ¿dejamos nosotros que la voluntad de Dios encarne en nosotros o usamos frases superficiales para asentirla?, posiblemente Dios te esté mostrando algo para tu vida en este instante pero no lo estas captando, para poder captar y aceptar la voluntad de Dios en nuestras vidas hacen falta tres cosas: Escucha, obediencia y valentía.
Escucha, porque difícilmente podemos decir si a algo que no hemos escuchado, pero no se trata de un simple captar el sonido de palabras sino de hacer consciente a nuestro inconsciente de lo que Dios nos está diciendo. Internalizar el mensaje.
Obediencia, nos cuesta mucho dejar de lado lo que queremos para dar cabida a lo que Dios quiere, no damos espacio a esa voluntad, la negamos, nos resistimos, la ignoramos, nos hacemos los locos, en fin son muchas las actitudes que tenemos frente a ella, muy pocas veces decimos: “Lo haré, Señor”, la obediencia consiste en eso en hacer sin poner peros ni refutar.
Valentía, hace falta mucha de esta para vencer los miedos y obstáculos que hay que afrontar cuando nos disponemos a seguir el plan de Dios, inclusive a veces nos toca renunciar a lo que tanto nos gusta y agrada, a comodidades, a personas, a formas de pensar y de actuar, en fin el cumplimiento de esta voluntad siempre requiere un esfuerzo de nuestra parte, siempre hay algo de que desprendernos.
Finalmente quiero dejarles un breve pensamiento que tuve esta mañana con respecto a este tema, lo titule:
Lo haré, Señor
“Voluntad divina que amaneces frente a mí,
Toca fuerte para que pueda escucharte,
Para que tenga a bien atenderte.
Obediencia tu reclamas,
Mi ser indómito se niega,
Se resiste para luego caer sin fuerzas y exclamar:
¡Lo haré, Señor!
Valentía, que eres osada
Ahuyenta de mí el miedo que atemoriza.”
La Cruz se eleva 23.03.15
Lectura del santo evangelio según san Juan (8,21-30):
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Yo me voy y me buscarán, y morirán por su pecado. Donde yo voy no pueden venir ustedes.» Y los judíos comentaban: «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no pueden venir ustedes"?»
Y él continuaba: «Ustedes son de aquí abajo, yo soy de allá arriba: Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón les he dicho que morirán por sus pecados: pues, si no creen que yo soy, morirán por sus pecados.» Ellos le decían: «¿Quién eres tú?»
Jesús les contestó: «Ante todo, eso mismo que les estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en ustedes; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él.» Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.
Y entonces dijo Jesús: «Cuando levanten al Hijo del hombre, sabrán que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada.»
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.
Reflexión: Nuevamente Jesús tiene unas palabras con los fariseos y judíos, parece mentira pero esta gente escucho hablar a Jesús tan claro y raspado y aun así no le creyeron, fíjense en el texto creyeron que Jesús se iba a suicidar, todo lo entendían mal por su cerrazón de corazón, Jesús se identifica como el “yo soy”, recordemos que en el antiguo testamento Dios cuando habla a Moisés también se identifica de esta manera. Dios habla en nuestra vida de una manera cercana solo que a veces estamos muy cerrados y no entendemos lo que nos quiere decir y muchas veces mal interpretamos los signos que nos muestra. Así puede que en este momento Dios te esté mostrando cosas para tu vida y el camino que debes seguir y no lo ves, el fin de semana tuve la oportunidad de escuchar algunos testimonios de personas que están pasando por momentos difíciles en donde estaban cerradas a soltar relaciones, problemas, situaciones, esto suele pasar con frecuencia nos aferramos a lo que más nos daña, una de estas personas dijo algo que me impacto, decía: “ a veces tenemos un cactus en la mano y mientras más cerramos la mano más nos dañamos”. Dios sin duda alguna estaba dando un mensaje claro a través del testimonio de esa persona, pero ¿Cómo llegar a esa visión clara de lo que Dios quiere para mí y abrir mi corazón a lo que me dice?, pues bueno la palabra hoy nos dice: “Cuando levanten al hijo del hombre, sabrán que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado”. Debemos volver la mirada a aquel que fue levantado en una cruz, muchos hemos dado la espalda a Dios con nuestras acciones, nuestros pecados, otros le buscamos con criterios equivocados así como los fariseos, mientras que estemos así no podremos captar lo que Dios quiere decirnos, viviremos superficialmente e inmersos en las mismas situaciones y problemas de siempre, para mirar a Jesús es necesario soltar lo que tenemos agarrado, nuestros apegos a pensamientos que nada bueno nos traen.
Feliz día, suéltate de convicciones erradas y mira al Yo soy en la cruz.
23 de marzo de 2015
La pasión se convierta en virtud 20.03.15
Lectura del libro de la Sabiduría (2,1a.12-22):
Se dijeron los impíos, razonando equivocadamente:
«Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; declara que conoce a Dios y se da el nombre de hijo del Señor; es un reproche para nuestras ideas y sólo verlo da grima; lleva una vida distinta de los demás, y su conducta es diferente; nos considera de mala ley y se aparta de nuestras sendas como si fueran impuras; declara dichoso el fin de los justos y se gloría de tener por padre a Dios. Veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.»
Así discurren, y se engañan, porque los ciega su maldad; no conocen los secretos de Dios, no esperan el premio de la virtud ni valoran el galardón de una vida intachable.
Reflexión: Me quedo con esta última frase:
“Así discurren, y se engañan, porque los ciega su maldad; no conocen los secretos de Dios, no esperan el premio de la virtud ni valoran el galardón de una vida intachable”.
Esta lectura del antiguo testamento sin duda alguna hace referencia a la persona de Cristo, de su actuar y de como Él, genera en muchos pasiones desmedidas que los llevan a odiarle hasta el punto de matarle. En nuestra vida también estamos llenos de pasiones que nos llevan a hacer mal a otros e incluso nos llevan a la ruina en muchas ocasiones, es preciso identificarlas y tratar de modificarlas. El Beato Santiago Alberione escribió algo que ilustra esta particular actitud, se titula: “Para que la pasión predominante se convierta en fuerza y virtud principal”, aquí se los comparto:
“Hemos dicho que las pasiones no son en sí malas, pueden ser dirigidas al bien, todas, todas sin excepción.
El amor y la alegría se pueden dirigir a puro y legitimo afecto a la familia, a buenas y sobrenaturales amistades, pero sobre todo, a nuestro Señor que es el más tierno, el más generoso, el más devoto de los amigos…
El odio y la aversión se dirijan al pecado, al vicio y a todo lo que conduce a ello para detestarlo y evadirlo…
El deseo se transforma en legitima ambición… en la ambición sobrenatural de volverse santo y apóstol.
La tristeza, en vez de degenerar en melancolía, se convierte en dulce resignación frente a las pruebas que son para el cristiano semilla de gloria…
La humana esperanza se vuelve esperanza cristiana, incólume confianza en Dios, que nos multiplica las fuerzas para el bien.
La desesperación se convierte en justa desconfianza de si, que tiene sus fundamentos en la propia impotencia y en los propios pecados, templada por la confianza en Dios.
El temor…es para el cristiano fuente de energía: teme al pecado… santo temor que lo arma de coraje contra el mal; teme sobre todo a Dios, premuroso para no ofenderlo, y desprecia el humano respeto.
La cólera…se convierte en justa indignación contra el mal.
La audacia se vuelve intrepidez de frente a las dificultades y a los peligros.
El deseo de grandeza se transforma en compromiso de crecer en cercanía a Dios, ¡El solo grande!. Vivir según Dios es la única verdadera grandeza.
El deseo de estima se transforma en ambición de agradar a Dios, juez infalible y eterno.
El orgullo se transforma en obediencia que da la seguridad de adivinar siempre.
La sensualidad, en una intimidad creciente con María, madre nuestra, y con Jesús hostia, y en amor ardiente por las almas”.
Feliz fin, chau transforma tus pasiones!
El cuarto azul 19.03.15
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (4,13.16-18):
No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de heredar el mundo. Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura: «Te hago padre de muchos pueblos.» Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe, Abrahán creyó. Apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia.» Por lo cual le valió la justificación.
Reflexión: Abraham fue justificado por su fe, y no por el cumplimiento de la ley, ojo eso no quiere decir que él no se apegara a la ley, la palabra de hoy nos hace referencia a que no solo el cumplir los mandatos divinos nos basta, porque muchos pueden estar observándolos pero su vida se limita a un formalismo y no va más allá, también se hace indispensable la vivencia clara de la fe, Abraham creyó con toda esperanza que su descendencia sería grande aun cuando era de edad avanzada y su esposa era estéril, ese caso estaba perdido, era imposible pensar que aquella promesa tendría lugar en aquel hombre, pero el con la gracia de Dios lo cree y hace suya esa promesa, y aún después es probado cuando Dios le pide que sacrifique a su único hijo Isaac, no lo dudó ni un momento, se dispone a obedecer y eso solo puede hacerlo alguien con mucha fe, ahora bien, ¿tiene eco en nosotros todo esto?, ¿creemos que en nuestra vida tendrá lugar esa promesa ese plan que Dios tiene para ti?, a ver, ¿con que sueñas tú?, ¿piensas que eso que anhelas es un imposible o te apoyas en la esperanza para creer con toda esperanza que eso llegara a tu vida?, ¿Qué te impide creer confiadamente?, tal vez es el hecho de no poder ver de manera inmediata, cuando vamos al mercado a comprar algo, sabemos que existe y lo poseemos porque lo vemos, porque lo podemos tocar, oler, sentir, imagino yo a Abraham si se hubiese puesto cómico y decir yo primero debo tocar, oler y sentir a la generación que saldrá de mí para creer, seguramente nada habría sucedido, tener fe es creer que ya has recibido lo que pides, en el momento presente, en estos días en la clase de Neurogerencia en el postgrado, el profesor hablaba de un fulano “cuarto azul”, que es un lugar en nuestra mente donde nosotros podemos meter allí todo lo que anhelamos, el cuarto no tiene límites, es así como usted ahí puede meter una casa, un carro, un nuevo trabajo, una relación con otra persona, etc, y allí en ese cuarto usted puede poseer, tocar, oler, interactuar con ese bien o modificar inclusive conductas en las personas, y lograr que esas cosas se vuelvan realidad, a medida que el profesor hablaba yo recordaba mi vida espiritual y decía en mi interior, eso que este tipo está diciendo no es algo nuevo para mí, eso no es más que la Fe porque la Fe nos lleva a eso, a modificar, a tener aquello que ya hemos soñado. El profesor hizo una acotación dijo que todo aquello era posible siempre y cuando fuese beneficioso para mí y para los demás, sino no tendría lugar en la dimensión real, y eso me hace pensar que lo mismo sucede con nuestros deseos, pues si eso que queremos no se da, es porque no está en el plan de Dios, y si no está en su plan es porque no es bueno para mí ni para los demás. Dios sabe lo que nos conviene. Dios tenía un plan con Abraham y también lo tiene contigo, no desesperes, todo tiene su momento justo.
Feliz tarde, mete en ese “cuarto azul de la Fe” todos tus anhelos y verás…
Gusanito de Jacob 18.03.15
Lectura del libro de Isaías (49,8-15):
Así dice el Señor: «En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado; te he defendido y constituido alianza del pueblo, para restaurar el país, para repartir heredades desoladas, para decir a los cautivos: "Salid", a los que están en tinieblas: "Venid a la luz." Aun por los caminos pastarán, tendrán praderas en todas las dunas; no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el bochorno ni el sol; porque los conduce el compasivo y los guía a manantiales de agua. Convertiré mis montes en caminos, y mis senderos se nivelarán. Mírenlos venir de lejos; mírenlos, del norte y del poniente, y los otros del país de Sin. Exulta, cielo; alégrate, tierra; romped a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se compadece de los desamparados. Sión decía: "Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado." ¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.»
Isaías 41,14-16
No temas, gusano de Jacob, vosotros hombres de Israel; yo te ayudaré declara el SEÑOR y tu Redentor es el Santo de Israel. He aquí, te he convertido en trillo nuevo, cortante, de doble filo; trillarás los montes y los harás polvo, y los collados dejarás como hojarasca. Los aventarás, el viento se los llevará, y la tempestad los dispersará; pero tú te regocijarás en el SEÑOR, en el Santo de Israel te gloriarás.
Reflexión: De estos dos textos bíblicos recojo y comento las siguientes frases:
1. “En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado; te he defendido y constituido alianza del pueblo”.
Cuando creas que ha llegado tu fin, recuerda esta promesa, Dios siempre tiene respuesta propicia para lo que estás pasando, la respuesta a lo que esperas llegara en el momento justo.
2. “No pasarán hambre ni sed, no les hará daño el bochorno ni el sol; porque los conduce el compasivo y los guía a manantiales de agua”.
Nada podrá tocarte, el Dios en el que confías no lo permitirá, quién nos conduce se compadece de nuestros sufrimientos y necesidades, no te guiará a lugares que te procuren mal sino que al contrario te guiará a lugares de reposo, calma y tranquilidad.
3. “Convertiré mis montes en caminos, y mis senderos se nivelarán”.
Hay una montaña inmensa (tu problema), Dios tiene el poder para rebajarlos y nivelar todo lo que anda mal, recuerda la canción si tuvieras fe como un granito de mostaza tú le dirías a las montañas, muévanse, muévanse y las montañas se moverán, es tiempo de decirle a la montaña de mi problema, muévete de mi vida y desaparece en el nombre del Señor.
4. “¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré”.
Dios no se olvida de sus hijos, y se compara a una madre que se conmueve con el hijo de sus entrañas pero aunque ella dejase de ocuparte de ti, aunque ella te abandonase, Dios nunca lo hará. Puede que en este momento te sientas abandonado, desolado, sin ánimos, con tristeza, y eso te haga pensarte ya acabado, pues Dios te conforta y te carga como un niño entre los brazos de su madre y te da sosiego.
5. “No temas, gusano de Jacob… yo te ayudaré declara el Señor”.
Imagina un pequeño e insignificante gusano, aún Dios se preocupa y lo guarda, ¿No lo hará mayor aún con nosotros?. En otras traducciones se dice: No temas gusanito de Jacob, Dios nos trata con esa sutileza porque sabe lo frágil que somos, él no nos maltratara y si sientes que hay algo que te duele en este momento es porque Dios está curando tus heridas.
6. “Te he convertido en trillo nuevo, cortante, de doble filo; trillarás los montes y los harás polvo”.
La promesa está en la mesa, Dios hará de ti alguien nuevo, dice Apocalipsis 21, 5: “Yo hago nuevas todas las cosas”. El Señor te dará las herramientas para superar todo lo que se te venga encima, dice Filipenses 4,13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Con Dios todo, sin Dios nada.
Feliz tarde, gusanito de Jacob.
Vuelo en parapente 17.03.15
Isaías 41, 8-10
Pero tú, Israel, eres mi siervo. Tú eres mi elegido, pueblo de Jacob, raza de Abraham, mi amigo.
Yo te traje de los confines de la tierra. Te llamé de una región lejana, diciéndote: “Tú eres mi servidor, yo me fije en ti y te elegí”.
No temas, pues yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Reflexión: Hoy al levantarme escuchaba el mensaje del Padre Linero y compartió esta lectura de Isaías, aunque no corresponde a las lecturas planteadas por el ciclo litúrgico para el día de hoy, decidí hacer mi reflexión de hoy entorno a este texto.
En la primera frase, Dios nos dice: “Pero tú, Israel, eres mi siervo…, el Señor se está refiriendo a nosotros de manera directa y particular, y seguro tú estarás pensando pero yo no me llamo ni Israel, ni Jacob, sin embargo hoy el Señor quiere que te apropies de este texto y en el lugar donde están esos nombres, te pide coloques el tuyo y te llama amigo. Así que vuelve a leer estas líneas y ponle tu nombre porque Dios hoy quiere hablarte a través de ellas.
La segunda frase, nos reafirma que la cosa es con nosotros, Dios te ha escogido a ti y no a otro, te ha llamado, te ha sacado de dónde estabas metido, tal vez has estado metido en tu trabajo, en tus pensamientos, en tus intereses, en tu dolor, tan metido en la vida misma que no te has dado cuenta de que te ha traído a este mundo para algo en particular y nos dice: “Tú eres mi servidor”. Un servidor escucha y atiende lo que su amo dice. ¿Advierto yo lo que Dios me dice en este instante?
La tercera frase, de este texto me hace pensar en todos los momentos donde me he sentido tocando el fondo de una situación, donde uno llega al punto de quiebre, donde el miedo a dar un paso al frente y afrontar lo que nos está pasando se hace inminente, es ahí cuando Dios nos pide ese salto de fe, ese dejarse caer.
El año pasado para mi cumpleaños decidí ir a volar en parapente, estaba dispuesta a hacerlo pero en lo que llegue al sitio confieso sentí un poco de temor, el piloto que iba a volar conmigo arreglo todo, desenredo las cuerdas, extendió el parapente, se cercioró de que todos los amarres, que el equipo mío y los anclajes, estuvieran en orden, me dio las indicaciones y me dijo que tenía que correr con fuerza y que no dejara de hacerlo. El sitio por donde corrimos tenía una terminación en la que necesariamente tienes que saltar porque ya no hay más tierra, da miedo porque saltas, pero inmediatamente el viento eleva el parapente y es impresionante como en un instante te ves volando por el cielo, yo no abría los brazos, me agarraba durísimo de los amarres y luego el piloto me dijo: abre los brazos, relájate, confieso que cuando me vi sobrevolando toda el área pensé: Y si me caigo de aquí y me mato, sin embargo luego me tranquilice y disfrute de aquel paisaje hermoso, visto desde arriba. Creo que eso es normal, el miedo a dar el salto, el miedo a estar arriba porque era algo totalmente nuevo para mí, desconocido, a veces nos sucede así en la vida, tenemos miedo de saltar, de tomar decisiones, de dejar atrás la vida pasada, de emprender nuevas cosas, de romper con relaciones que no nos traen ningún beneficio, de buscar nuevos horizontes, un nuevo trabajo, en fin tantas cosas que por simple miedo no nos atrevemos, hoy Dios te dice: “No temas, yo estoy contigo, no desmayes, yo te sustentaré”. Dios está allí sobrevolando contigo, arriésgate, salta y disfruta de la vista al lado de aquel que nunca te abandonará.
Feliz día, Dios es el piloto de tu parapente que es la vida.
Ponte en camino 16.03.15
Lectura del santo evangelio según san Juan (4,43-54):
En aquel tiempo, salió Jesús de Samaria para Galilea. Jesús mismo había hecho esta afirmación: «Un profeta no es estimado en su propia patria.» Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: «Como no ven signos y prodigios, no creen.». El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño.». Jesús le contesta: «Anda, tu hijo está curado.». El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: «Hoy a la una lo dejó la fiebre.». El padre cayó en la cuenta de que ésa era la hora cuando Jesús le había dicho: «Tu hijo está curado.» Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.
Reflexión: Hoy hagamos un ejercicio de Lectio Divina.
1. LECTURA: ¿Qué dice el texto?. Jesús va de Samaria a Galilea, allí se encuentra con un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún, el funcionario pide a Jesús que baje a sanar a su hijo e insiste y Jesús le dice: Anda, tu hijo está curado. El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino, y cuando iba bajando sus criados vinieron a decirle que su hijo estaba sano, pregunto la hora de la mejoría y se dio cuenta que esta coincidía con la hora a la que Jesús le dijo que su hijo estaba curado, y creyó él y su familia.
2. MEDITACIÓN: ¿Qué me dice el texto?. Jesús va de un lugar a otro no es estático y se queda esperando a que la gente venga a él, ¿En mi servicio a Dios y tarea de dar a conocer el mensaje de Dios, tomo una actitud cómoda, estática y en vez de salir a comunicar espero que la gente me pregunte?. , el funcionario que se fue a su casa con la frase: Tu hijo está curado, ¿creo en la palabra de Dios, que ya he obtenido de Jesús lo que estoy pidiendo o espero un signo o prodigio en particular?, los criados dijeron: Hoy a la una lo dejo la fiebre…y el hombre cayo en cuenta, ¿Me doy cuenta de cómo y cuándo actúa Dios en mi vida, caigo en cuenta rápidamente que cuando mi problema se soluciona Dios ha tenido que ver con eso?, Y creyó él con toda su familia, ¿Los signos que acontecen en mi vida me llevan a rearfirmar más mi fe en él y llevar a otros a que también crean en lo que Dios ha hecho por mí?.
3. ORACIÓN: ¿Qué le digo al Señor?. Dios mío, que no necesite más signos que todo lo que ya has hecho por mí a lo largo de mi vida, para creer en ti y llevar a otros hacia ti. Creo Señor pero aumenta cada día mi fe.
4. CONTEMPLACIÓN: Nos quedamos con la siguiente frase: “El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino”.
5. ACCIÓN: Recuerda en este instante algún momento en el que Dios te haya ayudado, sanado, asistido en la necesidad, da las gracias por eso y reafirma tu fe en él.
Feliz tarde, ponte en camino, ya Jesús se encargó de tu problema.
Amo a Dios, amo al prójimo cuando 13.03.15
Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,28b-34):
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?»
Respondió Jesús: «El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.»
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Reflexión: Veamos cómo es esto de Amar a Dios con todo el corazón, alma,con toda la mente, con todo el ser. Amo a Dios de esta manera cuando:
- Hablo con Él cada día, le cuento mis penas, alegrías, tristezas, preocupaciones, mis logros, mis sueños. Alabo su nombre y le doy gracias.
- Le doy el primer lugar en mi vida por encima de cualquier persona: padres, esposo (a), hijos, hermanos, familiares, amigos y por encima de cualquier cosa: casa, carro, trabajo, diversiones, bienes materiales. Es decir no estoy concentrando mi atención exclusiva en persona o cosa alguna, dejando en segundo plano a Dios y lo que el quiere para mí.
- Escucho su voz que me habla a través de su Palabra, por tanto me preocupo por leerla y por entenderla, la estudio, la medito, la reflexiono y la aplico en mi vida. Acudo a la Iglesia, voy a misa para recibir las enseñanzas y nutrirme de su Palabra en comunidad.
- Disfruto de su amor y le correspondo de manera recíproca, me siento amado por Él y le amo y no vivo en una constante conmiseración y tristeza.
- Siento su misericordia hacia mí y eso me lleva a evaluar mi vida y reconocer mis faltas y pedirle perdón de corazón y hacer un propósito de ser mejor cada día. Me siento perdonado por Dios.
- Soy dócil a su voluntad, acepto con paciencia las pruebas que me han tocado vivir, no reniego de Él, ni me enojo, cuando las cosas toman otro rumbo que no es el que yo quiero o espero. Soy como María y exclamo: “Hágase en mí según tu voluntad”.
- Conozco y defiendo mi fe, no me arrepiento de creer en Dios y me oculto para pasar desapercibido, sino que soy testigo y doy testimonio con mi vida de las maravillas que Dios ha hecho en mi vida.
- Soy fiel a Dios y no ando en búsqueda de otras supuestas ayudas, no pongo mi fe en otro, solo en Dios y no en cosas y personas de esta tierra, no le doy poder a amuletos, rituales, prácticas espiritistas y sobrenaturales, mantras, ni chacras, santería, horóscopo, ni nada de esas corrientes que me ofrece el mundo. Reconozco que solo hay un Dios y eso me basta.
Ahora veamos cómo es eso de amar al prójimo:
- Veo la necesidad material, emocional y espiritual en mi hermano y me hago solidario con el aportando de mí lo que sea necesario para socorrerle. No soy mezquino, egoísta, ni escatimo en el dar al otro, doy desinteresadamente, sin esperar recibir nada a cambio.
- Doy consuelo a aquel que se encuentra triste, desanimado, sin fuerzas. Oriento a los demás y doy consejos de acuerdo a lo que Dios quiere para el hombre, soy ejemplo, guía y luz para otros. No discrimino ni excluyo a nadie.
- Tengo como principio hacer el bien a otros aún por encima de mis propios intereses y mi bienestar.
- Cuido el ambiente, los animales, las plantas, no contamino, no malgasto los recursos disponibles, ayudo a crear consciencia en los demás de que este mundo es de todos y que debemos cuidarlo.
- Respeto la vida desde sus inicios, desde el mismo momento en el que es concebida, no soy participe de prácticas abortivas, de maltrato a los derechos humanos del otro, no soy agresivo y reacciono impulsivamente hacia los otros causando daños físicos y emocionales, cuido mi salud y no incurro en prácticas que vayan en detrimento de ella como por ejemplo los vicios.
- Practico la justicia, doy a cada uno lo que le corresponde, no me aprovecho de mi poder para pasar por encima del otro, no le quito a los demás las cosas que le pertenecen, cumplo con mis responsabilidades en mi trabajo, familia y sociedad. Denuncio las injusticias cuando las veo y no soy participe de ellas. No práctico la extorsión, ni especulación. Respeto los bienes del otro.
- Hablo con la verdad en todo momento aun cuando decirla no me favorezca, no necesito jurar por nadie para dar veracidad a lo que digo, mi vida va en consonancia con lo que digo y hago, no incito a otros a mentir, no falsifico información ni caigo en prácticas corruptas. No soy chismoso, ni calumnio a los demás.
- Soy consciente de que el otro es hijo de Dios y que tiene como tal dignidad por lo tanto lo valoro y respeto, no abuso de él, ni violento su libertad, no lo coacciono ni obligo a actuar según mis intereses, no lo manipulo, ni sonsaco. No me aprovecho de su vulnerabilidad.
- Vivo mi sexualidad siendo consciente de que es un don dado por Dios para dar continuidad a la vida dentro de una familia conformada y no de manera liberal y a mi antojo, creo en el matrimonio y la fidelidad a la pareja, participó activamente de la educación de mis hijos, tanto en lo material, emocional y psicológico. Creo que el amor en la pareja debe ser modelo del amor de Dios.
- No doy cabida a pensamientos malsanos que me denigran como persona y me hacen caer en actos que manchan la pureza que Dios ha puesto en mi corazón, no promuevo la pornografía, ni la veo, cuido a los más pequeños de caer en prácticas sexuales no acordes a su edad.
- Me esfuerzo por obtener las cosas que quiero pero sin pasar por encima del bienestar de otros, no envidio ni deseo en forma desmedida lo que el otro posee sino que me alegro del bienestar del otro y lucho por mis propios medios para alcanzarlo. Soy conforme y agradecido con lo que voy logrando, no soy avaricioso y caigo en la práctica de desear cada vez más.
Puedo seguir todo el día enumerando las prácticas que manifiestan nuestro amor hacia Dios y hacia los otros pero no alcanzarían las hojas, por los momentos lo dejo hasta aquí y que dentro de ti reflexiones sobre cómo has estado viviendo en estos últimos días.
Señor, no hemos sido los mejores practicantes de estos mandamientos referidos a amarte y amar al prójimo, ayúdanos tu a ser mejores cada día. Amén.
Feliz fin de semana y que la práctica del amor tenga cabida en nuestra vida.
Toma posesión de tu tierra 11.03.15
Lectura del libro del Deuteronomio (4,1.5-9):
Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo te mando cumplir. Así vivirás y entrarás a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de tus padres, te va a dar. Mira, yo te enseño los mandatos y decretos que me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumplas en la tierra donde vas a entrar para tomar posesión de ella. Ponlos por obra, que ellos son tu sabiduría y tu inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente." Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy les doy? Pero, cuidado, guárdate muy bien de olvidar los sucesos que vieron tus ojos, que no se aparten de tu memoria mientras vivas; cuéntaselos a tus hijos y nietos.»
Reflexión: “Moisés habló al pueblo y dijo: Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo te mando cumplir. Así vivirás y entrarás a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de tus padres, te va a dar”. Pensando en estas palabras me preguntaba: ¿A qué tierra se refiere Dios?, ¿De qué tierra he de tomar posesión?. Durante estos días he estado reflexionando sobre las cosas que debo mejorar en mi vida, pero nadie puede mejorar sino toma la decisión de adentrarse hacia la búsqueda de ese yo interno, creo que de esa tierra es la que Dios espera que nosotros nos apropiemos, así pues se hace necesario el llegar a un profundo conocimiento del ser, ¿Y cómo puedo llegar a ese conocimiento?, pues la respuesta es examinando nuestra vida. Hace dos meses me dio un dolor muy fuerte en la boca del estómago, sentía un ardor que me quemaba dentro, tanto fue la molestia que acudí al médico para ser evaluada, y lo primero que hizo el doctor para saber que tenía fue examinarme y mandarme hacer varios exámenes, entre ellos una endoscopia, que es una técnica diagnóstica, utilizada en medicina, que consiste en la introducción de una cámara o lente dentro de un tubo o endoscopio a través de un orificio natural, una incisión quirúrgica o una lesión para visualización de un órgano hueco o cavidad corporal. En pocas palabras la endoscopia sirve para ver lo que no está a simple vista, para ver adentro, ahora bien tomando este ejemplo, nosotros podríamos empezar por ahí haciendo una endoscopia a nuestro yo interno, cuando el doctor hizo esa evaluación encontró que yo padecía de gastritis aguda, hernia hiatal, duodenitis y esofaguitis, también con las otras evaluaciones vieron que mi páncreas, vesícula, riñones, baso y otros órganos estaban muy bien, todo eso lo pudo saber porque miro hacia adentro. En el caso de nuestra vida una forma de examinarla es a través de los mandamientos que Dios nos pide guardar, es posible que estemos quedándonos en la superficie y no revisando con detalle nuestras acciones, podemos decir, si, yo tengo que cambiar esto o aquello, pero nunca cambio, solo nos quedamos en pensamientos y razonamientos pero no llegamos al fondo, no miramos nuestras luces (cualidades) y nuestras sombras (defectos, fallas), vale la pena hacer esa introspección y conocer esa tierra de la cuál deberíamos tomar posesión y hacerla prospera, no solo para favorecernos a nosotros mismos sino también al resto, ¿Me doy cuenta que he vivido por años cargando con defectos y fallas que me maltratan y que maltratan a otros?, ¿Por qué no las he corregido?, ¿Me he hecho realmente consciente de lo que soy, con mis virtudes y defectos?. Las virtudes y cualidades son herramientas que nos pueden ayudar a ser cada día mejor y corregir lo que anda mal, ¿Conozco cuáles son mis herramientas y las uso para ser mejor o intento cambiar sin acudir a ellas?. Si hay algo que no anda bien en tu vida, ¿te has tomado el tiempo, en silencio, de evaluar cada palmo de esa situación?, ¿las actitudes que has tomado frente a ella, son una respuesta donde reconozcas tu parte?, lo que has hecho es lo que te llevo a donde estas, nada de lo que te pasa es castigo de Dios sino consecuencias de tus acciones, aunque a lo mejor viéndolo por encima digas, yo no he hecho nada mal, no es mi culpa, hazte una endoscopia y mira bien, tal vez te sorprendas con cosas que no esperabas ver y que están allí dentro de ti, tú tienes la respuesta internamente, arriésgate y examínate sin miedo. Vale la pena apropiarnos de nuestra tierra (yo interno).
Feliz tarde, toma posesión de tu tierra.
El horno 10.03.15
Lectura de la profecía de Daniel (3,25.34-43):
En aquellos días, Azarías se detuvo a orar y, abriendo los labios en medio del fuego, dijo: «Por el honor de tu nombre, no nos desampares para siempre, no rompas tu alianza, no apartes de nosotros tu misericordia. Por Abrahán, tu amigo; por Isaac, tu siervo; por Israel, tu consagrado; a quienes prometiste multiplicar su descendencia como las estrellas del cielo, como la arena de las playas marinas. Pero ahora, Señor, somos el más pequeño de todos los pueblos; hoy estamos humillados por toda la tierra a causa de nuestros pecados. En este momento no tenemos príncipes, ni profetas, ni jefes; ni holocausto, ni sacrificios, ni ofrendas, ni incienso; ni un sitio donde ofrecerte primicias, para alcanzar misericordia. Por eso, acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde, como un holocausto de carneros y toros o una multitud de corderos cebados. Que éste sea hoy nuestro sacrificio, y que sea agradable en tu presencia: porque los que en ti confían no quedan defraudados. Ahora te seguimos de todo corazón, te respetamos y buscamos tu rostro, no nos defraudes, Señor. Trátanos según tu piedad, según tu gran misericordia. Líbranos con tu poder maravilloso y da gloria a tu nombre, Señor.»
Reflexión: Azarías se encontraba en un gran aprieto pues el Rey había mandado a meterlo en el horno por haberse negado a la orden de adorar a otros dioses, y en medio del fuego sus labios se abrieron para elevar una plegaria a Dios. Puede que en este momento estés metido en medio del horno, que la situación que estás viviendo te haga sentir sofocado, ahogado y sin salida, al punto de querer salir huyendo y perderte, fácilmente caemos en desesperación cuando sentimos que lo que nos pasa es una desgracia, un mal momento, una mala racha como tú quieras llamarlo, ahora bien en medio de ese horno en el que estas, ¿Cuál es tu actitud?, ¿Tus labios se abren para hablar con Dios o te encierras en tus propios pensamientos y dolor sin querer hacer nada más?. Azarías sabía lo que Dios había hecho en el pasado por sus antepasados Abraham, Isaac e Israel, sabía que había allí latente una promesa divina, Dios no dejaría morir a su pueblo sino que lo haría de descendencia numerosa. ¿Crees que Dios te está dejando morir en este momento o mantienes la confianza en Él de que todo pasará?. Seguidamente nuestro protagonista de hoy reconoce que todo lo que le ha sucedido es a causa de sus muchos pecados, sabe que muchas de las cosas que están viviendo como pueblo es porque han dado la espalda a Dios y esto ha cambiado su suerte. Esta mañana muy temprano escuche al Padre Linero hablar de la intencionalidad, decía: “para generar un cambio en nuestra vida es necesario tener la intención de cambiar”. Nada diferente sucederá si tú no deseas ese cambio, y para que tenga lugar es necesario saber a dónde vamos y a dónde queremos llegar, sino tienes claro cuál es el fin, poco podrás hacer para llegar hasta el, como cristianos debemos tener presente que nuestro fin último es la vida en Dios, así pues respondamos ¿En qué cosas estoy dando la espalda a Dios?, ¿Reconozco mis faltas ante Él o sigo obstinado pensando que todo lo he hecho bien y que no necesito cambiar nada en mí?. Azarías quiere agradar a Dios de algún modo pero no tiene nada que ofrecer más que su corazón, es lo único con lo que cuenta en medio del horno en el que está metido, tal vez en este momento tú también estas igual, nada tienes para ofrecer a Dios más que lo que te está pasando, ofrécele tu corazón a Dios tal como está, con su dolor, sus pecados, sus heridas, pero sobretodo con tu profundo arrepentimiento por haber dejado de lado a Dios en tu vida, que la humildad de tu corazón sea sacrificio que agrade a Dios.
Finalmente este joven afirma: “porque los que en ti confían no quedan defraudados”. Si mantienes tu confianza firme en Dios no acabarás mal, Dios no te dejará tirado sino que te sacará de ese horno y te refrescará. Solo abre tus labios y confía en Él.
Feliz y santo día. El fuego que te abraza en este momento se mitigará.
Obreros en la vía 09.03.15
Lectura del segundo libro de los Reyes (5,1-15a):
En aquellos días, Naamán, general del ejército del rey sirio, era un hombre que gozaba de la estima y del favor de su señor, pues por su medio el Señor había dado la victoria a Siria. Era un hombre muy valiente, pero estaba enfermo de lepra. En una incursión, una banda de sirios llevó de Israel a una muchacha, que quedó como criada de la mujer de Naamán, y dijo a su señora: «Ojalá mi señor fuera a ver al profeta de Samaria: él lo libraría de su enfermedad.»
Naamán fue a informar a su señor: «La muchacha israelita ha dicho esto y esto.»
El rey de Siria le dijo: «Ven, que te doy una carta para el rey de Israel.»
Naamán se puso en camino, llevando tres quintales de plata, seis mil monedas de oro y diez trajes. Presentó al rey de Israel la carta, que decía así: «Cuando recibas esta carta, verás que te envío a mi ministro Naamán para que lo libres de su enfermedad.»
Cuando el rey de Israel leyó la carta, se rasgó las vestiduras, exclamando: «¿Soy yo un dios capaz de dar muerte o vida, para que éste me encargue de librar a un hombre de su enfermedad? Fijaos bien, y veréis cómo está buscando un pretexto contra mí.»
El profeta Eliseo se enteró de que el rey de Israel se había rasgado las vestiduras y le envió este recado: «¿Por qué te has rasgado las vestiduras? Que venga a mí y verá que hay un profeta en Israel.» Naamán llegó con sus caballos y su carroza y se detuvo ante la puerta de Eliseo.
Eliseo le mandó uno a decirle: «Ve a bañarte siete veces en el Jordán, y tu carne quedará limpia.»
Naamán se enfadó y decidió irse, comentando: «Yo me imaginaba que saldría en persona a verme, y que, puesto en pie, invocaría al Señor, su Dios, pasaría la mano sobre la parte enferma y me libraría de mi enfermedad. ¿Es que los ríos de Damasco, el Abana y el Farfar, no valen más que toda el agua de Israel? ¿No puedo bañarme en ellos y quedar limpio?»
Dio media vuelta y se marchaba furioso. Pero sus siervos se le acercaron y le dijeron: «Señor, si el profeta te hubiera prescrito algo difícil, lo harías. Cuanto más si lo que te prescribe para quedar limpio es simplemente que te bañes.» Entonces Naamán bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta, y su carne quedó limpia como la de un niño. Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: «Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel.»
Reflexión: Me siento plenamente identificada con Naamán, y tal vez tú también, muchas veces esperamos soluciones inmediatas, extraordinarias y sobretodo porque somos osados en pensar como debe ser el accionar de Dios. Naaman se molestó porque la solución que Dios le encontró a su enfermedad fue mandarlo a bañar al río, algo muy sencillo y fácil de hacer, sin embargo él pensaba que el profeta saldría a su encuentro e invocaría a Dios para que así se llevará a cabo su sanación, ¿Qué es lo que realmente importa el ser sanados, ayudados en nuestra necesidad o el medio que Dios use para hacerlo?. Dios actúa de manera sencilla en tu vida para atender lo que te está sucediendo en este instante, deja de esperar que suceda algo extraordinario y que Dios quite tu dolor y sufrimiento de un solo golpe como si fuera magia, fíjate Eliseo mandó a Naamán a bañarse 7 veces, en la Biblia ese número significa mucho tiempo, puede que tengamos que esperar un poco así como los carteles que encontramos en las vías a veces cuando las están reparando: “Disculpe, Obreros trabajando para ofrecer un mejor servicio”. Dios se encuentra atendiendo lo que te pasa, no desesperes, ni intentes presionarlo para que haga algo extraordinario, así como el jugador de ajedrez se toma su tiempo para pensar la estrategia para mover una pieza, así también Dios se toma su tiempo para mover poco a poco las cosas en tu vida y llevarte a una jugada ganadora. Acepta la voluntad de Dios y lo sencillo que es el actuar de Dios, cálmate, que la sanación física, emocional, espiritual vendrá, que la ayuda está en proceso, Dios en este momento está trabajando en las vías de tu vida para repararlas.
Feliz inicio de semana.
Guarda silencio 06.03.15
Lectura del libro del Génesis (37,3-4.12-13a.17b-28):
José era el preferido de Israel, porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo. Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre.
Israel dijo a José: «Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos.» José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos. Antes de que se acercara, maquinaron su muerte.
Se decían unos a otros: «Ahí viene el de los sueños. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en que paran sus sueños.»
Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo: «No le quitemos la vida.»
Y añadió: «No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongáis las manos en él.» Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre. Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica con mangas, lo cogieron y lo echaron en un pozo vacío, sin agua. Y se sentaron a comer. Levantando la vista, vieron una caravana de ismaelitas que transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a Egipto. Judá, propuso a sus hermanos: «¿Qué sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pondremos nuestras manos en él, que al fin es hermano nuestro y carne nuestra.»
Los hermanos aceptaron. Al pasar unos comerciantes madianitas, tiraron de su hermano, lo sacaron del pozo y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas. Estos se llevaron a José a Egipto.
Reflexión: Me disculpan por estar ausente durante toda la semana digamos que mi ausencia tiene una mezcla de ocupaciones y también porque no decirlo un poco de desánimo, por aquello de que a veces no tenemos lo que queremos, pasan cosas que no entendemos y nos duelen y hacen que caigamos en el preguntarle a Dios el ¿por qué? y no el ¿para qué?. Algo de eso he vivido durante esta semana pero hoy todo se confabula para que vuelva a compartir con ustedes nuevamente estas humildes líneas, primero mi hermana me pregunta: ¿Estas de huelga que no has escrito las reflexiones?, segundo una amiga me manda un mensajito de reflexión que tenía lo siguiente: quiero ayunar más de mi mismo y de mis cosas, Señor, ¿De qué quieres que me desprenda hoy?, y tercero otra buena amiga me envía el siguiente versículo: Guarda silencio ante el Señor; espera con paciencia a que él te ayude. Salmo 37,7. Esas tres intervenciones bastaron para que reaccionara y dijera, basta de huelgas, hoy haré ayuno de mi desánimo, y guardaré silencio ante todo esto que me pasa para dejar que Dios actué. Seguramente a nuestro protagonista del texto de hoy le pudo haber pasado lo mismo, imagínense ser traicionado y vendido por sus propios hermanos, inclusive pensaron en matarlo, había mucha envidia, lo odiaban al punto de que no les importaba que fuera su hermano para procurarle daño. José fue vendido como esclavo y se lo llevaron a Egipto, en un día pierde su libertad y es sacado de su país y aislado de su gente, debió sentirse muy mal al ver las acciones de sus hermanos contra el, es posible que en ese momento no hubiese tenido claro porque aquello le estaba sucediendo a él, pero hay alguien que si sabía perfectamente el ¿para qué?, más adelante la historia narra que José es la salvación de sus hermanos, que el haberse ido a vivir a Egipto le trajo bienestar luego de haber pasado varias pruebas llega a ser la mano derecha del Faraón y lo ponen de administrador de los bienes en un tiempo de hambruna, donde las personas de todos los pueblos aledaños van a buscar comida, entre ellos sus hermanos, y José en aquel momento los asiste y se da cuenta del para qué tuvo que pasar todo lo que le aconteció en su vida. Así pues si en este momento estas pasando por alguna prueba en la que no entiendes el por qué y te sientes derrotado, desanimado, sin fuerzas, yo te invito a que guardes silencio y dejes de preguntarle y reprocharle a Dios y espera con paciencia a que él te ayude a entender el para qué te sucedió lo que sea que haya sucedido, ayuna de tu desanimo el día de hoy, deja de lado la tristeza, solo por hoy, sé feliz y confía que todo va a estar bien, Dios te lleva de la mano.
Feliz día, guarda silencio y espera.
El té de jengibre 25.02.15
Lectura de la profecía de Jonás (3,1-10):
Vino la palabra del Señor sobre Jonás: «Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.»
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»
Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños.
Llegó el mensaje al rey de Nínive; se levantó del trono, dejó el manto, se cubrió de saco, se sentó en el polvo y mandó al heraldo a proclamar en su nombre a Nínive: «Hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban; vístanse de saco hombres y animales; invoquen fervientemente a Dios, que se convierta cada cual de su mala vida y de la violencia de sus manos; quizá se arrepienta, se compadezca Dios, quizá cese el incendio de su ira, y no pereceremos.»
Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.
Reflexión: Un mensajero: Jonás profeta de Dios, un mensaje: ¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!, unos destinatarios: Los ninivitas.
Este mensaje que fue a dar Jonás es directo y fuerte, me recuerda a un Té de jengibre que me dieron esta mañana para descongestionarme de una gripe que me aqueja. Estaba super fuerte y sentía que me ardía en la garganta por lo picoso de su sabor, pero sé que esa molestia es necesaria para luego traerme una mejoría. Así les paso a este pueblo ninivita basto un mensaje fuerte y que seguramente al escucharlo les pico dentro para reaccionar y dar un cambio a sus vidas.
Siguiendo con mis comentarios, me llama la atención de este texto que tres acciones bastaron para que la catástrofe que se avecinaba sobre la ciudad de Nínive no tuviera lugar.
1. El profeta se “levantó” y fue a predicar el mensaje que Dios le había dicho, recordemos que Jonás antes de hacer esto paso tres días dentro del vientre de una ballena, ese tiempo le sirvió para darse cuenta que no podía evadir la orden que le había dado Dios. El rey de Nínive también se levantó y reaccionó, sabía que no podía quedarse de brazos cruzados y fue así como dio el heraldo que les procuró la salvación. Ahora vamos con nosotros, ¿Estamos achantados y pasivos en esto de dar a conocer el mensaje de Dios?, ¿Me preocupo cuando veo que el mundo está tomando un rumbo indebido y reacciono para señalar lo que no está correcto?, ¿Cuál es mi aporte a la sociedad para que las cosas vayan mejor en mi país?
2. “Creyeron” en Dios los ninivitas, se vistieron de sayal y proclamaron ayuno. Basto este mensaje tan corto donde se vieron al borde de la muerte si la ciudad era destruida para que reaccionaran y tomaran cartas en el asunto. Suele suceder así también con nosotros, a veces esperamos darnos un golpe para transformar y cambiar nuestra vida, que bueno fuera que no esperáramos a que nos suceda algo grave para comenzar a creer y confiar en Dios.
3. Y vio Dios sus obras, su “conversión” de la mala vida. Como seres humanos somos débiles y tendemos a caer muy fácil en las seducciones que nos presenta el mundo, avaricia, vanidad, envidia, odio, intolerancia, desinterés, corrupción, autosuficiencia, vida sin fe, incomprensión, falta de caridad, peleas, desamor, ingratitud, y muchos otros, que poco a poco van llenando nuestro diario vivir y se vuelven tan comunes que no nos damos cuenta de que están allí y que lo hacemos sin pensar. Pensemos pues ¿De cuáles acciones que hago cotidianamente debo yo convertirme y cambiar ?.
Es propicio pensar y revisar todos los aspectos de nuestra vida en este tiempo de Cuaresma, creer y cambiarlos, nunca es tarde, no esperemos a darnos el porrazo para reaccionar y más bien seamos nosotros los instrumentos para que otros reaccionen.
Feliz día, sé cómo el jengibre, que es picoso pero da mejoría.
¿Por qué somos así? 24.02.15
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recen, no usen muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No sean como ellos, pues su Padre sabe lo que les hace falta antes de que lo pidan. Ustedes recen así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." Porque si perdonan a los demás sus culpas, también su Padre del cielo los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco su Padre perdonará sus culpas.»
Reflexión: Acostumbro todas las mañanas llevar a mi hermana a su trabajo antes de irme al mío, de camino muy poco hablamos, generalmente pongo la radio para escuchar las noticias o música y solo vamos calladas escuchando lo que dice la radio o cada una envuelta en sus propios pensamientos, hoy una amiga me pidió que le diera la cola y se montó en el carro saludándonos con los buenos días y respondimos y luego vino un silencio que se mantuvo durante casi todo el trayecto, solo cruce con mi hermana y amiga algunas palabras para decirles cosas puntuales. Al dejar a mi hermana en su trabajo ella se despidió y mi amiga se cambió al puesto de copiloto e inmediatamente dijo: “¿Por qué ustedes son así?”, le respondí: “¿Así cómo?, bueno que no hablan y se mantienen en silencio”, le respondí: “La verdad siempre somos así, creo que cada una anda pendiente de sus pensamientos y de sus cosas y no se preocupa porque la otra no hable, además si la otra no quiere hablar, no se le puede obligar”. Fue una respuesta de salida rápida para una pregunta complicada, ciertamente no está bien lo que hacemos mi hermana y yo, es cuestión de que no nos habíamos dado cuenta hasta que un tercero se montó en el carro y se dio cuenta. ¿A dónde quiero llegar con este cuento?, voy a eso a continuación, si en nuestras relaciones humanas existen esas carencias de comunicación, ¿No nos estará pasando también esto con Dios?, en estos días en una actividad de la Iglesia me preguntaron, ¿Te comunicas con Dios?, ¿Cuándo te habla tú le correspondes?, sinceramente analizando, mi respuesta es NO. Es irónico pensé si todos los días me levanto temprano para leer su Palabra y hacer las reflexiones, ¿cómo voy a tener esa respuesta?, pues si es la verdad, creo que he estado actuando como los gentiles usando muchas palabras para dirigirme a Dios, y me he olvidado de orar con sencillez de corazón, hay un cuento de un campesino que me gusta mucho que quisiera compartirles para ilustrar lo que es orar con sencillez, dice así: Había una vez un campesino que todos los días se detenía en la iglesia antes de ir a sus labores y frente al santísimo recitaba varias veces el abecedario, el sacerdote del templo que lo observaba desde hacía una semana, un día se acerca y le pregunta: ¿Qué haces?, ¿Por qué recitas el abecedario delante del Señor?, el campesino respondió: “Padre, yo no sé cómo orar pero creo que si le recito el abecedario al Señor, Él podrá así armar la oración que él prefiera de mí”. Que humildad y sencillez la de aquel hombre al orar, eso es lo que nos pide hoy el Evangelio, y podemos interpelarnos con la pregunta que me hizo mi amiga esta mañana: ¿Por qué son así?, ¿Por qué somos tan ingratos que guardamos tanto silencio delante de Dios, que es nuestro Padre?, ¿Por qué no contarle lo que nos pasa como si estuviésemos hablando con nuestro mejor amigo?, ¿Por qué no contarle tus miedos, preocupaciones, angustias?, ¿Por qué no compartirle tu día a día, tus alegrías, tus logros?, no será que nos estamos llenando de ruidos y no dejamos espacio para conversar con Él, y si nos comunicamos con Él, ¿Realmente estamos siendo lo más sinceros y sencillos posible cuando hablamos?. Jesús nos enseña como orar de manera sencilla al Padre, llamándolo Padre Nuestro, si conociéramos la riqueza que tiene esta oración no la recitaríamos a la carrera como muchas veces lo hacemos, veamos que nos dice en cada frase:
"Padre nuestro del cielo: Él es nuestro Padre y nos conoce no temas acercarte a contarle lo que te pasa. Dios es un Padre Misericordioso y amoroso.
Santificado sea tu nombre: Alaba y reconoce la grandeza de su nombre y las maravillas que ha hecho, porque Él es el Todopoderoso y su nombre es santo.
Venga tu reino: Ven Señor, a mí corazón, a mí familia, a mi trabajo, a mi lugar de estudio, de recreación, ven a nuestras vidas Señor y muéstranos tu Reino de amor.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo: Que pueda aceptar lo que está ocurriendo en mi vida en este momento y que pueda decir como Jesús, que se haga tu voluntad y no la mía.
Danos hoy el pan nuestro de cada día: Dame lo que necesito, tú conoces mis necesidades, que no me falte no sea que robe pero tampoco que me sobre, no sea que mi corazón se llene de grandeza y vanidad.
Perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido: Ayúdame y dame un corazón misericordioso como el tuyo para que pueda reconocer que mis hermanos son igual de débiles que yo y pueden equivocarse.
No nos dejes caer en la tentación: Ante las pruebas y las tentaciones danos la fuerza para no ceder y dejarnos cautivar por ellas.
sino líbranos del Maligno: Guarda nuestras entradas y salidas, protégenos de los que nos quieren hacer daño.
Feliz día, No seas silencioso ante Dios, háblale, que espera escucharte.
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