17 de abril de 2015
Pescadores de hombres 10.04.15
Lectura del santo evangelio según san Juan (21,1-14):
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.» Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.»
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?» Ellos contestaron: «No.»
Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces.
Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.»
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: «Vamos, almorzad.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
Reflexión: Uff hoy esta de lujo el Evangelio, no había tenido chance de leerlo con detenimiento. Jesús se aparece de nuevo, esta vez se aparece a los discípulos y que coincidencia son justo 7, Simón Pedro, Tomás, Natanael, Los Zebedeos que eran dos y otro par. Recordemos que 7 es el número perfecto en la Biblia, no sé por qué pero el Señor elige a este septenio de hombres para darles una señal. Me parece curioso que todos estos hombres eran pescadores cuando reciben el llamado de Jesús y luego que le siguen dejan de ser pescadores de oficio para convertirse en pescadores de hombres, pescadores de almas, fíjense que después que muere Jesús intentan volver a su antiguo oficio, Pedro toma la iniciativa y dice: “Me voy a pescar” y los otros contestan: “Vamos también nosotros contigo”, siempre Pedro tomando la iniciativa, por algo Jesús lo elige como cabeza de la Iglesia, Ahora bien ¿Qué hacen ellos pescando peces cuando Jesús los llamo a ser pescadores de hombres?, ¿Será que olvidaron su misión?. Y tú ¿Estas consciente para que fuiste llamado y estas cumpliendo con ello o ya se te olvido?.
Bueno vamos a creer que si sabían cuál era su misión pero al salir a buscar los peces ( hombres), no logran agarrar ni uno pa’ hacer un remedio, a pesar de que hicieron su mayor esfuerzo porque dice la Palabra que pasaron toda la noche en esa faena y nada, ¿Qué fallo ahí?, pusieron todas sus fuerzas y empeño pero algo fallo, y a nosotros ¿No nos pasa a veces que al intentar buscar almas para Dios sentimos que damos y damos y nada pasa?, ¿Pareciera que nadie atiende al llamado?, ¿Será que son peces (hombres) sordos?. ¿En nuestro apostolado en que estamos fallando?.
Jesús viene y pregunta: “Muchachos ¿tienen pescado?”, imagínate a ti como discípulo que venga el Señor y te pregunte fulano ¿tienes a alguien?, y salgas con las tablas en la cabeza a decir nada, pura perdida pues, pero lo bueno es que Jesús no les reclama solo les da instrucciones: “Echa la red a la derecha de la barca y encontrarás”, Señor, ¿tan sencillo?, pues si, así de fácil, lo que concluyo de aquí es que a veces nos afanamos demasiado con eso de hacer que los demás crean y se conviertan a Dios y no seguimos las instrucciones de Jesús que son sencillas, tan simple como que si quieres dar a conocer a Dios y que otros crean en Él solo tienes que testimoniar con tu vida el Evangelio.
El texto nos dice que al echar la red sacaron una multitud de peces y no tenían fuerzas para sacarlos, fíjense lo irónico mientras más fuerzas pusieron nada sacaron y cuando lograron sacar ya no tenían fuerzas, solo puedo decirte algo, la obra de Dios es de Dios y Él te dará las fuerzas necesarias para darle continuidad. Uno de los discípulos dijo: “Es el Señor”, lo reconoce al ver su obra, ¿Tú reconoces a Jesús cuando obra en tu vida o en la vida de otros?. Pedro al escuchar esto se ata la túnica porque estaba desnudo y se lanza al agua, no entendía que podía significar esto de la desnudez, y cuando pregunte, alguien me dijo, no es que estaba del todo sin ropa, sino que en ese tiempo usaban una especie de guayuco y el atarse la túnica es cubrirse, delante del Señor no podía presentarse de esa manera, ¿Cómo me presento ante Jesús, con la dignidad de un cristiano ejemplar y diligente o como un mamarracho y perezoso?.
Al saltar a tierra ven las brasas, Jesús tenía todo preparado pero aun así les dice que traigan su aporte, cada uno de nosotros estamos llamados a dar ese aporte en la misión de acercar almas a Dios, arrastraron la red y eran muchos dice el texto que 153, pero ese número lo que quiere decir es que eran una chorrera de peces, esto es muestra de que cuando Dios interviene los frutos son muchos y abundantes.
Y aunque eran muchos la red no se rompió, me hace pensar en la Iglesia, en ella pueden entrar los que quieran y jamás se romperá, en donde Jesús tiene preparado un banquete y nos invita a compartirlo. Por último la Palabra nos dice: “Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos”. Esto me hace pensar en que Jesús no nos deja solos, está ahí apareciendo en nuestras vidas cuantas veces sea necesario.
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