17 de abril de 2015
Nacer de nuevo 13.04,15
Lectura del santo evangelio según san Juan (3,1-8):
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío.
Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo: «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él.»
Jesús le contestó: «Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.»
Nicodemo le pregunta: «¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?»
Jesús le contestó: «Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.»
Reflexión: Carne y Espíritu, dos condiciones que habitan en un mismo ser, que difícil se hace a veces sincronizar la una con la otra, generalmente la carne busca cosas apetecibles con las cuáles deleitarse, Nicodemo fue en medio de la oscuridad a ver a Jesús, buscar la luz es cosa de aquellos que viven en la oscuridad, y me pregunto ¿No vivimos nosotros muchas veces en la oscuridad que nos dicta nuestra carne y deseos?. Entrar en el vientre de la madre fue el razonamiento superficial al que llego este jefe judío, ¿pobre de mente o evasiva inmediata?, creo que sabía perfectamente a lo que el Maestro se refería con nacer de nuevo, todo lo que había edificado en su saber debía ser dejado de lado, pues de nada le sirve el conocimiento vacío a aquel que no quiere dejarse conducir, ya se te ha dicho lo que debes hacer ¿Por qué sigues empeñado en conducirte solo en lo superficial del ser?, la vida es más que un caminar sin sentido, hace falta internalizar el mensaje, meterlo hasta dentro del alma para que rompa nuestros deseos, lo que queremos. Vidas basadas en el “Yo quiero” que vagan en la oscuridad, miran la luz y aún dudan, y se preguntan ¿Cómo he de nacer de nuevo?, ¿No te cansas de hacer preguntas sin sentido?. No se nace sino por el agua y el Espíritu, ¿Cómo naces del Espíritu?, este nacimiento requiere una muerte a la que muchos no estamos dispuestos, muerte total de lo que somos, muerte total de eso que quieres, el querer ya nada tiene para ti, te ha dejado vació, ¿Por qué sigues pegado ahí como corroncho a la piedra?, ¿no es suficiente lo que ya has sufrido y te empeñas en seguir?. Nacer o morir, ¿Qué debe darse primero?. Naces a la carne, mueres a la carne y vuelves a nacer al Espíritu, ¿En qué fase está tu vida?, tal vez intentando morir a tu aguijón todavía, pero aún no terminas porque estas como en un círculo vicioso, donde al enfermo agonizante (tus ganas) insistes en colocarle oxígeno para que reviva una y otra vez, la siguiente fase no tendrá lugar hasta que esta anterior finalice, tú decides, te quedas varado en la agonía o recibes el Espíritu y asciendes. Tienes que nacer de nuevo, ¿Entiendes lo que eso significa?.
“El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.”. Totalmente inexplicable e impredecible es el Espíritu y así todo aquel que se deja guiar por Él no puede estar prevenido sino que su fuerza lo mueve a su antojo como pajilla dócil sin pretensión alguna de dirigirse según sus ganas.
Feliz noche, Nacer, morir para luego volver a nacer.
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