22 de febrero de 2014

Desecha la ira, porque no es de Cristianos 19.02.14

Lectura: Santiago: 1, 19-27 Sean constantes, no en oír y olvidar la palabra, sino en ponerla por obra. Queridos hermanos: Tengan esto presente: que cada uno sea pronto para escuchar y lento para hablar, lento para enojarse; porque la ira del hombre no produce la rectitud que quiere Dios. Arranquen, pues, de ustedes toda impureza y maldad y acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes y es capaz de salvarlos. Pongan en práctica esa palabra y no se limiten a escucharla, engañándose a ustedes mismos; pues quien escucha la palabra y no la pone en práctica, se parece a un hombre que se mira la cara en un espejo, y después de mirarse, se da la media vuelta y al instante se olvida de cómo es. En cambio, el que se concentra en la ley perfecta de la libertad y es constante, no en oírla y olvidarla, sino en ponerla por obra, ése encontrará su felicidad en practicarla. Si alguno cree que es hombre religioso, pero no sabe poner freno a su lengua, él mismo se engaña y su religión no sirve de nada. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre, consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y en guardarse de este mundo corrompido. Reflexión: Santiago continùa dando claves que ayuden a tomar conciencia del verdadero proyecto de Dios y para ello acude a un triple dicho de origen sapiencial que resalta el escuchar, el cuidado para hablar y la lentitud para enojarse, la ira que suele ir acompañada de palabras y acciones agresivas, debe ser superada porque rompe la armonìa de la comunidad. (tomado de los comentarios Biblia del Peregrino). Cuando era pequeña en una oportunidad recuerdo que le salí a mamá con una mala contesta y su reacción fue inmediata, me volteó la cara de una cachetada. En ese entonces no existía la LOPNA para quejarme je je je, y no tuve màs opciòn que cerrar la boca y aceptar la corrección. En el momento me dolió pero eso paso. Y cada vez que se me salen malas contestas hacia los demás, resuena nuevamente el recuerdo de la cachetada de mamá. Asì veo la Palabra de Dios, que días como hoy, nos trae mensajes que nos dan cachetadas, no para golpearnos fìsicamente, pero sì para hacernos reflexionar. En estos momentos que vive nuestro país, Venezuela, es común escuchar, insultos, discursos llenos de rabia y de violencia, hasta en nuestras propias casas, con los amigos, usamos lenguaje violento. No estamos siendo lo suficientemente asertivos al comunicarnos. La palabra de hoy dice:"que cada uno sea pronto para escuchar, lento para hablar y lento para enojarse". No dejemos que la ira se apodere de nosotros porque airados solo decimos lo que sale de las vìsceras. No se ustedes, pero nunca me ha servido el ejercicio de contar hasta diez,para calmarme, pero hay que medirse y me incluyo y buscar la forma de calmarse. Señor, que como cristianos siempre actuemos de la manera que tu palabra nos enseña y que la ira no cierre nuestras mentes, ni se apodere de nuestro hablar, para que asì podamos ser testimonios palpables de tu enseñanza, no para gloria nuestra sino tuya. Amèn. Defiende a Venezuela pero desecha la ira, eso no es de cristianos.

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