22 de febrero de 2014
Carga tu cruz, no la cortes. 21.02.14
Lecturas:
San Marcos: 8, 34-9, 1
El que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.
En aquel tiempo, Jesús llamó a la multitud y a sus discípulos, y les dijo: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.
¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras ante esta gente, idólatra y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre, entre los santos ángeles".
Y añadió: "Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto primero que el Reino de Dios ha llegado ya con todo su poder".
Reflexión: Había una vez un hombre que le fue dada una cruz, al hombre se le indicó que debía caminar con ella a cuestas, el hombre comenzó a andar y sentía que la cruz le pesaba y que además era muy grande. No se habìa dado cuenta de que a su lado iban otras personas, también ellas llevaban una cruz. Continuó caminando, pero era tanto su cansancio, que decidió cortar su cruz, sacó un cuchillo de su bolsa y comenzó a recortarla, y prosiguió su camino. Pero más adelante sintió que su cruz aún era grande, sacó su cuchillo nuevamente e hizo lo mismo, recortó su cruz. Y asì fue caminando y recortando su cruz, hasta el punto de que hizo su cruz tan pequeña que casi podía ponérsela de collar. De repente y sin darse cuenta, se vió frente a un gran precipicio, se asustó mucho porque ya no podía continuar y del otro lado se encontraba el paraíso. Los demás que venían con èl, colocaron sus largas cruces sobre el abismo y estas funcionaron como puente y por allì pasaron, pero el que había cortado su cruz a un tamaño tan mínimo, no pudo usarla y vino para el, el llanto y la desesperación.
Jesús nos dice: "El que quiera seguirme cargue con su cruz".
Señor, yo hoy quiero seguirte pero a veces soy como ese hombre que cortó la cruz, quiero deshacerme de los sufrimientos, de las pruebas y en mi afán de mirar mi cruz, mi pesar, me olvido de las cruces de mis otros hermanos. No quiero llegar al final del camino y tener que quedarme del lado de la desesperación, al contrario quiero transcender hacia el paraíso.
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