19 de septiembre de 2014
Hipócritas o ciegos II 26.08.14
Lectura: San Mateo: 23,23-26.
Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: " Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello!
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera".
Reflexión: Seguimos con los que nos faltan, hoy solo tomaremos dos más:
4. ¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas que pagan el impuesto…y descuidan lo más importante…la misericordia y la lealtad. Fariseo, apegado a la ley donde no tiene cabida la práctica del mandamiento: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, Jesús nos muestra que las dos cosas son importantes al decir: Hay que observar lo uno sin descuidar lo otro. El hombre no está al servicio de la ley sino al contrario, la ley se hizo para servir al hombre. En cierta ocasión escuche a un sacerdote decir: “Si vas de camino a la Iglesia y alguien necesita tu ayuda en el momento, ayúdale, Dios sabrá entender porque estas dejando de ir con él. No te enfrasques en ser legalista, más bien cumple la ley por amor.
5. ¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato y por dentro están llenos de inmoralidad y robos. Esto es como vestirse sin bañarse, y de paso ponerse perfume, al cabo de un rato cuando sudas, el olor que despides no es del todo agradable, es preciso bañarse para colocarse ropa nueva. Así mismo el creyente que deja el hombre viejo debe nacer del agua y del espíritu, su conversión ha de empezar por el interior y todo lo que desmanche y desinfecte dentro influirá poco a poco en su cambio exterior. Nadie que siga guardando odio, rencor, inmoralidad, egoísmo, maledicencia…y otros, podrá tener una vida limpia en lo externo, viviría una mentira, con una máscara que se quita y se pone a su antojo. No seamos disfraces, seamos cristianos de verdad.
Feliz día y cero máscaras.
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