9 de septiembre de 2014

Amada 10.09.14

Por: Johanna Andreina Jaimes Pérez. Miércoles 10 de Septiembre de 2014 Minutos de Reflexión Lectura: Salmo 45, 11-17 Escucha, hija, mira y pon atento oído, olvida tu pueblo y la casa de tu padre, y el rey se prendará de tu belleza. Él es tu Señor, ¡póstrate ante él!. La hija de Tiro con presentes, y los más ricos pueblos recrearán tu semblante. Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro recamados; con sus brocados es llevada ante el rey. Vírgenes tras ella, compañeras suyas, donde él son introducidas; entre alborozo y regocijo avanzan, al entrar en el palacio del rey. En lugar de tus padres, tendrás hijos; príncipes los harás sobre toda la tierra. Reflexión: En esta oportunidad les dejo con algo que escribí hace unos añitos atrás leyendo este mismo salmo: Si eres joven o viejo no importa, lo que importa es que en algún momento de tu vida hayas soñado con esa persona amada, si con esa que te robará el sueño, suele pasarnos que ideamos esa persona, imaginamos como será, los momentos felices que podamos vivir con ella, se nos olvida el mundo entero familia, amigos para nosotros solo existe él o ella, pensamos en todo lo que tenga que ver con esa persona y entre tanto pensar nos desesperamos por encontrar esa joven o ese joven que robe nuestro corazón, pues necesitamos que nos amen pero ya!. Y nos viene a la cabeza la pregunta ¿Dónde anda metido o metida? ¿Por qué se tarda tanto en aparecer? ¿Es que acaso ya me lo (a) tumbaron sin tan siquiera conocerlo (a)? … Una de esas semanas en las que me hacía esas preguntas pues ya se acercaba el día de los enamorados y estaba más sola que la una, y mis amigos hablaban de cómo celebrarían ese día con sus respectivos amores, que si irían al cine, a comer, que le regalarían flores, no se porque se me metió en la cabeza que tal vez yo no había nacido para el amor o para ser amada, si tal vez fui un poco dramática pero eso llegue a pensar, era viernes y todo el día ese pensamiento estuvo en mi mente. Al siguiente día al levantarme tomé la Biblia para comenzar mi oración del día y mientras leía sentí la necesidad de escribir algo que no venía de mí, el cual citó: Amada “Día tras día busco y no encuentro, quizás no busco donde debo. La felicidad es inalcanzable cuál cima escarpada y empinada a menudo me repito. Quizás no este muy lejos, quizás este ante mis ojos. El cielo azul lo grita en su tranquilidad y hermosura. La brisa susurra palabras dulces a mis oídos. ¿Quién me habla? Jamás había escuchado esa voz. Mi corazón siente paz al escucharla. Mi corazón se alegra al escucharla… Una lágrima corre por mi mejilla. Tu amor se desborda en mi ser, como torrente de agua viva desciende sobre mí! Tú mi mejor obra Tú mi princesa amada, alcanzó a oír. ¿A quién buscas? Si estoy aquí ¿A quién esperas? Si estoy delante de ti, Mi amor es para ti. Después de esto solo pude llorar, nunca había escuchado palabras tan bellas, no recuerdo manifestación de amor más hermosa que la que tuvo Dios para mí esa mañana, en ese momento supe que su amor es para mí, sí porque el me ama a mí y a ti, somos sus joyas preciosas por eso antes que cualquier amor, el debe ser el primero, pues así como él esta loco de amor por nosotros también nosotros hemos de estar locos de amor por él, pues solo en esa locura de amor podremos desprendernos de todo lo que tenemos familias, amigos, apegos materiales para servirle a través de aquellos hermanos que viven sin amor, olvidados por la sociedad pues nuestro mismo egoísmo e indiferencia ha hecho que muchos piensen que no merecen ser amados que para ellos la felicidad es inalcanzable. Es hora de recordarles y hacerles saber que existe alguien que los ama con el amor más grande que puedan imaginar y que ese alguien es Dios.

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