19 de septiembre de 2014
Tú sirves para algo 16.09.14
Lectura: 1 Corintios: 12, 12-14. 27-31
Ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es miembro de él.
Hermanos: Así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu. El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es miembro de él. En la Iglesia, Dios ha puesto en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas; en tercer lugar, a los maestros; luego, a los que hacen milagros, a los que tienen el don de curar a los enfermos, a los que ayudan, a los que administran, a los que tienen el don de lenguas y el de interpretarlas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos el don de curar? ¿Tienen todos el don de lenguas y todos las interpretan? Aspiren a los dones de Dios más excelentes.
Reflexión: Hace algún tiempo escuche una frase que me gusto y me la quede: “No todos servimos para todo pero todos servimos para algo”. Tengo un amigo que siempre que habla conmigo sobre mi trabajo dice: “Y pensar cuantas manos debe pasar un producto antes de llegar al consumidor”. Trabajo en una empresa manufacturera de alimentos, y ciertamente son muchas las cosas que pasan para lograrlo. Desde el que piensa en la idea de desarrollarlo hasta el que te lo despacha en la bodega o supermercado. Sacar a la venta algo nuevo es producto del esfuerzo de mucha gente y de las habilidades que cada uno de ellos tiene, el de mercadeo que hace el estudio del mercado, el investigador que desarrolla la fórmula del producto, el analista de panel que realiza el estudio con el consumidor para validar su preferencia por él, el especialista de empaque que busca la mejor opción de empaque para preservar y contenerlo, el comprador que busca los mejores precios de los insumos y materias primas, el de ingeniería que evalúa la tecnología y maquinaria para su fabricación, el de mantenimiento que vela por el funcionamiento correcto de las máquinas, el de producción que dedica horas de trabajo para materializar la idea en rico y sabroso alimento, el de calidad que chequea que todo cumpla con los más altos estándares de calidad, el de almacén que guarda, almacena y preserva el producto para su despacho, el de logística que coordina la ruta donde será enviado, el vendedor que hace el negocio con el cliente, el transportista que lleva el producto a los distribuidores, el almacenista que los recibe en el establecimiento comercial, el anaquelista que los coloca en los anaqueles, el cajero que cobra, el carruchero que lleva las bolsas, y finalmente ya en casa la cocinera o cocinero que prepara la rica comida con ese producto. Estoy segura que hay muchas otras más personas que intervienen en este proceso pero lo importante aquí es reconocer que si alguna de estas personas dejase de cumplir con su trabajo, se rompe la cadena y se hace cuesta arriba obtener el resultado final.
En la vida de Fe sucede algo muy parecido, y San Pablo lo ilustra perfectamente con la armonía que debe tener el cuerpo y los miembros que lo conforman, todos son importantes hasta el más insignificante de ellos, y si eres de los que piensa que hay alguna parte de ti que no lo es, te pongo un ejemplo: En estos días atrás tenía una uña del dedo del pie enterrada, lo que comúnmente se conoce como uñero, no le preste atención al principio pero al pasar los días me di cuenta que ya se me dificultaba caminar y tuve que buscar ayuda para sacármelo y aún después me siguió doliendo y aunque quería estar tranquila, el dolorcito me incomodaba. En la Iglesia, así sucede, muchos son sus miembros y el actuar articulado de cada uno de ellos hace que todo avance y fluya como el proceso de fabricación de un producto, pero basta que alguien se enoje o se empiece a sentir mal, o hayan chismes, intrigas, menosprecios, exclusiones, pretensiones o cualquier actitud de esas que sabemos no son tan cristianas pero que en una comunidad pueden tener cabida, para que todo empiece a descontrolarse o a incomodar como el uñero en el pie. Si formamos parte de un todo, lo ideal es que trabajemos para que ese todo funcione, no quitándole la responsabilidad al otro para figurar, sino aportando nuestro granito de arena en lo que somos buenos. Si eres buen lector, entonces lee la Palabra de Dios, si eres músico, canta, toca para Dios, si eres bueno expresándote entonces predica, si eres bueno en la logística entonces coordina y no seas obstáculo en el camino hacia Cristo para otros, si eres bueno enseñando, da de lo que sabes, si te gusta la acción social, ayuda a los pobres, si no te gusta hablar y eres tímido pues dedícate a orar por los demás, cada uno tiene un don y ese don debe estar al servicio del Reino de Dios, no seas miembro flojo que desarticula y desarmoniza el Cuerpo perfecto de Cristo, lo que sea que seas bueno hazlo y también deja que los otros hagan su trabajo, no seas ni freno, ni obstáculo en la vida de fe de tu hermano, sino que al contrario se acelerador y ayuda idónea para el otro, y de esa manera siempre tendremos un cliente (comunidad) satisfecho con un producto (servicio) de calidad , y lo mejor de todo tendremos al jefe (Cristo) contento con nuestros resultados.
Feliz día, Haz pero también deja hacer.
Días finitos 15.09.14
Lectura:
“Hazme saber; Señor mi fin, dónde llega la medida de mis días, para saber lo frágil que soy. De unos palmos hiciste mis días, mi existencia nada es para ti, solo un soplo el hombre que se yergue, mera sombra el humano que pasa, sólo un soplo las riquezas que amontona, sin saber quién las recogerá.” Salmo 38,5.
Reflexión: No quisiera estar escribiendo acerca de cosas tristes pero también de las situaciones tristes aprendemos, estuve hoy en la tarde; en el funeral del esposo de una amiga, Rubén era su nombre, y padecía de un cáncer en los pulmones, que termino consumiendo su salud y finalmente su vida. Pero no es de su enfermedad de lo que les quiero hablar sino de unas palabras que solía decir él en vida, y de las cuáles me enteré yo por boca de su esposa, quién en medio de su dolor las recordó, y las repitió: “Con Dios uno siempre sale ganando, porque si Él te sana, te quedas en esta vida y la disfrutas, pero si no, igual Dios te lleva con Él y también sales ganando”.
¡Qué palabras!, dicha desde el corazón de un hombre joven, con toda una vida por delante y una familia hermosa, pero que supo aceptar la voluntad de Dios y constato que el paso hacia la muerte también es una ganancia, nuestros días en la tierra son finitos tal como lo expresa el salmista, nadie hay que conozca cuando será el último día de su existencia en esta tierra, eso no lo podemos planificar, aun teniendo una enfermedad terminal como la de Rubén, no sabemos el momento exacto en el que seremos llamados. En estos días bromeaba con una compañera de trabajo al modificar el monto de mi seguro de vida, decidí ponerlo del monto más alto a un monto intermedio y dije en tono jocoso: “No tengo pensado morirme este año”, seguido de este comentario se escucharon las risas de mi compañera, quién inmediatamente dijo: “qué loquita eres, eso no lo planeas tú”. Ciertamente no lo planeamos, pero tampoco lo pensamos mucho, y hay quienes dicen para que pensar en algo que estamos seguros que algún día llegará, tienen razón pero yo diría mejor para que gastarnos la vida pensando en la muerte, vivamos felices y no con tristeza porque cada minuto cuenta, no malgastemos ese tiempo tan valioso que se nos regala a cada instante, muchos no tomamos conciencia de ello sino hasta cuando vemos que ya se nos agota la vida, y luego de agotarla no hay refill, y puede ser tarde cuando reaccionemos.
Nuestra vida es un regalo de Dios, que hemos de disfrutar valorando cada segundo vivido y que mejor manera de darle su valor que viviéndola al máximo sabiendo que con Dios siempre ganamos, así como decía Rubén, no importa si estamos al borde de la muerte, si estamos con Dios todo es ganancia.
Gallinita ciega 12.09.14
Lectura: San Lucas: 6, 39-42
¿Puede un ciego guiar a otro ciego?
En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: "¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: 'Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo', si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano".
1 Corintios: 9, 16-19. 22-27
Me he hecho todo a todos, a fin de ganarlos a todos.
Hermanos: No tengo por qué presumir de predicar el Evangelio, puesto que ésa es mi obligación. ¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por propia iniciativa, merecería recompensa; pero si no, es que se me ha confiado una misión. Entonces, ¿en qué consiste mi recompensa? Consiste en predicar el Evangelio gratis, renunciando al derecho que tengo a vivir de la predicación. Aunque no estoy sujeto a nadie, me he convertido en esclavo de todos para ganarlos a todos. Con los débiles me hice débil, para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos, a fin de ganarlos a todos. Todo lo hago por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes. ¿No saben que en el estadio todos los corredores compiten, pero uno solo recibe el premio? Corran de manera que consigan el premio. Además, todos los atletas se privan de muchas cosas: ellos lo hacen por un premio que se acaba; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre. Así pues, yo corro, pero no a ciegas, y lucho, pero no dando golpes al aire, sino que domino mi cuerpo y lo obligo a que me sirva, no sea que, después de predicar a los demás, quede yo descalificado.
Reflexión:
Al leer este texto de Lucas, no pude evitar recordar mi niñez y en especial un juego infantil, llamado la gallinita ciega, el cual consiste en que los otros jugadores tapan los ojos, normalmente con un pañuelo o venda, a un jugador seleccionado. Entonces el resto de jugadores empiezan a darle vueltas hasta marear al que pilla. Mientras todos corren y la gallina gira, se va cantando una canción así, o similar:
Gallinita, gallinita ¿Qué se te ha perdido en el pajar?
Una aguja y un dedal
Da tres vueltas y la encontrarás
A partir de ese momento, el jugador nombrado «gallina ciega» intenta atrapar a alguno de los que juegan, guiándose por sus voces. Tocando, por supuesto, pero sin pegar. Cuando alguien es atrapado sustituye a la gallina. En algunas versiones avanzadas del juego hay que adivinar quién es el jugador pillado, palpándole. En otras, cuando atrapa al otro jugador, ese jugador queda fuera del juego. Cuando estén jugando, para poder ayudar a la gallina a conseguir sus presas, los jugadores normalmente le hablan o le dan pistas de dónde se encuentran (como por ejemplo: cantando o gritándole direcciones como izquierda o derecha).
Suele jugarse en un área espaciosa, libre de obstáculos para evitar que el jugador haciendo el papel de "la gallina" se lastime al tropezarse o golpearse con algo.
El pintor Francisco Goya inmortalizó este juego en un cuadro titulado precisamente La gallina ciega (Goya).
Ahora vamos con la conexión del juego con la Palabra de hoy: ¿Puede un ciego guiar a otro ciego?, ¿Qué pasaría si en la gallinita ciega todos los jugadores tuviesen los ojos vendados?, posiblemente la respuesta sería: Todos tropezarían, se caerían o se golpearían. De niños era divertido jugar pero cuando no eras tú el jugador vendado, de lo contrario el andar a ciegas es incómodo, sobre todo porque no se tiene certeza de a donde se debe ir, y además que implica confiar en otra persona para poder orientarte, imagina si el que te toca guiarte es malicioso y busca dirigirte por zonas de obstáculos para que caigas, en un juego es aceptable, pero si se trata de la vida misma puede ser perjudicial.
El texto nos recuerda además: “El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro”. En este andar por la vida, hay muchas personas que encontramos en el camino que nos ayudan, nos guían, nos orientan y aconsejan pero hay que ser cuidadosos en la recepción de esas orientaciones porque puede darse el caso de que la voz que estamos escuchando sea la de otro ciego que esta o igual que nosotros o en peores condiciones, así que mosca.
San Pablo en la carta a los Corintios nos dice: “¿No saben que en el estadio todos los corredores compiten, pero uno solo recibe el premio? Corran de manera que consigan el premio. Además, todos los atletas se privan de muchas cosas: ellos lo hacen por un premio que se acaba; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre. Así pues, yo corro, pero no a ciegas, y lucho, pero no dando golpes al aire, sino que domino mi cuerpo y lo obligo a que me sirva, no sea que, después de predicar a los demás, quede yo descalificado”. Si en este momento eres vidente y no ciego, ayuda a otros en su lucha pero no te olvides de pelear tu propia lucha porque el descuidarte en ella te puede llevar a la ruina. Es como cuando estabas en la escuela y ayudabas a estudiar a otros para un examen porque eras el que más sabía de la materia, al final los resultados todos los demás sacaban buena nota y tú no. ¿Por qué?, te enfocas tanto en ayudar al otro que te confías y olvidas que tú también debes practicar y esforzarte. Es nuestra misión anunciar el Evangelio a todo el mundo pero también debemos vivirlo, esa es la lucha diaria, correr pero no a ciegas para no tropezar, escuchando la voz del verdadero maestro que es Cristo.
Check list 11.09.14
Lectura:
San Lucas: 6, 27-38
Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman sólo a los que los aman, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿qué tiene de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de cobrárselo después. Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque Él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos".
Reflexión: Muchas cosas por hacer se nos especifican en este texto, en mi trabajo cuando vamos a iniciar un proyecto siempre solemos hacer un cronograma de actividades para saber específicamente lo que cada quién le toca hacer y en qué tiempo debe estar cumpliendo con ello, hay tareas que llevan su tiempo por la complejidad que tienen, es así como algunas pueden completarse en un solo día y otras se pueden tardar meses, inclusive hasta un año, tomando esa práctica quisiera hacer un check list de todo lo que hoy nos trae la Palabra, empecemos:
1. Amen a sus enemigos. (Esto incluye a los que nos hacen la vida de cuadritos cada día)
2. Hagan el bien a los que los aborrecen. (Esto incluye a los que nos caen como patada en el hígado).
3. Bendigan a quienes los maldicen. (Incluye a los que nos insultan).
4. Oren por quienes los difaman. (Incluye a los que viven pendiente de cuando nos caemos para llevar el chisme).
5. Preséntale la otra mejilla al que te golpea. (Incluye a los que nos han hecho un daño terrible).
6. Al que te quite el manto, déjalo llevarse la túnica. (Incluye a los que piden préstamos y no nos pagan nunca).
7. Dale al que te pide. (Incluye a aquellos que pensamos no tienen necesidad de pedirnos porque tienen más que nosotros).
8. Al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. (Incluye a los que nos dicen préstame esto y ahorita te lo devuelvo).
9. Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes.
10. Sean misericordiosos, no juzguen, no condenen y perdonen. (Incluye a… todos sin excepción, si hasta ese que estás pensando que se merece no lo perdones),
Luego de tener la lista debemos establecer el tiempo de cumplimiento, aquí viene la diferencia con la usual lista que hago en mis proyectos, la de mi trabajo tiene un tiempo finito de culminación, esta lista de actividades que nos trae el texto bíblico de hoy, no, pues es de ejecución permanente. Aquí no hay pa’ donde agarrar con esa pata hincha’ a, dice un dicho popular, por eso el seguimiento a las tareas relacionadas con la auténtica conducta cristiana, son tan difíciles de llevar, porque mantenerse en el tiempo con un cumplimiento exitoso de estas actividades es lo que nos cuesta y resulta complicado e incluso nos parece hasta exagerado, sobre todo aquello de dejar que el otro se lleve lo que es mío, lo mío es mío y no me lo quita nadie, es uno de los pensamientos que podemos tener.
Pienso que la clave para poder cumplir siempre, está en: “Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes”, a nadie le gusta que lo traten mal, y como ese es nuestro deseo, usémoslo como medida para así relacionarnos con los demás en ese mismo porcentaje. Que es difícil, si lo es, pero nada nos cuesta intentarlo. Además la Palabra de Dios no es solo exigencia, sino también ganancia, fíjense que termina diciendo: “recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica”. No perdemos, sino que más bien seremos recompensados, ojo no lo hagamos solo por la recompensa, miren que Dios puede ver nuestras intenciones, actuemos desde nuestro corazón sin esperar nada a cambio y sin mirar los rostros de quienes ayudamos para no hacer distinciones, ni tener preferencias. Amar a todos por igual y tratarlos como yo quiero ser tratado, esa es la máxima de hoy, y de siempre, recordemos que no es un cronograma de tiempo finito.
Feliz día y actívate a cumplir con tu cronograma del día.
Hipócritas o ciegos II 26.08.14
Lectura: San Mateo: 23,23-26.
Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: " Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello!
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera".
Reflexión: Seguimos con los que nos faltan, hoy solo tomaremos dos más:
4. ¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas que pagan el impuesto…y descuidan lo más importante…la misericordia y la lealtad. Fariseo, apegado a la ley donde no tiene cabida la práctica del mandamiento: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, Jesús nos muestra que las dos cosas son importantes al decir: Hay que observar lo uno sin descuidar lo otro. El hombre no está al servicio de la ley sino al contrario, la ley se hizo para servir al hombre. En cierta ocasión escuche a un sacerdote decir: “Si vas de camino a la Iglesia y alguien necesita tu ayuda en el momento, ayúdale, Dios sabrá entender porque estas dejando de ir con él. No te enfrasques en ser legalista, más bien cumple la ley por amor.
5. ¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato y por dentro están llenos de inmoralidad y robos. Esto es como vestirse sin bañarse, y de paso ponerse perfume, al cabo de un rato cuando sudas, el olor que despides no es del todo agradable, es preciso bañarse para colocarse ropa nueva. Así mismo el creyente que deja el hombre viejo debe nacer del agua y del espíritu, su conversión ha de empezar por el interior y todo lo que desmanche y desinfecte dentro influirá poco a poco en su cambio exterior. Nadie que siga guardando odio, rencor, inmoralidad, egoísmo, maledicencia…y otros, podrá tener una vida limpia en lo externo, viviría una mentira, con una máscara que se quita y se pone a su antojo. No seamos disfraces, seamos cristianos de verdad.
Feliz día y cero máscaras.
Hipócritas o ciegos 25.08.14
Lectura: San Mateo: 23,13-22
¡Ay de ustedes, guías ciegos!
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un adepto y, cuando lo consiguen, lo hacen todavía más digno de condenación que ustedes mismos!¡Ay de ustedes, guías ciegos, que enseñan que jurar por el templo no obliga, pero que jurar por el oro del templo, sí obliga! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo, que santifica al oro? También enseñan ustedes que jurar por el altar no obliga, pero que jurar por la ofrenda que está sobre él, sí obliga. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar, que santifica a la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él".
Reflexión:
Perdónenme por iniciar esta semana con tan tajante lectura pero no soy yo sino que así lo previó Dios. Hoy Jesús lanza un mensaje contundente hacia un grupo de personas de su época que podemos muy fácilmente trasladarlo a nosotros, pues Dios nos habla cada día y de forma muy directa.
Veamos que intenta Jesús decir con esa frase Hipócritas: “En el idioma de Jesús, la palabra hipócrita designa también al que juzga según las apariencias y al que se burla de las cosas de Dios. No todos los fariseos eran hipócritas pero Jesús denuncia una deformación que se ve a menudo en las élites religiosas.” (Comentario de la Biblia Latinoamericana).
El título que encabeza este texto al ubicarlo en la Biblia es: “Siete maldiciones contra los fariseos”. Que rudo y poco agradable ese término “maldición”, Jesús a menudo habla de esa manera a aquellos que se empeñaban en seguir ciegos, lo mismo puede pasarnos a nosotros, que andamos ciegos, sordos y mudos como dice la canción.
Hoy veremos solo 3 de las sentencias y mañana continuamos con el resto:
1. ¡Ay de ustedes, hipócritas!, que cierran a la gente el Reino de los Cielos. No entran ni dejan entrar. Al leer esto pienso en lo mucho que nos gusta juzgar al otro y no ver nuestro propio rabo de paja, y vivimos señalando y excluyendo al otro, limitando su participación en la Iglesia por su condición de pecador. ¿Y quién hay que no lo sea?. Jesús en su encuentro con la mujer adúltera dice: “ El que esté libre de pecado que lance la primera piedra” y la palabra continua diciendo que poco a poco todos los presentes fueron retirándose. Jesús no condena al pecador, sino al pecado. ¿Quiénes somos nosotros para decidir quién entra y quién no en el Reino de los Cielos?. Eso solo le corresponde a Dios que conoce y escudriña cada corazón.
2. ¡Ay de ustedes, hipócritas!, que recorren mar y tierra para ganar un pagano y cuando se ha convertido lo transforman en un demonio. No sé qué es peor si cerrar las puertas al hermano o hacerlo entrar para hacer de él una peor persona que la que antes era. Pienso en este momento en el cuidar la Fe del otro, constantemente doy charlas y catequesis en la Iglesia, siempre trato de tener el cuidado de no enseñar algo errado a mis hermanos que inician en su Fe y quizás debemos llevarlo más allá, a la vivencia, no podemos hablar de humildad, sino la practicamos. Al contradecirnos en nuestras palabras y actuar estaríamos siendo anti testimonio para el otro, contribuimos a desvirtuar su Fe, pues generalmente los patrones que tienden a copiarse son los malos, los torcidos. Diría un sacerdote amigo: “Entonces fabricamos unos mounstritos, en vez de verdaderos cristianos”. Hoy te recuerdo tú eres guardián de la Fe de tu hermano. Aprovecho la oportunidad para pedir perdón a todos mis hermanos, por los momentos que en vez de fortalecer su aprendizaje en la Fe con mis palabras y acciones, los he desvirtuado.
3. ¡Ay de ustedes, que son guías ciegos!. Ustedes dicen: Jurar por el templo no obliga pero jurar por el tesoro sí. ¿Qué vale más el oro mismo o el templo que hace del oro una cosa sagrada?. Claramente estas personas se estaban quedando en lo exterior, ¿Quién es más importante la vasija o el alfarero que la hace?, ¿En mi vida doy el valor y lugar a Dios que él se merece?, ¿A quién estoy siguiendo, a la palabra de Dios que es su voz o la de aquellos que miran solo lo externo?. Los féretros son estéticos por fuera pero por dentro albergan podredumbre, no seamos uno más de estos.
Feliz día, no sigas a los hipócritas o guías ciegos, no seas parte de las élites religiosas, sigue al que es camino, verdad y vida, Jesús.
Pinocho, corazón de carne 21.08.14
Lectura: Ez 36, 23 -28
Yo santificare mi gran nombre profanado entre las naciones, profanado allí por ustedes. Y las naciones sabrán que yo soy el Señor - oráculo del señor – cuando yo por medio de ustedes manifieste mi santidad a la vista de ellos.
Los tomaré de entre las naciones, los recogeré de todos los países y los llevaré a su suelo.
Los rociaré con agua pura y quedarán purificados, de todas sus impurezas y de todas sus basuras los purificaré.
Y les daré un corazón nuevo, infundiré en ustedes un espíritu nuevo, quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne.
Infundiré mi espíritu en ustedes y haré que se conduzcan según mis preceptos y observen y practiquen mis mandamientos.
Habitarán la tierra que yo di a sus padres. Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Reflexión:
“Quitaré de su carne ese corazón de piedra y les daré un corazón de carne”
Esta lectura me hace traer a la memoria el cuento de una marioneta pero que seguramente mucho de ustedes lo han escuchado. Se trata de Pinocho, en italiano Pinocchio, escirto por Carlo Collodi. El mismo sufrió varias adaptaciones para llevarlo a película comics, donde se narra la historia de una marioneta, quién fue fabricada a partir de un trozo de madera tallado a mano por un zapatero llamado Geppetto, y este lo trataba como a un hijo, seguramente lo que más recordamos es el crecimiento de su nariz al decir mentiras, pero no es precisamente el que deseo resaltar en este momento, quiero hablarles esta vez de lo que lleva dentro. Si estamos hablando de un muñeco, es un ser totalmente inanimado, sin vida, de lógica ya que las cosas materiales no la poseen, Pinocho se mete en muchos problemas y al final queda sin vida hasta que el hada interviene y le da un corazón y así lo transforma en un niño de carne y hueso, hay una canción infantil que habla de esta historia, que dice en una de sus estrofas: “ Al médico de guardia llamaron con urgencia y con su vieja ciencia por todo remendó, pero dijo en tono preocupado: Esto ha sido en vano le falta el corazón. Y vino el hada protectora y viendo que Pinocho se moría le puso un corazón de fantasía y Pinocho sonriendo despertó”
Ahora bien evaluando nuestra vida y la relación que tiene con este texto y con Pinocho, podemos preguntarnos:
¿Qué vacíos hay dentro de mí que hacen que viva no como una cosa inanimada?, ¿Es mi vida una experiencia de amor a Dios y de amor al prójimo en consonancia con que lo que tengo en el pecho es un corazón de carne?, ¿Mis actitudes hacia los demás son duras, ásperas, inflexibles, intolerantes y faltas de comprensión?.
Señor, reconozco que dentro de mí he endurecido mi corazón y te he vuelto la espalda en muchas oportunidades, cada vez que soy rudo, intolerante, incomprensivo, despectivo, indiferente con uno de mis hermanos, contigo lo soy. También he endurecido mi corazón al no reconocer mis errores y ser orgulloso, caprichoso y terco, aún cuando repetidas veces me has mostrado el camino, choco una y otra vez con lo mismo, como un ciclo sin fin. Pon dentro de mí, tú Espíritu para que pueda actuar según su sabiduría y rectitud de corazón. Saca de mí el corazón de piedra duro y terco y coloca en mí un corazón conforme a tu voluntad, flexible, dócil y compasivo. Por último que mis palabras, acciones, pensamientos, reflejen la presencia de un corazón de carne y no de piedra.
Feliz día, “es tiempo de cambiar”, como dice la canción de Juanes. ¿Qué estas esperando el hada madrina?.
Lo mejor de mi viaje 16.08.14
Sí me preguntaran que fue lo que más me gusto de mi viaje podría decir sin duda alguna que el trato de las personas con las que compartí durante todo el recorrido. Siento que fueron muchas las atenciones, de verdad me hicieron sentir amada. Te doy el resumen, mi tío en San Cristóbal y su esposa nos hospedaron, pasearon, la esposa nos llevó hasta la aduana en Cúcuta y eso es un pedal, espero que selláramos salida y nos dejó en el aeropuerto. Luego mi hermano en Río Negro nos recibió con unos regalitos en la llegada, durante nuestra estadía en su casa y salidas no dejo que pagáramos nada, creo que el pobre va a quedar desfalcado. Cuando visitamos la casa de su novia ella no dejo que hiciéramos nada, fue demasiado, en extremo espléndida en atenciones. Luego un día que fuimos de paseo a Medellín la mamá de la novia de mi hermano fue nuestra guía y su lema era: “lo que Ustedes quieran yo quiero " y no dejo que gastáramos ni un peso, ni el pasaje del metro, nada. Fuimos a un pueblito San Antonio de Pereira y los dos lugares que visitamos una venta de dulces y un lugar de tragos, en ambos las chicas cada vez que servían decían: "con gusto " , sé que podemos decir lo dicen porque se les está pagando pero de verdad se notaba lo hacían con gusto como decían.
Hoy llegué a Venezuela a San Cristóbal y la amiga de mi papá, Mercedes, me recibió con una sopita y un almuerzo light como dice ella con unos toticos ricos (topocho sancochado). Me dio su cuarto para que me acostara, me busco paño para que no mojara el mío, pantuflas para que descansara los pies. Me dijo báñese para que vaya fresca, ¿cómo negarme? Y sabes que no soy amiga del baño, me pidió el taxi, me hizo café y me dio galleta para que no me fuera lisa en el viaje...en fin realmente la belleza de cualquier lugar la da su gente y es grato saber que en mi país también hay mucha gente bella... Los paisajes y lugares hermosos pero ¿qué es eso sin su gente?.
Lo mejor de mi Viaje fue la gente.
9 de septiembre de 2014
Amada 10.09.14
Por: Johanna Andreina Jaimes Pérez. Miércoles 10 de Septiembre de 2014
Minutos de Reflexión
Lectura: Salmo 45, 11-17
Escucha, hija, mira y pon atento oído, olvida tu pueblo y la casa de tu padre, y el rey se prendará de tu belleza. Él es tu Señor, ¡póstrate ante él!. La hija de Tiro con presentes, y los más ricos pueblos recrearán tu semblante. Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro recamados; con sus brocados es llevada ante el rey. Vírgenes tras ella, compañeras suyas, donde él son introducidas; entre alborozo y regocijo avanzan, al entrar en el palacio del rey. En lugar de tus padres, tendrás hijos; príncipes los harás sobre toda la tierra.
Reflexión: En esta oportunidad les dejo con algo que escribí hace unos añitos atrás leyendo este mismo salmo:
Si eres joven o viejo no importa, lo que importa es que en algún momento de tu vida hayas soñado con esa persona amada, si con esa que te robará el sueño, suele pasarnos que ideamos esa persona, imaginamos como será, los momentos felices que podamos vivir con ella, se nos olvida el mundo entero familia, amigos para nosotros solo existe él o ella, pensamos en todo lo que tenga que ver con esa persona y entre tanto pensar nos desesperamos por encontrar esa joven o ese joven que robe nuestro corazón, pues necesitamos que nos amen pero ya!. Y nos viene a la cabeza la pregunta ¿Dónde anda metido o metida? ¿Por qué se tarda tanto en aparecer? ¿Es que acaso ya me lo (a) tumbaron sin tan siquiera conocerlo (a)? …
Una de esas semanas en las que me hacía esas preguntas pues ya se acercaba el día de los enamorados y estaba más sola que la una, y mis amigos hablaban de cómo celebrarían ese día con sus respectivos amores, que si irían al cine, a comer, que le regalarían flores, no se porque se me metió en la cabeza que tal vez yo no había nacido para el amor o para ser amada, si tal vez fui un poco dramática pero eso llegue a pensar, era viernes y todo el día ese pensamiento estuvo en mi mente. Al siguiente día al levantarme tomé la Biblia para comenzar mi oración del día y mientras leía sentí la necesidad de escribir algo que no venía de mí, el cual citó:
Amada
“Día tras día busco y no encuentro, quizás no busco donde debo.
La felicidad es inalcanzable cuál cima escarpada y empinada
a menudo me repito.
Quizás no este muy lejos, quizás este ante mis ojos.
El cielo azul lo grita en su tranquilidad y hermosura.
La brisa susurra palabras dulces a mis oídos.
¿Quién me habla?
Jamás había escuchado esa voz.
Mi corazón siente paz al escucharla.
Mi corazón se alegra al escucharla…
Una lágrima corre por mi mejilla.
Tu amor se desborda en mi ser,
como torrente de agua viva desciende sobre mí!
Tú mi mejor obra
Tú mi princesa amada, alcanzó a oír.
¿A quién buscas?
Si estoy aquí
¿A quién esperas?
Si estoy delante de ti,
Mi amor es para ti.
Después de esto solo pude llorar, nunca había escuchado palabras tan bellas, no recuerdo manifestación de amor más hermosa que la que tuvo Dios para mí esa mañana, en ese momento supe que su amor es para mí, sí porque el me ama a mí y a ti, somos sus joyas preciosas por eso antes que cualquier amor, el debe ser el primero, pues así como él esta loco de amor por nosotros también nosotros hemos de estar locos de amor por él, pues solo en esa locura de amor podremos desprendernos de todo lo que tenemos familias, amigos, apegos materiales para servirle a través de aquellos hermanos que viven sin amor, olvidados por la sociedad pues nuestro mismo egoísmo e indiferencia ha hecho que muchos piensen que no merecen ser amados que para ellos la felicidad es inalcanzable. Es hora de recordarles y hacerles saber que existe alguien que los ama con el amor más grande que puedan imaginar y que ese alguien es Dios.
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