21 de octubre de 2014
No acumules, reparte 20.10.14
Lectura: San Lucas: 12, 13-21
¿Para quién serán todos tus bienes?
En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia". Pero Jesús le contestó: "Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?".
Y dirigiéndose a la multitud, dijo: "Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea".
Después les propuso esta parábola: "Un hombre rico obtuvo una gran cosecha y se puso a pensar: ‘¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida. Pero Dios le dijo: ‘;Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?'. Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios".
Reflexión: Con esta lectura se me viene a la mente aquel dicho popular que reza: “Nadie sabe para quién trabaja”. Un hombre rico que tuvo una muy buena cosecha y pensó que ya se había resuelto la vida, que ya podía sentar a echarse airecito y darse la buena vida, se dedicó a acumular bienes materiales y se centró solo en esa acción, lo que no sabía es que no hay nada finito aquí en la tierra que pueda acumular y acumular sin necesitar un desahogo porque al final de cuentas colapsará, ¿Cuál fue su error?, entonces ¿Esta mal hacerse de bienes?, su error, guardar todo para sí, dejo entrar en su vida la avaricia, el poseer, el placer y el hacer, dejando de lado todo lo demás, no esta mal tener cosas materiales y bienes, lo importante es recordarnos siempre que esas cosas no son lo más importante, son solo bienes que están dispuestos ahí para servirnos de ellos y ponerlos al servicio del otro, recuerdo siempre a un compañero de trabajo que decía: “ Yo siempre le doy la cola a todo aquel que me consiga de camino a la empresa porque cuando yo no tenía carro pasaba roncha caminando hasta aquí”. Y lo certifico cuando yo no tenía carro el muchas veces me dio la cola. Es así como debemos actuar, porque caer en el acto egoísta de solo beneficiarme yo si podemos ampliar ese rango de bienestar a otros, si yo favorezco mi entorno, cada día estaré mejor yo, es un efecto bumerang, el bien que doy se regresa y muchas veces amplificado, no nos preocupemos y afanemos en demasía por lo que se queda aquí en la tierra, sino más bien por lo que llena el alma, la palabra de Dios nos dice: "Busquen el reino de Dios y todo lo demás vendrá por añadidura”. Mt 6,33. Lo que sea que quieras tener, si es una necesidad en tu vida, Dios te lo concederá, solo que cuando lo tengas recuerda que no es solo para tu beneficio sino que has de ponerlo al servicio del otro. Tal vez cuando te compres el carrito tendrás que darle la colita a un compañero, y si te parece molesto que te pidan la cola, recuerda cuando tú eras el pedaleado.
Feliz inicio de semana. No acumules, reparte así como el eslogan de la lotería.
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