2 de mayo de 2014
El pan se multiplica en manos de Dios. 02.05.14
Lectura:
San Juan: 6, 1-15
Jesús distribuyó el pan a los que estaban sentados, hasta que se saciaron.
En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: "¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?". Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues Él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Ni doscientos denarios de pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan". Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?". Jesús le respondió: "Díganle a la gente que se siente". En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.
Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien". Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos.
Reflexión: En una oportunidad una amiga de la iglesia me comentó su experiencia con este texto, estaba ella atravesando una situación difícil y escucho en la misa esta lectura, y al momento de comulgar se quedó de última y quedaban varias hostias no recuerdo el número pero eran mas de dos y el sacerdote se las dio todas a ellas. Ella dice que con este.gesto sintió que Dios sabía de su necesidad y multiplico sus fuerzas con el pan de la eucaristía. Aunque para muchos puede que no tenga relevancia este hecho y parezca solo una casualidad, la verdad es que Dios se vale de muchos signos para hacer llegar su mensaje.
La providencia divina es un misterio, nunca sabes de donde, con quièn, Dios te enviará la ayuda pero puedes tener la plena seguridad de que te la mandará. Asì que vive confiado y no desesperado porque el pan se multiplica en las manos de Dios.
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