30 de enero de 2014
Minutos de Reflexiòn 07/01/14
Lectura:
Nosotros somos de Dios y quién conoce a Dios nos escucha. En cambio, aquel que no es de Dios no nos escucha. De esta manera distinguimos entre el espíritu de la verdad y el espíritu de la mentira. 1Jn 3,6
Reflexión: Es preciso recordar también las palabras de Jesús, donde expresa: "Yo soy el camino, la verdad y la vida". De aquí que las palabras de San Juan tienen sustento, cuando dice:" Así distinguimos el espíritu de la verdad..." Pues, el que conoce a Dios habla con palabras sinceras, porque Dios es la verdad, y sabe que la verdad nos da libertad. Hay muchos charlatanes, que pasan su vida hablando y el contenido de sus palabras es vacío y a nada lleva, pues no construyen, ni edifican.
No se puede hablar ni mucho menos seguir la verdad contenida en la Palabra, sin antes haberla escuchado, leído, meditado. En la medida que lo hacemos se va iluminando en nuestra conciencia aquello que no es propio del que conoce a Dios, del espíritu de la verdad, es como si de repente hicieran un chasquido de dedos y entonces despiertas y ves lo que antes no veías.
Quién conoce a Dios, no tiene necesidad de mentir. La verdad lo hace libre.
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