5 de diciembre de 2014
Tío Carbel 26.11.14
Lectura: Lucas (21,12-19)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Les echarán mano, y perseguirán, entregándolos a las sinagogas y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendrán ocasión de dar testimonio. Hacer propósito de no preparar su defensa, porque yo les daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario suyo. Y hasta sus padres, y parientes, y hermanos, y amigos los traicionarán, y matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de su cabeza perecerá; con su perseverancia salvarán sus almas.»
Reflexión: Hoy al leer el texto no pude evitar centrar mi atención en estas palabras: “Así tendrán ocasión de dar testimonio”. El evangelista expone que el momento de la persecución, de la traición, de las pruebas, ese es el justo momento de dar testimonio, muchas veces somos cuestionados y señalados por otros al vivir nuestra fe y algunas ocasiones la replegamos y solo la damos a conocer cuando estamos seguros de que nuestros interlocutores serán receptivos con el mensaje que queremos dar de Dios, y no nos damos cuenta de que Jesús cuando vino a la tierra dio a conocer su mensaje por doquier y generó en muchos la inquietud y en otros el rechazo, dar testimonio de lo que Dios tenía para Él, lo llevó a una muerte en cruz, y esto lo sufrió sin dar un paso atrás, ¿Soy capaz de dar a conocer mi fe aun cuando mi entorno me señale y me critique?, ¿Prefiero callarme y no defender mi fe cuando fuese necesario tan solo por no entrar en polémica?, ¿Los momentos de prueba en mi vida sirven para dar testimonio de lo que creo?.
A propósito de esta última pregunta, el día domingo estuve visitando un amigo que recién le diagnosticaron un cáncer y se le paralizo la pierna y el brazo derecho, mientras estuve ese rato con Él lo escuche decir: “Menos mal que fue un cáncer y no un accidente, porque así me da chance de prepararme y además es el momento de fortalecer la fe y dar testimonio, porque a veces los cristianos al momento de sufrir andamos llorando, entonces es la oportunidad de demostrar que aún en un situaciones de dolor y sufrimiento podemos estar felices, porque lo que yo tengo no es una uña encajada, así que es el momento de acompañar a Jesús y sin ser digno de decir estas palabras: “Señor, aparta de mi este cáliz pero que no se haga mi voluntad sino la tuya.”.
Ahí se las dejo…
Feliz día, cualquiera que sea tu situación de dolor, sufrimiento o persecución, es el momento de dar testimonio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario