6 de julio de 2014
Càlmate, el apuro trae cansancio 01.07.14
Lectura: San Mateo: 8, 23-27
Dio una orden terminante a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma.
En aquel tiempo, Jesús subió a una barca junto con sus discípulos. De pronto se levantó en el mar una tempestad tan fuerte, que las olas cubrían la barca; pero Él estaba dormido. Los discípulos lo despertaron, diciéndole: "Señor, ¡sálvanos, que nos hundimos!"
Él les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?" Entonces se levantó, dio una orden terminante a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. Y aquellos hombres, maravillados, decían: "¿Quién es éste, a quien hasta los vientos y el mar obedecen?"
Reflexión: Querido lector hoy es uno de esos días donde el reflexionista se autoreflexiona así mismo con lo que escribe.
Evaluando varios aspectos de mi vida veo que algunas cosas no andan tan perfectas como yo esperaba, puede que este ante la presencia de una tormenta. En el trabajo algunos errores que aunque se pueden resolver no dejan de tener sus consecuencias, en la vida de fe, el dar testimonio de palabra y de vida se hace cuesta arriba pues soy humana y como tal puedo dar cabida a algunas actitudes que no reflejan luz sino sombras, y que a los ojos de los hermanos son un pésimo testimonio, sin intención o con intención, pero no dejan de ser cosas que hagan sentir mal al otro. En el accionar en el mundo conformándome con ser solo un medio campista, puro hacer pase y moverse pero sin meter gol, no es que este mal, para un juego está bien, pero en la vida real, es necesario a veces meter gol.
Señor, sálvanos que nos hundimos, dijeron los discípulos, tenían miedo, también yo lo tengo, sé que estoy contigo pero no termino de confiar en ti, en que tan solo es una nube gris que pasará en cualquier momento, confío solo en mis fuerzas, como son limitadas me desespero, intento mantener la calma. No hay quietud, solo movimiento de mi barca de un lado a otro, me asusta fallarte, quiero ser valiente, pero la verdad no soy tan machita, Señor solo soy yo, por eso me uno a la voz de los discípulos: "Sálvanos que nos hundimos".
Tu respuesta:" Hombres de poca fe", en mi caso, "Mujer de poca fe", ¿Por qué tienen miedo?, ¿Por qué te asustas?.
Señor, no esperaba esa respuesta, esperaba unas de consolación.
Al contrario recibo palabras que hacen que me interpele, ¿Soy consciente de que el camino de seguimiento a Jesús no es cosa de niños?, hay que apretarse los pantalones y aguantar las tormentas cuando vengan, porque nuestra confianza debe ser, que tu estas en nuestra barca. ¿Acaso dudas del poder de Dios?, tiene el poder para calmar y apaciguar las aguas, el viento obedece a su voz, ¿Tu vida en este momento obedece la voz de Dios que te dice: Cálmate?
Quedo sin palabras ante tu presencia.
Feliz día, Cálmate el apuro trae cansancio y es ambiente propicio para cometer errores.
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