20 de noviembre de 2014
Baja del àrbol 18.11.14
Lectura: San Lucas (19,1-10)
En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.» Él bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.» Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.» Jesús le contestó: «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»
Reflexión: Ayer se nos hablaba del ciego de Jericó, a quién Jesús sanó a las afueras de la ciudad, hoy entra a ella y la atraviesa, tiene un encuentro más, un hombre llamado Zaqueo intenta verle pero no lo conseguía porque era bajo de estatura, pega una carrera y sube a un árbol para poder verle. Dos hombres con la necesidad de ver a Jesús uno ciego y otro de baja estatura, curioso es que ambos hacen algo que llama la atención, uno gritó y el otro subió un árbol. Pareciera que el caminar hacia Jesús no sólo basta sentir necesidad de verlo Y encontrarle, sino también realizar una acción que la manifieste. ¿Cuando digo que busco a Dios lo hago de una manera pasiva o mis acciones y todo mi ser realmente demuestran que estoy en esa búsqueda?. El ciego gritó, Zaqueo se subió y bajo, ¿Qué acción concreta en este momento debo realizar para tener ese encuentro con Jesús? Tal vez "soltar" mi pecado y mis apegos, "confiar" en su providencia, "perdonar" a los demás, a mi mismo.
Jesús, se dirige a Zaqueo:
-"Baja pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa". El Señor espera esa acción concreta nuestra, dar el primer paso, Él se encargará del resto, "hoy tengo que", que grande que Jesús quiera venir a tu casa y a la mía, es preciso preparar la casa ( el corazón).
Todos murmuraban porque era pecador, ¿ Quién hay que no lo sea?
Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:
-"Mis bienes se los doy a los pobres y a quién haya quitado le devolveré cuatro veces". El encuentro con Jesús nos hace ver que hemos fallado pero también nos invita a rectificar y mejorar. Para generar un cambio positivo en nuestra vida nunca es tarde.
Jesús respondió: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa...porque el hijo del hombre vino a salvar lo que estaba perdido". DIOS ha llegado a La casa (el corazón), no dejes que se vaya de ti, adueña te de Él, porque ha venido para quedarse.
Feliz día bájate del árbol, Jesús vino a quedarse.
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