20 de noviembre de 2014
Lo que conduce a la Paz 20.11.14
Lectura: Lucas (19,41-44)
En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando: «¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida.»
Reflexión: Qué tal si leemos nuevamente y en vez de Jerusalén colocamos Venezuela, o el nombre tuyo, ¿verdad que cambia totalmente?, no puedo evitar pensar en que Jesús llora para decir lo que dice:" Sí al menos tú comprendieras En este día lo que te conduce a la paz". Señor, ¿Acaso estoy en guerra?, que lucha interna la que hay en mí, que al verla lloras, lloras porque te compadeces y esperas que pueda levantarme, darme cuenta que has venido.
Señor, no permita que mi piedra (vida) sea echada abajo por el enemigo que ronda, Jerusalén es ciudad Santa, hoy quiero ser ciudad santa que te reciba, lejos del egoísmo y el ser el centro yo, que seas tu el centro. En lo cotidiano que yo te haga mio. En lo ordinario de mi quehacer mi vida se eleve a ti al punto de que mi oración y trabajo sean uno. Dame la paz que quieres darme y que yo la reciba, que no sea yo causa de llanto para ti.
Para terminar los dejo con la siguiente frase del Papa Francisco:" La santidad no está reservada a quiénes pueden separarse de los quehaceres ordinarios para dedicarse a la oración".
Feliz tarde! Que encontremos la paz que Jesús nos viene a dar.
Produce el MÀS 19.11.14
Lectura: Lucas (19,11-28)
En aquel tiempo, dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén, y se pensaban que el reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro.Dijo, pues: «Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles: "Negociad mientras vuelvo." Sus conciudadanos, que lo aborrecían, enviaron tras él una embajada para informar: "No queremos que él sea nuestro rey." Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: "Señor, tu onza ha producido diez." Él le contestó: "Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades." El segundo llegó y dijo: "Tu onza, señor, ha producido cinco." A ése le dijo también: "Pues toma tú el mando de cinco ciudades." El otro llegó y dijo: "Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo, porque eres hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras." Él le contestó: "Por tu boca te condeno, empleado holgazán. ¿Con que sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Pues, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses." Entonces dijo a los presentes: "Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez." Le replicaron: "Señor, si ya tiene diez onzas." "Os digo: 'Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.' Y a esos enemigos míos, que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia."»Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.
Reflexión: Este texto se conoce también como la parábola de los talentos. Me hace pensar en una pregunta:¿Qué has hecho con lo que se te ha dado?.
En estos días mi hermano me envió unas fotos de un pintor que pinta sus cuadros con los pies porque no tiene manos, era impresionante ver lo perfecto de su cuadro pese a lo limitado, sin duda alguna es un Don recibido de Dios y esta persona lo ha puesto a producir. Luego mi hermano escribió: Hermana que talento me dio Dios a mi, es que se me hace difícil Verlo. Le dije aquellas cosas donde eres bueno haciéndolas te pueden ayudar a identificar cuáles son tus talentos. No mencionaré los talentos de mi hermano porque no es de lo que quiero hablar, lo que intento hacer ver es que eso puede pasar le a muchos de nosotros, creer que no tenemos talento porque no hay algo que resalte en nosotros como el pintor de pie, cada uno es bueno en algo, Dios te ha dado algo en lo que eres bueno, descubrelo y ponlo a producir, y si hay algo que no haces tan bien tranquilo, ten paciencia, la práctica hace al maestro, pienso hay dones propios y dones que se cultivan. Lo importante es no darse por vencido y volverse holgazán como el siervo del texto. Tu tienes mucha capacidad, no mires los límites, mira dentro de ti el MÁS (legado) que puedes dar.
Feliz tarde! . Usa tus talentos y produce el MÁS que este mundo espera de ti.
Baja del àrbol 18.11.14
Lectura: San Lucas (19,1-10)
En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.» Él bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.» Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.» Jesús le contestó: «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»
Reflexión: Ayer se nos hablaba del ciego de Jericó, a quién Jesús sanó a las afueras de la ciudad, hoy entra a ella y la atraviesa, tiene un encuentro más, un hombre llamado Zaqueo intenta verle pero no lo conseguía porque era bajo de estatura, pega una carrera y sube a un árbol para poder verle. Dos hombres con la necesidad de ver a Jesús uno ciego y otro de baja estatura, curioso es que ambos hacen algo que llama la atención, uno gritó y el otro subió un árbol. Pareciera que el caminar hacia Jesús no sólo basta sentir necesidad de verlo Y encontrarle, sino también realizar una acción que la manifieste. ¿Cuando digo que busco a Dios lo hago de una manera pasiva o mis acciones y todo mi ser realmente demuestran que estoy en esa búsqueda?. El ciego gritó, Zaqueo se subió y bajo, ¿Qué acción concreta en este momento debo realizar para tener ese encuentro con Jesús? Tal vez "soltar" mi pecado y mis apegos, "confiar" en su providencia, "perdonar" a los demás, a mi mismo.
Jesús, se dirige a Zaqueo:
-"Baja pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa". El Señor espera esa acción concreta nuestra, dar el primer paso, Él se encargará del resto, "hoy tengo que", que grande que Jesús quiera venir a tu casa y a la mía, es preciso preparar la casa ( el corazón).
Todos murmuraban porque era pecador, ¿ Quién hay que no lo sea?
Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:
-"Mis bienes se los doy a los pobres y a quién haya quitado le devolveré cuatro veces". El encuentro con Jesús nos hace ver que hemos fallado pero también nos invita a rectificar y mejorar. Para generar un cambio positivo en nuestra vida nunca es tarde.
Jesús respondió: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa...porque el hijo del hombre vino a salvar lo que estaba perdido". DIOS ha llegado a La casa (el corazón), no dejes que se vaya de ti, adueña te de Él, porque ha venido para quedarse.
Feliz día bájate del árbol, Jesús vino a quedarse.
Que vea otra vez 17.11.14
Lectura:
Lucas (18,35-43):En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino, pidiendo limosna.Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le explicaron: «Pasa Jesús Nazareno.»Entonces gritó: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!»Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?»Él dijo: «Señor, que vea otra vez.»Jesús le contestó: «Recobra la vista, tu fe te ha curado.»En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.
Reflexión: Había un ciego, sentado al borde de camino, pidiendo limosna. No lo dice el texto pero otros evangelios mencionan el nombre del ciego, se llamaba Bartimeo. Hoy es el ciego somos tu y yo, ¿Qué ceguera no física hay en mi vida hoy?, la autocomplacencia que sólo me permite darme gusto a mi mismo, la falta de sinceridad con el otro que ha depositado en mi su confianza, el encerrarme en mi mismo y no dar a conocer lo que soy con defectos y virtudes, el hacerme fuerte a pesar de los sentimientos que deseo expresar, quedarse ciego no físicamente, es dejar de ver más allá de lo que tengo al frente, ¿Me conformo con lo que tengo ante mi?, ¿Es eso lo que Dios tiene para mi o es un capricho solamente?. ¿Estoy recibiendo limosnas de la vida cuando pudiera recibir de Dios algo mayor? ¿Por qué me conformo con las migajas?.
Pasa Jesús de Nazaret y hay revuelo. En nuestra vida sucede igual cuando el pasa comenzamos a ver cosas en nosotros que no han estado bien, se nos revuelve el charco, el ciego gritó: "Hijo de David, ten compasión de mí". Señor, también quiero yo gritar en medio de esta ceguera en la que estoy, quiero gritar fuerte y que me escuches. Quiero salir pero no sé cómo. Te acercas y me dices: ¿Qué quieres que haga por ti?. Es mi momento de hablarte y decirte lo que me duele, lo que me angustia, lo que me deja ciego. Respondo: "Señor, que vea otra vez". Sólo podré ver si tu me haces ver, limpia mi visión y aparta de mi camino lo que me imposibilita y me limita.
Te alabo y glorifico tu nombre Señor por lo que has hecho en mí.
Feliz día e inicio de semana y que Dios amplie nuestra visión.
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